Estar dentro de la OPEP significa mantener control de los precios del petróleo, lo cual garantiza mayores ingresos para los estados miembros.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, es un organismo internacional que vela por la aplicación de las políticas petroleras en el mercado internacional que competan a sus estados miembros.
La suma de la producción de los países miembros de este cartel petrolero representa el 40% del petróleo mundial y el 78% de las reservas de crudo del planeta. Con la incorporación de Ecuador a la OPEP, son trece las naciones que hoy conforman esta organización, cuya producción alcanza los 31 millones de barriles de petróleo por día, de los que nuestro país aportará con 0,5 millones de barriles diarios (Ver cuadro).
Como es conocido, el gobierno de Sixto Durán Ballén desafilió al Ecuador de la OPEP, allá por 1993, privándole al país de enormes ventajas que hoy se vislumbran con el reingreso alcanzado por el actual mandatario Rafael Correa. Entre las ventajas para nuestro país cabe destacar las siguientes:
• La eliminación del cartel de intermediarios que lucran de la comercialización del crudo ecuatoriano en mercados internacionales. Al respecto, vender directamente nuestro crudo representaría un ahorro millonario al fisco, pues siendo miembros de la OPEP, podríamos aprovechar este organismo para colocar el crudo Oriente y Napo en las refinerías de los países socios. A propósito, empresas como Glencore, según fuentes de Petroecuador, entre junio de 2006 y marzo de 2007, tienen asegurado el embarque de 8.6 millones de barriles; volumen que considerando el diferencial por calidad de USD 11.97 que cobra Glencore al Estado, le reporta a la empresa más de 100 millones de dólares, que no ingresan a las arcas del gobierno.
• Con el reingreso a la OPEP podemos aprovechar la compra a precios preferenciales de los derivados que requiere el país para el consumo interno. En la actualidad el barril de gasolina se cotiza en USD 100, mientras que el de diesel está sobre los USD 109, datos que superan al precio del barril de crudo, de 85 dólares. A su vez, los acuerdos entre países socios y hermanos como Ecuador y Venezuela ya han reportado beneficios para nuestro país: recordemos que con el embarque de los 3.7 millones de barriles de diesel que Venezuela nos ha venido entregando entre enero a julio de 2007, el país ahorró sobre los 14 millones de dólares.
• Estar dentro de la OPEP significa mantener control de los precios del petróleo, lo cual garantiza mayores ingresos para los estados miembros.
• La transferencia tecnológica y la inversión soberanamente canalizada, permitirían financiar la construcción en tiempo récord de una refinería que cubra el déficit de derivados y permita exportar productos blancos al mercado internacional. Solo en 2006, Petroecuador gastó más de 2.300 millones de dólares en la importación de diesel, GLP y nafta para las gasolinas, hecho que evapora los ingresos por la venta de crudo.
La incorporación del Ecuador a la OPEP tiene que definir el mapa de los destinos de exportación del crudo oriente, de Petroproducción; y, del crudo Napo del Bloque 15. En efecto, de un total de 72 millones de barriles que se exportaron en 2006, más del 52% (37 millones de barriles) se destinó a la costa oeste y al golfo de los EE.UU. creando una marcada dependencia de la venta de crudo al mercado norteamericano, fruto de cuya entrega el país ha perdido ingentes recursos por seguir vendiendo el barril de petróleo en dólares.
Al respecto, si consideramos la cuota de exportación diaria del Ecuador, que asciende a 180.000 bl/día, bajo una cotización estimada de USD 80 el barril, el Estado recibe +/- 14 millones de dólares diarios o, su equivalente, 5200 millones de dólares al año. Si vendiésemos el mismo crudo en euros ganaríamos 21 millones diarios; es decir, sobre los 7700 millones de dólares anuales. En definitiva, la venta de nuestro petróleo en euros, reportaría al Ecuador un ingreso adicional de 2500 millones de dólares, que hoy perdemos por seguir transando en una moneda devaluada, como es el dólar.
Es tiempo de que nuestro país abra los ojos al mundo. Rompiendo aquel espejo que no nos dejó ver más allá de los intereses ligados a los EE.UU. y sus empresas. La herencia de saqueo, devastación del medio ambiente y perjuicio económico que nos han legado la GULF, la TEXACO, la OXY y otras petroleras, nos deja una lección, que no es otra que “es urgente que el pueblo arrebate el poder y, con ello, el control del sector petrolero”, acción que permita canalizar los negocios en función del interés público, en suma, de los pobres del Ecuador. Urge volver los ojos al Sur, con Venezuela como principal aliado, cabe estrechar las relaciones comerciales en la región, a través del ALBA, del Merco Sur, para conformar el bloque económico que enfrente en conjunto a los tentáculos de las grandes potencias, como son las transnacionales. El momento en que un gobierno toma decisiones los cambios vienen por sí solos, para muestra un botón: la sola entrega de más de 3 millones de barriles de combustibles al país por parte de Venezuela, nos ha beneficiado en 14 millones de dólares en ahorro.
En tal sentido, el retorno del país a la OPEP abre las puertas a la posibilidad de mejorar los ingresos fiscales, en medio de una alianza antiimperialista, que coloca al Ecuador entre los llamados halcones de la OPEP, como son Venezuela e Irán.
No obstante, veo con preocupación la incoherencia que manifiesta el actual gobierno, que no concuerda con el discurso nacionalista, soberano, que pregonan los asambleístas de Alianza País, incoherencia por la intención de entregar los campos petroleros marginales a la empresa privada. Resulta absurdo delegar a empresas estatales foráneas la explotación de campos en plena producción, cuando sobra el capital humano capaz de asumir esta tarea y también la plata que se festina en cualquier otro menester, menos en el apoyo a los campos estatales.
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