Si bien la historia parece alinear a Silvio Berlusconi en la categoría de los primeros ministros italianos de segundo orden, dejará el recuerdo de un primer ministro fuera de lo común y de los más extraños. Su principio de gobierno parece haber sido el de hacer una promesa y cumplir otra. Debido a su carácter imprevisible, la unión de centro-izquierda ganó todas las elecciones en Italia desde la que llevó a Berlusconi al poder. Sin embargo, su destino en las próximas elecciones legislativas no está claro.
Teniendo en cuenta sus pobres resultados económicos (un crecimiento medio anual de 0,3% contra 1,5 para el resto de la Unión Europea, así como el aumento de la deuda italiana) se podría pensar que Italia está lista para el cambio, incluso si el sindicato patronal Cofindustria, apoyo de Berlusconi en 2001, hoy critica al gobierno. Añádase a ello la confusión de géneros entre Berlusconi-primer ministro y Berlusconi-magnate de la prensa que, a partir de leyes que lo favorecen, triplicó su fortuna personal durante su mandato. Utilizó su posición para resolver muchos de sus problemas jurídicos, aunque fue acusado de fraude fiscal a principios de marzo. Sus ministros no se conducen mejor.
Sin embargo, los sondeos no dan un dominio abrumador a la Unione, la coalición de izquierda. Esto se debe en gran parte al uso que da Berlusconi a sus cadenas de televisión que no dejan de alabar sus llamadas grandes realizaciones. A esto agrega un anticomunismo que no había sido nunca tan virulento en una campaña desde 1948 y la defensa de los valores tradicionales. Este último aspecto no le permitió, sin embargo, recibir el apoyo explícito de la Iglesia Católica. A Berlusconi lo beneficia igualmente la aparente fragilidad de la coalición de izquierda. Además, es difícil hacer pronósticos ya que la forma de escrutinio ha cambiado y las comparaciones son imposibles. Esta forma de escrutinio se parece a una política de tierra arrasada por el ejército que pierde el combate y que niega al vencedor una oportunidad para asentar su poder. Lo más grave es que con esta forma de escrutinio se podría ver una cámara de deputados a un lado y un senado al otro.
El rompecabezas de la supervivencia política de Berlusconi refleja un problema mayor a nivel europeo. Muchos europeos, y no sólo los italianos, están preocupados y no saben hacia dónde se dirige el continente. Por lo tanto no es de extrañar que un oportunista y un charlatán como Berlusconi siga teniendo audiencia. Los italianos deben decidir, por el futuro de su país, si quieren un dirigente de la estatura necesaria.

Fuente
L&8217;Orient Le Jour (Liban)
Taipei Times (Taiwán)
La Libre Belgique (Bélgica)
Korea Herald (Corea del Sur)
Daily Times (Pakistán)
Der Standard (Austria)
El Tiempo (Colombia)

« Kann Italien Berlusconi überstehen? », por Ferdinando Targetti, Der Standard, 31 de marzo de 2006.
« L’Italie va-t-elle survivre à Berlusconi ? », L’Orient Le jour, 1ro de abril de 2006.
«Can Italy survive Berlusconi?», Korea Herald, 3 de abril de 2006.
«¿Puede Italia sobrevivir a Berlusconi?», El Tiempo, 3 de abril de 2006.
«Can Italy survive Berlusconi?», Daily Times, 4 de abril de 2006.
«Can Italy survive Berlusconi?», Taipei Times, 4 de abril de 2006.
«L’Italie va-t-elle survivre à Berlusconi?», La Libre Belgique, 5 de abril de 2006.