Para Andrés Manuel López Obrador hay una buena noticia y otra mala. La buena es que escapa a las dos principales dificultades que tuvo Al Gore en el año 2000: no está tratando de impugnar el resultado de una circunscripción cuyo gobernador es el hermano de su adversario y donde el responsable de la votación participa en la campaña de contraria. La mala noticia es que no debe impugnar 2 000, sino 200 000 boletas.
López Obrador debe tomar medidas inmediatamente para movilizar a sus militantes, pedir un nuevo conteo y no admitir nunca que es posible que su adversario haya recibido más votos que él. En resumen, debe hacer lo que no hizo Al Gore. La campaña de Gore a favor del conteo de votos fue digna, razonable y responsable… y sin éxito. Lo que debe hacer López Obrador es lo que hizo George W. Bush: activismo.
Calderón, por su parte, debería aceptar el conteo y mostrarse digno. Actuando así quizás pierda, pero si es electo sin ese conteo no tendrá ninguna legitimidad.
«Don’t Take the High Road», por Ronald Klain, Washington Post, 9 de julio de 2006.
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