El momento en que el Gobierno tomó la decisión de rescindir el contrato con Occidental pasó al control de Petroproducción, según la Ley de Hidrocarburos, la operación de los campos Edén Yuturi, Limoncocha y el Bloque 15. Son 76 mil barriles de petróleo por día que se incorporan a la producción estatal, o lo que da lo mismo, 1 200 millones de dólares anuales.
Fue y será un hecho histórico para la industria petrolera nacional aquel 15 de mayo de 2006, cuando el gobierno de Alfredo Palacio a través del ministro de Energía Iván Rodríguez decretó la caducidad del contrato con la petrolera OXY.
El momento en que el Gobierno tomó la decisión de rescindir el contrato con Occidental pasó al control de Petroproducción, según la Ley de Hidrocarburos, la operación de los campos Edén Yuturi, Limoncocha y el Bloque 15. Son 76 mil barriles de petróleo por día que se incorporan a la producción estatal, o lo que da lo mismo, 1 200 millones de dólares anuales.
La OXY permaneció 21 años en el Ecuador, durante el período 1999-2004. Fruto de la explotación de los campos petroleros, obtuvo 2 400 millones de dólares de ganancias. Según datos de OXY, la empresa ha invertido en las instalaciones cerca de 1 000 millones de dólares, lo cual implica que ya recuperó hace rato dicha inversión, con creces. Por otra parte, el Ecuador ha recuperado para las presentes y futuras generaciones, cerca de 300 millones de barriles de reservas probables y posibles; o sea, hoy somos dueños de 12 mil millones de dólares, valor estimado de los campos recuperados para el Estado.
La falta de decisión del Gobierno, ante tan delicado tema, no es justificación para que el Presidente Ejecutivo de Petroecuador y el vicepresidente de Petroproducción no hayan previsto con la oportuna antelación un Plan de Contingencias, a fin de que el proceso de reversión de las operaciones se de en condiciones normales. El día en que los técnicos de Petroecuador ingresaron a las instalaciones del Bloque 15, ubicado a dos horas de Shushufindi, se encontraron con un panorama desolador, un ambiente de hostilidad que era previsible dadas las condiciones reinantes de incertidumbre.
De los 300 obreros que trabajaron para OXY, los mandos medios y altos decidieron abandonar sus puestos de trabajo, se guardaron celosamente las llaves de los vehículos, de las oficinas, etc. En tales circunstancias, los técnicos estatales buscaron de la manera más civilizada, establecer una coordinación fructífera con sus homólogos de OXY, que habían decidido continuar laborando. Es allí cuando se juntan voluntades, dejando a un lado intereses mezquinos y, sobre todo, buscando precautelar los intereses nacionales.
En la sala de reuniones deliberaba un grupo de 50 técnicos ecuatorianos, los uniformes eran casi los mismos, así como el afán de colaborar para sacar adelante la operación petrolera. Un ingeniero de OXY, que prefirió mantener su identidad en reserva, coordinaba la distribución del personal, donde los técnicos de Petroecuador se entrelazaron con los de Occidental. Los organigramas provisionales fueron elaborados escogiendo a los mejores cuadros, dando un ejemplo al país de unidad, desprendimiento, madurez y patriotismo, dignos de reconocimiento público.
Entre tanto las autoridades de Petroproducción oportunamente ubicaron desde otros campos petroleros a ingenieros experimentados, a fin de que se hagan cargo de las facilidades de producción, mantenimiento eléctrico, instrumentación, etc. Para el control de los pozos en el Bloque 15 ya trabajan varios técnicos en la operación, el reacondicionamiento y perforación de los pozos pendientes.
La administración de Petroproducción está obligada a proveer a los trabajadores que pertenecieron a OXY de los contratos de trabajo, así como aquellos contratistas de la empresa Conducto, que ante la emergencia han asumido puestos de mayor responsabilidad. Del mismo modo, para los técnicos estatales la normalización de la operación de los campos será cosa de tiempo, siempre y cuando el Gobierno asigne todas las facilidades de producción que permitan tomar el control definitivo de la producción petrolera, tanto en el Bloque 15 como en Limoncocha y Edén Yuturi.
Es importante mantener la estructura orgánico-funcional de la cesada OXY, el personal ha recibido la inducción correspondiente a fin de cumplir con los procesos de seguridad industrial y normativa interna, en aras de conservar la buena marcha laboral y operativa. Del mismo modo, existen falencias que de a poco se van superando, por ejemplo la falta de operadores PLC, quienes estaban a cargo de los pozos, mediante el control electrónico remoto y sistema automático de operación de válvulas. Muchos de los operadores de OXY decidieron no trabajar para Petroecuador, ante lo cual se cubren estas plazas con personal contratista.
Un dato interesante tiene que ver con que OXY mantuvo un contrato con la empresa Schlumberger, para la provisión de servicios técnicos relacionados con la automatización de los sistemas remotos de telecomunicaciones, internet, manejo e instalación de software, son paquetes y programas que han permitido automatizar la Planta en el Bloque 15 y en Edén Yuturi. Petroecuador debe firmar de manera urgente con esta empresa de servicios, el convenio para mantener el control tecnológico en esta área.
En los medios de comunicación ya se escucha a los voceros de las transnacionales, como a Enrique Proaño –ex funcionario de REPSOL YPF- señalar sin tapujos que Petroecuador no tiene capacidad de gestión, por ello intentan los vendepatria crear un comité de emergencia, especulan con estructurar una unidad ejecutora, hablan de conformar un comité de licitaciones presidido por el directorio político de Petroecuador para licitar los campos a empresas nacionales o estatales.
Una vez más se niega al técnico ecuatoriano el derecho de asumir con suficiencia y capacidad los retos que la Patria exige. ¿De qué ha servido la lucha del pueblo en las calles para exigir la caducidad del contrato con la OXY, si se vuelve a entregar la soberanía a empresarios criollos con intereses extranjeros? Recordemos que con trabajadores de Petroecuador, empresas como SIPEC de Chile se benefició con el regalo de los Campos MDC, Huachito, Biguno, Paraíso; PETROBRAS hoy sobreexplota el Campo Palo Azul; REPSOL YPF usufructúa los campos Tivacuno, Bogi Capirón; TECPEC hoy goza de la explotación del mejor crudo del país en el campo Bermejo; PETROSUD Y PETROBELL saquean los campos Pindo, Palanda, Yuca Sur, Tigüino, etc. Al Ecuador no le conviene entregar los pozos tampoco a PEMEX, PDVSA, o cualquier empresa estatal, cuando se está demostrando una vez más la capacidad técnica de los ecuatorianos, pues la fusión de los técnicos de OXY con los de PETROPRODUCCIÓN está sacando adelante la producción petrolera, sin apoyo de ningún gringo ni latino advenedizo.
Ahora se habla de crear un fideicomiso para que alguna empresa aventurera y oportunista, vinculada posiblemente a sectores políticos oligárquicos, se haga cargo de los campos. El país no debe aceptar negociación alguna debajo de la mesa. ¿Acaso Petroecuador, con más de 3 400 millones de dólares en activos, no puede solicitar un préstamo bancario para mantener la operación en manos ecuatorianas, hasta que en poco tiempo el Estado reciba los beneficios de la explotación de los pozos de la OXY?
Hacer lo contrario debe ser entendido como doble traición a la Patria, pues nuestro pueblo demanda obras, y de los campos de OXY se podrían obtener más de 1 000 millones de dólares para la inversión social.
El Ecuador vive momentos históricos, donde no serán los técnicos de Petroecuador los que aparezcan en los anales de la historia como traidores, sy i no se recupera el patrimonio de los trece millones de ecuatorianos, no será por culpa de los trabajadores. Las autoridades deberán responder ante el país.
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