Desde la victoria de Hamas, Al Fatah se ha mostrado prudente y perplejo frente a la nueva situación. En realidad, Al Fatah, aún no se ha recuperado tras su derrota y no quiere aparecer como un rival envidioso o como el cómplice de un fracaso de Hamas. En cuanto al gobierno de Ismail Haniyeh, aún no está seguro de las «buenas» intenciones de Abu Mazen y su equipo. En semejante clima, la suerte de la gobernabilidad palestina es vaga.
La situación en Palestina es excepcional. Eso no quiere decir que haya que censurar a la Autoridad o a Al Fatah, pues no es su culpa. Ello se debe a las condiciones que caracterizaron el nacimiento del proceso de paz y que han servido como base para la creación de la autoridad nacional que mayoritariamente depende de la ayuda exterior.
La victoria de Hamas, ya sea democrática o no, no ha hecho otra cosa que complicar la situación y multiplicar los medios de presión sobre los palestinos. Es lo que vivimos actualmente en todos los planos.
¿Cómo debe reaccionar Mahmud Abbas en tal situación? No hay ningún interés en apoyar a Hamas de forma incondicional, pues esa posición podría poner a todos los palestinos en una posición delicada, en un embargo cruel. Al mismo tiempo, los principios de Abu Mazen le impiden aprovechar la delicada situación que vive Hamas para derrocarlo y retomar todos los poderes.
Abu Mazen ha hecho una buena elección al reconocer públicamente la legitimidad de Hamas y desafiando a quienes lo amenazaron con pesadas sanciones en caso de reconocimiento al movimiento «terrorista». Paralelamente, ha mostrado una flexibilidad que le permite preservar el apoyo de cierto número de colaboradores extranjeros.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, no forma parte de los sedientos de poder. Gran parte de sus decisiones ha sido tomada por necesidad y no por voluntad de ampliar su poder o de marginar el papel del nuevo gobierno. Es lo que deben comprender los responsables de Hamas.
¿Dónde están las promesas de Hamas a los ciudadanos palestinos? No es suficiente denunciar al ex gobierno y hacerlo responsable de la situación actual. Se deben presentar las alternativas y apoyar al presidente de la Autoridad Palestina que no escatima esfuerzos para desbloquear la situación actual.
«المأزق الفلسطيني : حكومة الظل.. وهل من اعتراض؟», por Nabil Amr, Asharq Alawsat , 18 de abril de 2006.
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