Ortega obtuvo un 40,85% en las urnas; su rival inmediato, Eduardo Montealegre, de la Alianza Liberal Nicaragüense-Partido Conservador (ALN-PC), un 32,68%; y José Rizo Castellón, del Partido Liberal Constitucionalista (PLC, en el poder), un 21,37%.

La segunda vuelta, de acuerdo con la legislación nicaragüense, se convoca únicamente, si ninguno de los candidatos a la presidencia ha logrado el 35% de los sufragios.

A principios de la década del 80, en pleno fragor de la Guerra Fría, Ortega ya se desempeñó como presidente de Nicaragua. Poblado por cinco millones de personas, este país centroamericano era en aquella época la verdadera manzana de la discordia para dos superpotencias. La URSS hacía lo posible por afianzarse en esta cabecera de playa, delante de las narices de Washington, mientras que Estados Unidos se dedicaba a entrenar a los ‘contras’, proporcionándoles armamento y dinero.

El mandato de Ortega fue breve. El país estaba sumido en una contienda civil y la población pasaba hambre, de modo que el Gobierno sandinista fue reemplazado por otro, más democrático. A partir de entonces, Ortega hizo cuatro intentos por presentarse como candidato a la presidencia, todos ellos infructuosos. Su éxito actual, en opinión de politólogos, es atribuible al continuo deterioro de la situación económica y a la nueva imagen del propio Ortega, quien ha cambiado el uniforme y el fusil por un traje civil y ha suavizado en grado considerable sus consignas. ‘Por amor a Dios, dennos la oportunidad de gobernar en paz y sacar a este país de la miseria’ - repite él.

Desde Washington ya se oye que las relaciones entre EE.UU. y Nicaragua van a empeorar mucho, incluida la eventual introducción de sanciones contra Managua, en caso de que el líder sandinista vuelva a la presidencia. Sin embargo, detrás de Nicaragua está la influyente Venezuela cuyo mandatario Hugo Chávez ha hecho reiteradas alusiones a la posibilidad de cortar los suministros del crudo venezolano a cualquiera que se atreva a inmiscuirse en los asuntos internos de sus aliados. Cuba y Bolivia también han manifestado su enérgico respaldo a Daniel Ortega en el transcurso de la campaña electoral.

Nacido en 1945, en la familia de un empresario que había luchado en 1927-1934 contra la ocupación norteamericana y, más tarde, contra la dictadura de Anastasio Somoza, Daniel Ortega se incorporó en 1962 al Frente Sandinista de Liberación Nacional, proscrito en aquella época, y encabezó el movimiento de la resistencia urbana. Fue detenido en 1967 y liberado en 1974, después de que los sandinistas habían secuestrado a una serie de importantes funcionarios públicos. La revolución de 1979 acabó con el régimen de Somoza y llevó a Daniel Ortega a la dirección del país. Poco después se desencadenó la guerra civil, en la que EE.UU. apoyó abiertamente a los ‘contras’, y aunque Ortega pudo ganar los comicios presidenciales de 1984, no pudo revalidar el mandato en 1990 perdiendo a Violeta Chamorro, candidata que contaba con el respaldo de Washington.

Fuente
RIA Novosti (Rusia)

Ria Novosti, 07/ 11/ 2006.