El polémico movimiento de tropas de la Marina en el estado de Oaxaca, se puede explicar a partir de la relación que se tejió desde el inicio del sexenio entre el secretario de Marina, Marco Antonio Peyrot, y el presidente de la República, Vicente Fox; una relación que le ha permitido al titular de la Armada el nepotismo en el ejercicio de su cargo y el flujo de recursos millonarios administrados por su grupo compacto de incondicionales.
Hace seis años el presidente Vicente Fox salvó del ostracismo a Marco Antonio Peyrot González al nombrarlo secretario de Marina. Peyrot era un oscuro vicealmirante aislado del círculo de poder de la Armada que en tres años vislumbraba su retiro.
El hombre no fue incluido en los ascensos del 20 de noviembre de 2000, lo que alejaba aún más la posibilidad de siquiera ser mencionado como uno de los almirantes que podían suceder al entonces secretario de la Marina, José Ramón Lorenzo Franco.
Pero los golpes de suerte existen y la asunción de Vicente Fox a la Presidencia de la República implicaba buenas noticias para Marco Antonio Peyrot.
La llegada al poder de un grupo emergente de la elite política requería precisamente a un marino de mediano nivel que fuera ajeno o, por lo menos, que no perteneciera a la estructura de poder del secretario de Marina saliente. Y para Vicente Fox y su grupo fue precisamente Marco Antonio Peyrot el más indicado.
“Peyrot era el hombre que estaba totalmente marginado, por lo tanto, el hombre que podía actuar de manera incondicional en torno a un grupo emergente”, dice Guillermo Garduño, autor de El Ejército Mexicano, organización y estrategia, de próxima aparición.
“El 20 de noviembre de hace seis años él no fue ascendido a almirante, entonces todo parecía condenarlo al retiro en los años siguientes. Al momento de hacer la designación del secretario de Marina, éste llega como almirante de último momento.
“Fox designa a Peyrot titular de Marina y lo asciende a almirante el 1 de diciembre. Él no podría haber sido secretario de Marina y lo nombran después de designarlo almirante”, comenta Garduño, y recuerda que el antecesor de Peyrot, Lorenzo Franco, “también fue ascendido el 20 de noviembre pero de hace 12 años”.
La camarilla
La llegada de Marco Antonio Peyrot a la Secretaría de Marina implicó una reestructuración en el alto mando de la Armada y colocó al actual secretario como el jefe del grupo que se posicionó en la transición.
Peyrot desplazó a la vieja generación y continuó con la política de la Armada de paralizar los ascensos. “No ha habido un solo ascenso al almirantazgo en todos estos seis años, con lo cual, la idea de Peyrot ha sido disminuir los mandos; todo el escalafón está estancado”, comenta Garduño.
Una de las acciones cuestionadas a Peyrot al frente de la Marina ha sido la reincorporación de sus hermanos en la estructura del alto mando de la Armada, y lo que para algunos analistas ha sido el reflejo de la influencia de Peyrot en la estructura política del actual gobierno, ha dado como resultado la promoción y la incorporación de su hijo en el Partido Acción Nacional.
Marco Antonio Peyrot Solís, hijo del secretario de Marina, fue hasta hace algunas semanas diputado federal por el PAN y aspiró a la presidencia de la Comisión de Marina en la Cámara de Diputados.
Peyrot Solís es marino, ostenta actualmente el grado de capitán de Corbeta y pidió licencia indefinida en el Congreso para poder aspirar a un ascenso y asumir el grado de capitán de Fragata en la Armada, ascenso que se definiría en la gestión de su padre.
En el caso de sus hermanos Manuel y Alberto Peyrot González, fueron reincorporados en la estructura de mando de la Marina después de que ya se habían retirado y en el contexto de la asunción de su hermano Marco Antonio a la titularidad de la Armada, sostiene Guillermo Garduño.
“Este señor (Marco Antonio Peyrot) ha convertido a la Marina en el centro de su nepotismo”, dice el analista. “Lo primero que hace al llegar a la Marina es traer del retiro a los dos hermanos que eran vicealmirantes, y los vuelve a poner en vigencia; están dentro de la Secretaría de Marina, en un cuerpo colegiado que constituye el alto mando”.
“La sagrada familia sigue con el hijo de Peyrot que era diputado federal del PAN y que aspiró a estar al frente de la Comisión de Marina; está terminando esto como un negocio familiar”, dice Garduño.
El almirantazgo
En el libro El Ejército Mexicano, organización y estrategia, Guillermo Garduño establece los hechos y el contexto en el que asumió Peyrot la titularidad de la Secretaría de Marina y cómo ha tejido las redes de poder para establecer cotos en el almirantazgo.
“Al producirse la sucesión presidencial del año 2000, verdadero parteaguas en cuanto a la tradición del partido único que conservó el poder desde 1929, las expectativas de cambio se orientaron hacia los vicealmirantes. En efecto, nueve de ellos fueron ascendidos el 20 de noviembre de ese año, unos cuantos días antes de la sucesión.
“De acuerdo con su fecha de alta se clasifican uno de la generación 1956, uno de 1957, cinco de 1959, uno de 1960 y uno de 1961. Eso quiere decir que el entonces vicealmirante Marco Antonio Peyrot había sido rebasado por sus compañeros de armas y, por ser de la generación 1957, no le quedaba más camino que el retiro en 2003 y que su comisión no iría más allá del 2005. Pero al ser designado secretario del ramo el 1 de diciembre de 2000, verá cómo son retirados la mayoría de sus rivales y los almirantes en turno.
“A nivel de interpretación de lo anterior diremos que los 17 vicealmirantes de mando están comprendidos en su mayoría en el período de gobierno actual, es decir, de 2000 a 2006. Los 24 vicealmirantes del cuerpo general del período 2004 al 2012 tienen la posibilidad de ascender al almirantazgo, sobre todo los pertenecientes a las generaciones con mayor tiempo, es decir, los que puedan abarcar la mayoría del período 2006 a 2012, aunque es evidente que dadas las limitaciones de ascenso no todos llegarán.”
En el libro se establece que de los mandos retenidos, “un vicealmirante con fecha de retiro en el 2001 y un contralmirante que se retiró en 1997, son hermanos del actual secretario, es decir, hablamos de Manuel y Alberto”.
El analista realiza un diagnóstico de las camarillas que se conforman en torno al poder en la Secretaría de Marina y el caso concreto de la que se formó alrededor de Marco Antonio Peyrot.
“Lo anterior nos muestra que las camarillas son generacionales, lo que no significa que sean clubes de amigos sino grupos de interés, y la tendencia actual es reducir los almirantes a tres: el secretario, el subsecretario y el oficial mayor.
“En cuanto a la tendencia histórica es que los mandos de las generaciones desplazadas a retiro obligatorio no regresen al activo, excepción hecha del almirante Bravo Carrera quien retornó del retiro al llamado de Luis Echeverría, y estuvo bajo sus órdenes cuando Bravo Carrera era oficial mayor y Echeverría director de cuenta de la dependencia.”
El incondicional
La sorpresiva y aparatosa incursión de la Marina en las costas de Oaxaca en el marco de un conflicto social que ha derivado en una crisis política, se interpretó en círculos periodísticos y políticos como una acción instrumentada desde Los Pinos ante la negativa de intervención disuasiva de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Las diferencias entre las dos dependencias parecían hacerse evidentes y Marco Antonio Peyrot pagaba los favores del presidente de la República, señala Guillermo Garduño.
Y es que siempre ha habido “una distancia entre la Marina y la Defensa”, comenta el investigador, y dice que lo interesante en la coyuntura política actual, es esa “entrega incondicional” que hace la Marina a Fox en el caso de Oaxaca.
“Quizá es la forma de agradecerle al presidente el haber puesto a su hijo en la bancada del PAN o que piensa que sus hermanos van a quedar muy bien en el siguiente sexenio”, dice.
La Marina incursionó en Oaxaca con 955 elementos, un desembarco anfibio con fuerzas helitransportadas, incursión acuática y desplazamientos por tierra.
En un boletín fechado el 10 de octubre pasado, la Secretaría de Marina intentó justificar su acción en Oaxaca aduciendo a un acto de entrenamiento, y anunció que “con este ejercicio se dio por terminada la operación Adiestramiento Otoño 2006”.
“De esta forma, la Secretaría de Marina-Armada de México ha consolidado su meta de lograr que cualquier persona que realice actividades marítimas en aguas nacionales tenga la certeza de que la institución vigila el cumplimiento de las leyes del Estado mexicano en la mar, en respuesta a la seguridad que la sociedad demanda”, concluía el comunicado de la Marina.
La incondicionalidad de Peyrot hacia el presidente tuvo consecuencias positivas para la Armada, dice el investigador Garduño. “La Marina ha tenido como problema estructural la falta de presupuesto durante muchísimo tiempo y en este sexenio hubo para misiles y para muchas cosas; eso llama la atención”.
El armamento
De acuerdo con el quinto informe de labores, la Secretaría de Marina obtuvo las siguientes entregas de armamento el año pasado:
“Se recibieron cuatro helicópteros convertidos del Proyecto de Conversión de 11 helicópteros Bolkow BO-105 a la versión Súper Five; tres helicópteros se encuentran en trabajos de conversión en las instalaciones de la compañía Eurocopter de México.
“Se recibieron las dos primeras aeronaves CASA C-212 convertidas en patrullas marítimas en el Centro de Mantenimiento Aeronaval de Veracruz, y se recibieron dos helicópteros Panther adquiridos en el año 2004.”
Durante este periodo también se adquirió “equipamiento orgánico para las Fuerzas Especiales” que en este sexenio han adquirido relevancia en la organización de la Armada.
En el sexenio también se realizaron obras de infraestructura, dragado y desarrollo portuario, además de las adquisiciones de armamento pesado y armas ligeras.
De acuerdo con los programas y proyectos de inversión del Presupuesto de Egresos de la Federación del año pasado, la Secretaría de Marina registró una inversión en armamento e infraestructura por un monto de 8 mil 914 millones 387 mil 789 pesos. Se aclara que al 1 de enero de 2005 los programas y proyectos de inversión “con asignación de recursos” implicaban un monto de 2 mil 534 millones 334 mil 963 pesos.
Destaca la construcción de dos buques de vigilancia oceánica con embarcación interceptora y helicóptero artillado, con un monto de mil 204 millones 445 mil 656 pesos; la “actualización y modernización de 11 helicópteros Bolkow BO 105 a la versión CB2, y CB4 a la versión CB5”, con un monto de 134 millones 566 mil 305 pesos; la “actualización y modernización de ocho aviones CASA 212-200 serie S5 a patrulla marítima, con un monto de 363 millones 583 mil 935 pesos.
También es notable la “adquisición de buques de procedencia israelí para vigilancia oceánica” con un monto de 754 millones 396 mil 129 pesos.
Altas y bajas de almirantes (Ver tabla)
Fuente: El Ejército Mexicano, organización y estrategia
La sucesión
El hecho de que el secretario de Marina, Marco Antonio Peyrot, no haya ascendido en lo que va del sexenio a ningún vicealmirante, implica para el investigador Guillermo Garduño que el almirante secretario ha preparado el terreno para continuar al frente del grupo que seguirá controlando la Secretaría de Marina.
“Al no ascender a ningún vicealmirante, definitivamente sería dentro de su grupo que tendría la continuidad en la Marina”, señala Garduño, y aclara: “esto ya ha ocurrido en la Armada desde los viejos almirantes que entraron después de los años 20 y que ocuparon la Secretaría de Marina ininterrumpidamente y que nunca les quitaron el poder”.
La clave para descifrar quién será el próximo secretario de Marina se encuentra en los ascensos del próximo 20 de noviembre, dice el investigador. “Si no hay ascensos, cuidado porque estamos ante un grupo en el que Peyrot va a tener influencia”.
Dice el investigador que en estos momentos Felipe Calderón tendría que echar mano de los almirantes en activo, como lo marca la ley, sin embargo, la tradición también implica nuevos ascensos a fines de sexenio y entre los nuevos almirantes podría estar el nuevo secretario.
Actualmente son nueve almirantes en activo en la Secretaría de Marina, todos ellos dados de alta en el 2000, dos con fecha de retiro de años pasados y siete con posibilidades de asumir la titularidad de la Armada.
Destacan los almirantes Mariano Francisco Saynes Mendoza, Luis Fernando Zapata Espinoza, Armando Sánchez Moreno, Daniel Zamora Contreras, Raúl Niembro Almazán, Casimiro Armando Martínez Pretelin y José Luis Figueroa Cuevas.
El almirante Armando Sánchez Moreno es actualmente el subsecretario de Marina, y Raúl Niembro Almazán el oficial mayor; Casimiro A. Martínez Pretelín es el inspector y contralor general; Daniel Zamora Contreras es el comandante de la Fuerza Naval del Golfo y Mar Caribe, y Luis Fernando Zapata Espinoza, el comandante de la Fuerza Naval del Pacífico.
Uno de los vicealmirantes que pueden ascender y aspirar a la titularidad de la Marina es Alberto Castro Rosas, actual jefe del Estado Mayor de la Armada.
Todos los almirantes y el vicealmirante señalados anteriormente forman parte del grupo compacto en torno al secretario de Marina, además de sus dos hermanos que rescató del retiro al inicio del sexenio. “Pero se están estrellando con el término del periodo de Fox, es el fin de la gestión”, dice Guillermo Garduño y reitera que los hermanos del secretario están en una estructura colegiada de mando. “Están disfrutando el mando con el hermano”.
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