Casi, casi, como ayer. Como cuando era futbolista del Real Madrid, o el técnico de ese equipo y luego manager de la institución. Valdano atrae la atención y mujeres y hombres, niños, jóvenes y no tan jóvenes le piden permiso para hacerse una foto con él.
Lo curioso, esta vez, es que quienes quieren llevarse el recuerdo lucen camisetas del Barsa y Jorge Valdano es, aunque ya no esté en el club madridista, la cara del Real, parte de su historia.
Estamos en el Hotel Princesa Sofía, en Plaza Pío XII, a unas cuadras del Camp Nou, horas antes del clásico de los clásicos de España. Valdano concedió una entrevista a los colegas del Mundo Deportivo y a renglón seguido a 11Wing. Y habla de fútbol. De Messi, de Cristiano Ronaldo, de Kaká.
Habla del fútbol que le gusta y, también, de que la tecnología avanza descarada sobre el deporte en general. Y al hablar de fútbol, se muestra absolutamente convencido de que “El Barcelona es el que mejor juega al fútbol en el mundo”.
Y enseguida argumenta: “creen en eso de tener la pelota y sentirse protagonistas, tienen la posesión del balón y van pasando gente al ataque, asumiendo riesgos, sí, pero jugando”.
Explica sus ideas, una vez, dos, todas las veces que se haga necesario. Y nuevamente se refiere a Maradona, a Di Stéfano, a Cruyff…, al buen fútbol, al fútbol bien jugado, de “grandes jugadores”.
– Yo fui un jugador vocacional y no fui, sin embargo, un entrenador vocacional, son dos cosas muy distintas…
-¿Cuál es la diferencia?
– El jugador empieza y termina en su propio ombligo y el técnico tiene obsesiones, el técnico además de ser el técnico es el arquero y el puntero al mismo tiempo, debe influir en la dirigencia, entenderse inteligentemente en su relación con los medios –no sólo por él-, son muchas cosas, otras exigencias que demandan muchas energías, pasión, concentración. El fútbol pasa a ser el centro de la vida.
-Y vos ya no tenés esa energía, esa pasión.
– No, no es cuestión de energía o de pasión. Yo soy muy disperso, diversifico mi atención en viajar, en la vida con amigos, en ir al cine, leer, escuchar música y un entrenador requiere, insisto, de muy altos niveles de concentración y hoy no me veo en esa situación.
-¿Y qué debería ocurrir, subjetivamente, en tu cabeza, en tu vida, para que vuelvas al fútbol, a entrenar un equipo?
– No tiene que pasar nada especial. Sencillamente mis planteamientos vitales, en estos momentos, van por otro lado. Soy una persona que no premedita mucho. Mis grandes decisiones fueron siempre espontáneas y las tomé por impulsos. No descarto que vuelva a ocurrir, pero lo veo muy difícil.
Nadie para de pedirle que firme en una camiseta, una servilleta, un gorro. Los mozos van y vienen, la seguridad del hotel recorre el restorant con los ojos y afuera los hinchas del Barça hacen muecas y agitan bufandas para las cámaras de la televisión. Valdano sigue firmando autógrafos y habla. Nunca deja de hacerlo. Dice que Messi es el “jugador con más condiciones en el mundo, no hay otro como él. En la cancha Leo es un tipo feliz y confía totalmente en su talento”.
Defiende a Raúl, ahora algo cuestionado en el Madrid y en la selección española: “Raúl es un gran futbolista que debe jugar más cerca del arco, siempre fue goleador y se convirtió en un luchador. Una tontería, cambiar un goleador por un luchador”.
Habla, opina, responde. “Cristiano Ronaldo tiene condiciones superlativas, le pega bien, conduce bien, regatea (gambetea) bien, pero le falta barajar bien todas las condiciones que tiene”. Y añade que Kaká es un jugadorazo, aunque hay que definir mejor si debe jugar veinte metros más adelante o atrás.
Y acerca del Real Madrid, de su larga crisis, apunta: “Lo que no soporta la gente es que el equipo no tenga un modo de ser definido. Se necesita una idea alrededor de la cual comenzar un proyecto”.
-Hace tiempo que te referís al fútbol como un juego primitivo que, por sus características, no admite la imposición de la tecnología que lo dañe en su esencia…
– Sí, no es la primera vez que lo digo, aunque creo que cada día me voy quedando un poco más solo. Para mi la tecnología, en este caso, es una invasión a un juego de otro siglo, a un juego que no necesita que la pelota tenga un ruido especial o que el jugador esté conectado con el banco a través de una línea electrónica.
-Vuelvo a una anterior pregunta ¿por qué un estratega del fútbol, como vos, no siente deseos de volver a dirigir?
– …
-¿Por qué un estratega de tus características no vuelve para desplegar sus conocimientos dentro de un campo de juego, con un equipo preparado para reivindicar el buen juego frente a la cada día más asfixiante mecanización táctica?
– El buen fútbol se puede defender desde distintas trincheras, no solo como entrenador. Todo el mundo sabe que la opinión pública solo entiende de ganar o perder sin atender recursos que se emplean para conseguirlo. El problema, entonces, no es solo que está pervertido el juego sino que también está pervertido el discurso sobre el juego.
Vale recordar, con el permiso de nuestros compañeros del Mundo Deportivo de Barcelona, una frase con la que Jorge Valdano definió ante ellos el mundo de las exigencias desproporcionadas y agobiantes que vive la realidad futbolística, como consecuencia de las críticas despiadadas de un tipo de periodismo y de los espectadores: “Algún día va a llegar Jesucristo, va a decir cómo se tiene que jugar y a la tercera rueda de prensa ya saldrá alguien que dirá: Mira, ya viene otra vez este tío con el cuento de siempre”.
# Nota realizada por los periodistas Carlos Bonelli y Juan Carlos Camaño, publicada en la edición de mayo de la revista 11 Wing
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