Tal parece que las circunstancias no cambian en lo referente a los atentados contra los comunicadores; es de recordarse que en 1976 en momentos aciagos para Latinoamérica, decenas de periodistas tuvieron que refugiarse en México, muchos de ellos en calidad de asilados, para salvar sus vidas ante las amenazas y las persecuciones de las salvajes dictaduras militares que se habían hecho del poder en la región.

Esa fue la motivación principal de la unidad de los periodistas.

Primero se realizó una reunión preparatoria, precisamente en esta ciudad y luego se llevó al cabo en el Distrito Federal el I Congreso que se convirtió en constituyente de la FELAP. Hoy por cierto, en este trigésimo aniversario nos acompañan dos de sus fundadores, estupendos, reconocidos y respetados colegas: el cubano Ernesto Vera, presidente de honor y el chileno Hernán Uribe, quien ocupa el cargo de presidente de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas.

Ética y despenalización de los delitos contra la prensa: injuria, calumnia y difamación fue el nombre de la mesa de trabajo, en la que participaron el mencionado Hernán Uribe, quien en su exposición nos relató un hecho que refleja el burocratismo agresivamente supino para llamarle en forma magnánima, puesto que sino fuera una manifestación más de agresión a los comunicadores provocaría la hilaridad.

Hernán Uribe, de más de 80 años de edad, estuvo a punto de no llegar a la reunión de la FELAP porque el gobierno chileno se negaba a renovarle su pasaporte porque según sus caducos archivos no había cumplido una sentencia que recibió, exacto por el delito de difamación que se le construyó por una crítica al presidente en turno que desgobernaba a Chile en el año de 1951, y que si cumplió.

¿De qué se trata después de 55 años del aquél suceso? Simple y llanamente de amedrentar a los periodistas para así socavar las libertades de prensa y expresión, así como el derecho a la

información. Uribe, no obstante que es un símbolo de esa resistencia dijo ante un público formado por estudiantes y periodistas y que colmaba el auditorio de la Universidad del Valle
de Cuernavaca, que si bien es cierto que los informadores luchamos por la despenalización de los llamados delitos contra la prensa, el periodista debe conducirse con ética, ya que debe quedar perfectamente diferenciado al periodista de los sujetos que en aprovechamiento de algún medio se dedican a delinquir.

El abogado mexicano Ramón Obón, uno de los defensores de la revista Proceso en el juicio que le entabló la llamada primera dama Martha Sahagún de Fox, hizo un detallado análisis de las leyes mexicanas que primero garantizan las libertades de prensa y expresión y el derecho a la información y luego con pequeñas trampitas lo limitan todo.

Carmen Rivas, de la Agrupación de Periodistas de Comisiones Obreras de España, otra de las panelistas, hizo una amplia explicación sobre la importancia de la ética del periodista. Palabras más, palabras menos, explicó que si el informador tiene como objetivo primordial el servir a la sociedad, por ello mismo debe conducirse con responsabilidad y con veracidad.

Conmovió María Rosa Gómez, de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico, con videos donde se demuestra la agresión de agentes del FBI, contra periodistas por el solo hecho de cubrir las informaciones referentes a los movimientos independistas de esa nación que hoy está asociada a Estados Unidos.

En fin, una reunión en la cual se renueva la lucha para lograr la despenalización de los delitos contra la prensa, que por ahora sigue siendo el arma favorita de los hombres del poder para amedrentar a los periodistas y socavar las más sagradas libertades del hombre, las de prensa y expresión.

# Agencia ALAI AMLATINA