Con el afán de controlar al Partido Acción Nacional y a sus candidatos, Felipe Calderón echa mano de dos políticos incondicionales: Juan Camilo Mouriño, jefe de la Oficina de la Presidencia de la República , y Jorge Manzanera Quintana, exsecretario de Elecciones durante la presidencia de Calderón en el PAN y coordinador de Redes en su campaña electoral.
La actuación de Jorge Manzanera divide al panismo, mientras que Juan Camilo Mouriño cosecha molestia e indignación, por dar cargos públicos a quienes se identifican como leales de Felipe Calderón Hinojosa, dispuestos a apoyar además a sus candidatos.
Juan Carlos Mondragón, exdirigente juvenil del Partido Acción Nacional (PAN), lamenta que la Presidencia utilice la nómina del gobierno “para influir en la libertad y voluntad de los militantes en la toma de decisiones internas. Eso me parece que es lo que no se vale, porque daña la dignidad de la persona.
“Me refiero a la contratación de panistas en los diferentes niveles de gobierno para que, a su vez, cuando haya una decisión de tipo interno del partido, es decir, elección de dirigentes o de candidatos, se influya o se oriente la decisión de los militantes hacia determinado candidato”.
Para el diputado federal panista Jorge Rubén Nordhausen González, quien conoce a Juan Camilo Mouriño, pues ambos son ciudadanos de Campeche, “la influencia del gobierno federal en las decisiones del partido se daba cuando gobernaba el PRI (Partido Revolucionario Institucional): el presidente de la República nombraba al presidente del partido y a todos los candidatos del país. Eso lo combatimos muchos años y sería terrible que ahora retrocediéramos”.
La historia profesional de Manzanera Quintana lo ubica como un destacado mapache electoral blanquiazul, a quien el candidato a la presidencia del PAN, Germán Martínez, integró a su equipo de campaña.
Ingeniero de profesión, Jorge Manzanera se presenta como un experto en la organización de elecciones, desde la promoción hasta la defensa jurídica en tribunales electorales. Ha intervenido en procesos internos y constitucionales del PAN mediante presiones, amenazas, división interna, uso de recursos inexplicables, oferta de cargos públicos, utilización de la fuerza pública, espionaje, despido de funcionarios contrarios, en coordinación con políticos locales, según testimonios.
Es integrante de El Yunque y fue miembro fundador de Desarrollo Humano Integral, asociación civil creada por la agrupación de extrema derecha y a la que perteneció también el presidente del PAN, Manuel Espino, asegura Manuel Aguirre, analista político del diario Norte, de Chihuahua.
Agrega que a principios de la década de 1990, Manzanera y Espino fueron presidente y secretario general del partido en Chihuahua, respectivamente. Entonces eran aliados y ahora son rivales políticos, porque Manzanera es leal al presidente Felipe Calderón y opera con el jefe de la Oficina de la Presidencia, Juan Camilo Mouriño.
Manzanera Quintana no concede entrevistas a la prensa. Ha operado desde sus posiciones en el partido y a través de dos empresas de su propiedad: Consultoría Privada y Gubernamental, ubicada en la calle de Miguel Laurent, y Desarrollo y Operación de Campañas, localizada en la excasa de campaña de Felipe Calderón, en la calle de Sacramento, colonia de El Valle, ambas en el Distrito Federal.
También es consejero de la comisión permanente del PAN, no obstante que Manuel Espino Barrientos y el secretario de Fortalecimiento Interno de Tamaulipas, Enrique Navarro, lo denunciaron por considerarlo operador de Los Pinos, al tratar de influir en la integración del nuevo Consejo Nacional del partido que resultó afín a Felipe a Calderón, “con una ventaja de tres a uno”, según reconoció el senador panista Federico Döring.
En abril pasado, el Comité Ejecutivo Nacional panista anunció que estaba investigando a militantes que supuestamente pretendían influir en la integración del Consejo Nacional. Dirigentes panistas mencionaron, de manera extraoficial, el nombre de Jorge Manzanera, "cuyas empresas tienen contratos con el jefe del Ejecutivo".
Ese Consejo Nacional es el que elegirá al próximo presidente del PAN, para cuya contienda ya se anotó Germán Martínez, exsecretario de la Función Pública, de los amigos incondicionales de Calderón Hinojosa.
El periodista Salvador Camarena, coautor del libro Los suspirantes, asegura que Jorge Manzanera “es un personaje muy singular en el universo de Felipe Calderón: ha entrado y salido varias veces. Se volvió fundamental en la operación territorial en la precampaña de Calderón contra Santiago Creel y después ayudó mucho en la campaña”.
–¿Lo usan en las contiendas internas del PAN para favorecer candidatos afines a Calderón?
–Eso es lo suyo.
Además de estos señalamientos, Manuel Espino lo denunció por intervenir, sin su consentimiento, en las elecciones a la gubernatura de Yucatán, en donde perdió el panista Xavier Abreu.
Para Jorge Nordhausen, el caso de Yucatán es lamentable. “Conozco de cerca el tema. Xavier era un hombre que traía todo para ganar. Por lo que yo escucho de los panistas yucatecos, el equipo fuerte, no del partido, sino de la Presidencia de la República, por no sé qué intereses entregó Yucatán al PRI. Y señalan a Jorge Manzanera como uno de los operadores de esa entrega”.
Recuerda que el partido de Campeche contrató a Manzanera para dirigir la campaña de Juan Carlos del Río a la gubernatura en 2003. “Nos quedamos muy cerca de ganar, la diferencia fue de 4 mil votos”.
Jorge Manzanera también intervino en la elección del dirigente juvenil del PAN, Juan Carlos Martínez. Los panistas denunciaron uso de recursos inexplicables, abuso de parte de policías federales, delegaciones secuestradas, espionaje, despido de funcionarios contrarios.
Una aspirante, la diputada Claudia Caballero, se retiró aduciendo presiones e intimidaciones de Jorge Manzanera: “La verdad, ya estoy harta de este tipo, si quieren que nuestro partido se convierta en un PRI, vamos por el mejor camino”
En entrevista, Héctor Javier Rivera López, excandidato de Acción Juvenil, asegura que Manzanera operó a nivel nacional para favorecer a Juan Carlos Martínez, quien dijo ser el candidato de Calderón, con la colaboración de políticos locales.
Manzanera, por ejemplo, consiguió el apoyo del alcalde de Reynosa, el panista Francisco García Cabeza de Vaca, quien despidió del gobierno municipal de Reynosa a personas que se manifestaron a mi favor”.
Juan Carlos Mondragón, exdirigente juvenil, confirma este hecho. Dice que “tras una llamada de Manzanera, el alcalde dio a los jóvenes la instrucción de votar por el candidato en cuestión”.
Jorge Manzanera y García Cabeza de Vaca han sido factores de división entre los panistas de Tamaulipas, desde su participaron en la campaña presidencial de Felipe Calderón en 2006. A pesar de que Ángel Sierra era el coordinador de la campaña en la entidad, Manzanera Quintana maniobró para que no se metiera en los municipios de Reynosa y Río Bravo, que son las zonas de influencia de García Cabeza de Vaca, generó conflicto.
Jorge Manzanera trabaja para García Cabeza de Vaca desde 2000, a quien en ese entonces asesoró infructuosamente para que fuera presidente municipal de Reynosa, cargo que alcanzó hasta 2004.
Desde 2005, la empresa de Jorge Manzanera, Consultoría Privada y Gubernamental, es proveedora del ayuntamiento de Reynosa y ha recibido cheques por al menos 2 millones 466 mil 300 pesos, por concepto de asesorías, revelan copias de los cheques.
Es el pago por cabildear en Los Pinos –de acuerdo con testimonios de panistas– para limpiar la imagen de García Cabeza de Vaca, quien supuestamente se enriqueció y favoreció a familiares con obra pública, documentó el periódico Hora Cero de Tamaulipas.
A pesar de su bajo perfil, Manzanera Quintana ha dejado otras huellas. El periódico Público de Guadalajara, Jalisco, en su edición del 19 de abril de este año, anunció que dicho político llegaría a la entidad. Lo identificó como “el operador de Felipe Calderón: una chequera que se mueve a sus anchas invitando a los panistas a unirse al equipo” del presidente, con miras a la conformación del CEN del PAN.
El 12 de junio, el Diario de México aseguró que “desde hace varias semanas están trabajando en Michoacán algunos de los operadores más cercanos a Mouriño, como Jorge Manzanera Quintana, director general de Desarrollo y Operación de Campañas, quien sería el responsable del diseño de las estrategias y del desarrollo de la campaña del ahora excandidato del PAN, Salvador López Orduña”.
A Manzanera Quintana también se le ubica por la asistencia jurídica que dio a Guillermo Galland, considerado “presidente espurio” del PAN en Hidalgo, según se presume, impuesto por Mouriño y Calderón. Además, Galland fue mencionado como uno de los orquestadores de la rechifla que recibió el presidente del PAN en la pasada Asamblea Nacional del partido, el 2 de junio.
El 7 de septiembre, el diario El Universal informó que la elección de la dirigencia estatal del PAN en el estado de México fue impugnada por la supuesta compra de votos, amenazas a los consejeros y ofertas de viajes. El senador panista Ulises Ramírez dijo que los denunciantes vincularon a Jorge Manzanera y a su empresa Desarrollo y Operación de Campañas.
Reedición priista
Por su antagonismo con Juan Camilo Mouriño –quien se ha convertido en uno de los hombres más influyentes en Pemex–, la empresa Suministros Industriales Carrizales, propiedad de Nordhausen, perdió terreno en la paraestatal. Quizá por eso, el legislador se muestra preocupado por el reparto de los cargos.
Reconoce que es facultad del jefe de la Oficina designar a los titulares de las delegaciones federales, con la aprobación de Calderón. Pero el problema, señala, es que esas designaciones se dan a gente que podría influir en la elección de algún candidato de partido, afín al presidente de la República; o, bien, a los consejeros que voten a favor de los candidatos del jefe del Ejecutivo, ya sean del partido o constitucionales.
En lo que va del sexenio se han cambiado 150 de los mil 139 delegados en todo el país, pero en muchos nombramientos ni siquiera se consideraron las cualidades técnicas o capacidades profesionales de los elegidos, sino la lealtad a Calderón, asegura.
Al respecto, Juan Camilo Mouriño declaró que “en esta administración federal se ampliaron los criterios, y hoy un requisito indispensable es la lealtad al proyecto de Calderón. Entendemos que haya gente afectada por no cumplir con lo segundo (la lealtad). Las delegaciones son puestos codiciados porque son bien pagados”.
Nordhausen menciona otra intervención del Ejecutivo: la elección del candidato a la dirigencia juvenil del PAN. El Comité Ejecutivo Nacional del partido desconoció esa elección por las irregularidades observadas: amenazas, presiones, compra y coacción del voto, manipulaciones, para que ganara el candidato de Calderón.
“Es imposible tapar el sol con un dedo. Esas prácticas priistas se están dando en el PAN actualmente. Vamos a luchar para que no continúen y se terminen para siempre”.
Espera que estas circunstancias no sean determinantes en la elección del nuevo presidente del PAN y, en particular, de Germán Martínez, exsecretario de la Función Pública de Felipe Calderón.
–Se ha mencionado que la mayoría del Consejo Nacional del partido es gente afín a Calderón.
–O delegados federales o en un puesto del gobierno federal o que por lo menos tiene una influencia sobre otros…
“Tenemos muchos consejeros nacionales. Los que están muy cerca del presidente Calderón son 80. Son los que van a votar, y si al rato los vamos a ver en la federación, ¿qué quiere que piense el mal pensado? Solamente no hagan cosas que parezcan malas”.
La intervención de Mouriño
Nordhausen refiere que a Vicente Fox lo criticaron por no “empanizar” al gobierno. El mismo Felipe Calderón, durante su precampaña a la Presidencia, decía: “Fox sacó al PRI de Los Pinos y yo voy a meter al PAN a Los Pinos”, en una clara alusión a que no se habían hecho los cambios en la estructura de gobierno.
No obstante, advierte que en el gobierno de Vicente Fox no se usó la nómina de la administración pública para poner a amigos o leales en el partido o en las candidaturas. En el anterior sexenio, el PAN tuvo dos presidentes: Luis Felipe Bravo Mena y Manuel Espino Barrientos, y no se observó ese afán de controlar al consejo concediendo puestos públicos.
“Ese fenómeno no se vio con Fox. Esto es inédito. Es una de las innovaciones que no son muy buenas, no son bien vistas, definitivamente.”
–¿Le preocupa la influencia de Mouriño en los procesos internos del partido?
–Ésa es la preocupación. Yo lo viví en carne propia, en Campeche. En la última asamblea estatal sentí la fuerza del gobierno federal. En Campeche tenemos aproximadamente 25 delegados federales panistas. Algunos son delegados, otros son directores o gerentes. Todos son campechanos, capitalinos. Pero, a la hora de una contienda, operan a favor de alguien y eso tiene bastantes significados. Ésa es la queja que he recogido.
La guerra del PAN
Manuel Espino Barrientos y Carlos Abascal Carranza, presidente y secretario general adjunto del Partido Acción Nacional (PAN), decidieron lanzar una cruzada en contra de El Yunque, por ser una de las organizaciones secretas incrustadas en el partido. Sin embargo, ellos mismos han sido identificados como integrantes destacados de esta entidad, cuyo lema es “el que obedece no se equivoca”.
Con la sucesión en el PAN, que habrá de definirse en diciembre, El Yunque juega su permanencia en el partido. Su rival es el candidato del presidente Felipe Calderón, Germán Martínez, exsecretario de la Función Pública.
Álvaro Delgado, autor de los libros El Yunque y El Ejército de Dios, dice que esta agrupación –clandestina, anticomunista, violenta– y Germán Martínez “no solamente ya pactaron sino que ya transaron. Y eso lo vamos a ver con toda nitidez en los días siguientes. Los allegados a Espino van a ocupar posiciones importantes y van a gobernar el PAN al lado de Germán Martínez”.
La sucesión en el blanquiazul es la culminación de una feroz disputa por el poder entre Manuel Espino y Felipe Calderón, entre el yunquista y el pragmático. El presidente tiene a la mayoría de los consejeros del PAN a su favor, además de los que supuestamente cooptó con cargos públicos.
Espino y Abascal convirtieron el tema de El Yunque –una cofradía secreta cuya misión es “implantar el reino de Dios en tierra mexicana”– en una prioridad dentro de las sesiones del Consejo Nacional del PAN, celebradas el 6 y 7 de octubre, con el ánimo de esclarecer su presencia en las filas del partido y tomar las medidas pertinentes para disminuir su influencia. En el fondo, para deslindarse de esa organización.
Álvaro Delgado identificó a Carlos Abascal como miembro del Yunque desde que éste formó parte del gabinete de Vicente Fox, como secretario del Trabajo, y a Manuel Espino desde que era secretario general adjunto con otro yunquista, Luis Felipe Bravo Mena, quien fue presidente del blanquiazul por dos periodos.
Cuando Espino Barrientos asumió la presidencia del PAN –con lo que el Yunque alcanzó su tercer periodo–, Delgado detectó que había 130 yunquistas entre los 370 miembros del Comité Ejecutivo Nacional panista, situación que explicaba el triunfo.
Previamente al Consejo Nacional, Carlos Abascal habló de El Yunque como si en verdad fuera algo ajeno a él y estuviera dispuesto a combatirlo. Sostuvo que no se puede admitir a priori que el PAN está subyugado por este grupo, ya que el partido “es mucho más que cualquier grupúsculo que quieran ponerle como sanguijuela”.
–Algunos creen que con Germán Martínez el partido se liberará de El Yunque.
–Me parece un prejuicio –dice Carlos Abascal–. Primero habrá que ver si, en efecto, El Yunque domina al partido, y luego si es necesario liberarlo. A partir de prejuicios no es la mejor manera de abordar un tema. Lo que vamos a estudiar es justamente si esto existe y, si existe, en qué dimensión existe. Después de eso veremos si hay que hacer algo. El panismo no ha estado subordinado a ningún tipo de corriente, grupo o corporación. Y ha sido libre, absolutamente libre en la toma de decisiones, con pleno respeto a las creencias y convicciones individuales de cada uno de sus miembros.
–¿Se corre el riesgo de que con Germán Martínez se cree un partido de Estado o dependencia del Ejecutivo?
–Será ésa una de las reflexiones más intensas que habremos de realizar los panistas de aquí a marzo. En la discusión, respecto de los candidatos que estén propuestos para dirigir al partido, esta consideración tendrá su peso específico.
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