“Soy una persona extremadamente sensible, mi vida se ha desarrollado con una entrega total al trabajo artístico, aunque me considero una artista frustrada, porque mis padres no me dejaron estudiar artes plásticas...”
Por sugerencia de uno de los colegas de OPCIÓN, concurrí a la casa de Magdalena Moscoso, con el propósito de entrevistarla. Personalmente no la conocía, ni tenía ningún antecedente sobre su quehacer artístico. Por eso, mi sorpresa fue grande al encontrarme frente a una persona locuaz y franca, totalmente entregada a su quehacer artístico y que se desenvuelve entre papeles, telas y algodones, zapatos viejos, cera y acrílicos, materiales que le sirven para poner a prueba su afán creativo, plasmando obras de arte, que ella las considera, sobre todo, como un ejercicio permanente, para ocupar su mente y su espíritu. Viva, locuaz, sus respuestas surgen rápidas y sin dubitaciones y reflejan una pasión inocultable por convertir cualquier material desechable, en trabajos artísticos de indudable valor.
- ¿Quién es usted y qué hace?
– “Soy una persona extremadamente sensible, mi vida se ha desarrollado con una entrega total al trabajo artístico, aunque me considero una artista frustrada, pues que desde niña me gustaba el arte; estudié ballet y quise estudiar artes plásticas pero mis padres no me dejaron, ellos creían que una profesión es solamente ser jurista, médico, arquitecto y otras similares; sin embargo, desde muchachita me salía por la ventana de mi dormitorio para asistir a las clases de ballet y cuando grande entré a la Escuela de Bellas Artes, pese a la oposición de mi madre, Escuela que abandoné porque me casé y tuve dos niños. Cuando quise retomar los estudios de arte mis hijos ya estaban grandes y sentí que no podía descuidarlos, eso me desanimó totalmente; sin embargo seguí creando mis obras de arte. Desde entonces hago pinturas, collages, máscaras, doblo cucharas, es decir utilizo el reciclaje de diversos materiales y siempre estoy pensando en qué se puede hacer y qué materiales se pueden utilizar”.
- ¿A este trabajo que usted realiza, se lo podría llamar artesanía?
– “No, no es artesanía, es arte, pues lo que yo hago es escultura y es también pintura; a lo mejor se lo puede llamar artesanía artística; además, siempre me ha gustado la figura humana y siempre estoy observando a la gente; en el reciclaje intento imitar a la gente y cuando lo logro me siento muy feliz”.
- ¿Qué es el reciclaje?
– “El reciclaje se da cuando recojo telas que ya no se usan, algodones, hilos, cartones, etc. y los utilizo como materiales para la creación artística; por ejemplo, recojo una cuchara que está fuera de uso y a ella le doy forma, le hago una carita, le añado otros pedazos de hierro, alambres y la convierto en una figura”.
- ¿Cómo se le ocurrió trabajar con materiales de desecho?
– "Hace unos seis años, una tía mía se enfermó, tuve que cuidarle y me pasaba sentada a su lado, para ocupar mi tiempo a veces pintaba o me ponía a crear cosas con los objetos que estaban a mi alcance; alguna vez tomé una media nylon, la rellené con algodón y, con aguja y colores, comencé a crear caritas, animales y objetos que iban saliendo de mi imaginación”.
- ¿Este trabajo usted lo realiza con intención artística?
– “Desde luego, porque yo soy muy sensible y cuando tomo en mis manos algún objeto, empiezo a crear cosas, poco a poco, a manera de desfogue. Me encanta trabajar con las manos, porque es un ejercicio que me ayuda a relajarme, me tranquilizo y quedo satisfecha. Es una especie de terapia, en la que a veces me paso mucho tiempo”.
- ¿Qué es lo que le inspira en su trabajo?
– “La fuente de inspiración fundamental son mis dos hijos, que son lo mejor que yo tengo; el menor es artista, es profesor de arte en la universidad; el mayor dibuja muy bien, él es biólogo, no siguió la carrera de arte; ellos son los que me empujan a seguir trabajando en el arte y me incentivan para que reúna mis trabajos y haga exposiciones con esas obras. Además tengo también amigos pintores, que critican mis obras y me ayudan a seguir adelante, pues ellos saben mucho más que yo de arte y a veces hasta me guían”.
- ¿El trabajo que usted realiza es un hecho artístico o es un pasatiempo?
– “Mi trabajo es artístico porque siempre estoy creando, siempre busco expresar nuevas cosas; el año pasado por ejemplo hice un curso en Manabí para enseñar a la población a utilizar artísticamente el coco, no solo para hacer cocadas, sino desde el campo del arte, haciendo figuras con el reciclaje de las hojas, del carapacho, para que puedan crear varias figuras de animales o cosas de las que les rodean, es decir les enseñé a hacer arte con esos elementos desechables”.
- ¿Su trabajo artístico es intencional o casual?
– “Es casual, porque yo veo o descubro alguna cosa que me pueda servir y empiezo a imaginar cosas, trato de cambiar su apariencia y me van saliendo las ideas que se plasman a través de mis insomnios. Según el material que yo tenga en mis manos busco los temas y las formas. A este trabajo yo no le dedico todo el tiempo, lo hago por temporadas, porque cuando no hay quien me empuje dejo de producir”.
- ¿Usted trabaja con alguna comunidad o fundación?
– “Yo estoy relacionada con algunas fundaciones. En Manabí por ejemplo trabajo con una fundación que está ayudando a los niños pescadores de San Vicente y San Clemente, me reúno con ellos para ver qué se puede hacer, y trato de incentivarles en su trabajo artesanal, pues hay artesanías que ellos pueden hacerlas perfectamente, son muy prácticos y creativos”.
- ¿Cómo encuentra los temas para su trabajo artístico?
– “Fundamentalmente me inspiro en la naturaleza, por ejemplo al jardín de mi casa vienen muchos colibríes, les tomo fotos y estoy largo tiempo observando su movimiento, luego plasmo lo que he observado sirviéndome de telas, de hojas y otros materiales y voy haciendo las cabecitas, las patas, las alitas y las voy pegando, hasta recrear las figuras de los colibríes. Soy muy constante en mi trabajo, pruebo, insisto y sigo creando hasta sentirme satisfecha; siempre estoy buscando nuevos materiales, no tengo ni temas ni materiales específicos, trabajo con todo lo que encuentro y con ello creo cosas solamente pensando en el arte, porque yo no soy negociante, no creo que se pueda vivir del arte. Además las piezas que voy creando no las conservo, siempre las regalo, pero a pesar de que no lucro de lo que hago, el hecho de crear es una necesidad y es muy reconfortante”.
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