Pese a lo nefasto del proyecto de Ley de la SENPLADES, en la UNL se trata de aplicar un instructivo acogiendo esas orientaciones. La lucha de la FEUE nacional, sin embargo, continúa.
Indudablemente que las nefastas reformas a la Ley de Educación Superior, apuntan al sometimiento de todas las universidades y escuelas politécnicas a la política del Ejecutivo y su Plan de Desarrollo, afectando con ello su capacidad crítica y su libertad para debatir científica y socialmente los problemas nacionales; a través de una secretaría adscrita al Ejecutivo se pretende delinear las políticas académicas, lo que significa que la creación de programas-carreras, las políticas de ingreso, el sistema de evaluación, los requisitos para graduarse, la infraestructura y equipamiento, etc., dependerán del delegado del Presidente, independientemente de las distintas realidades de exigencia académica y del debate propio que debe caracterizar al alma mater. Se elimina el cogobierno pues restringe la participación estudiantil en los órganos de gobierno de la universidad y la reemplaza por la participación de los graduados; impone los exámenes de admisión, mancillando con ello la gesta gloriosa del 29 de mayo de 1969, donde 30 bachilleres ofrendaron su vida por el libre ingreso a las universidades; deroga la Ley del FOPEDEUPO que es el fondo que hasta ahora garantizaba el presupuesto universitario, entre otros agravantes, que merecen el rechazo y la movilización del sector más avanzado de las diversas universidades públicas del país, tal como lo vienen haciendo.
Empero, mientras docentes, empleados, trabajadores y estudiantes universitarios se encuentran en lucha en defensa de la Autonomía, del cogobierno, de los derechos de los diversos estamentos universitarios; por respeto a su presupuesto, gratuidad e igualdad de oportunidades en el acceso, permanencia, movilidad y egreso de la universidad; por una nueva estructura académica–administrativa, como aspectos esenciales, amparados incluso en la nueva Constitución Política del Ecuador; en la Universidad Nacional de Loja (UNL), a través de su Junta Universitaria, el 8 de julio de 2009, se aprueba ya un Instructivo para la admisión de aspirantes a ingresar a este centro de estudios, bajando los brazos y sometiéndose dócilmente al planteamiento de la SENPLADES.
Ese instructivo, aprobado incluso antes de las contra reformas a la Ley de Educación Superior, plantea entre otras cosas, “… conformar una comisión bajo la dependencia del vicerrectorado e integrada por un coordinador general, 5 docentes y 1 estudiante…”; “…que podrán ingresar los que obtengan los mejores puntajes sobre cien, donde la nota promedio de graduación corresponde hasta 30 puntos y la prueba de conocimientos, con 20 preguntas sobre cultura general y 50 preguntas sobre conocimientos de los campos problemáticos del área, equivale a setenta puntos...”. Se habla ya de que solo 2.000 estudiantes ingresarán a la UNL, cuando el año anterior ingresaron más de 4.600 jóvenes.
Esta conducta de las autoridades universitarias, muy contradictoria de cuando eran dirigentes estudiantiles (finales de los años 70 y comienzo de los años 80) que defendían el libre ingreso y luchaban por demás conquistas universitarias, junto al silencio cómplice de quienes tienen secuestrada la FEUE–Loja al amparo de la anti democracia y la represión contra todos aquellos que no comulgan con su verborrea dizque de izquierda, no es de extrañarse, pues hace rato han escogido el camino culebrero del oportunismo y de la felonía a los principios y postulados de la izquierda.
Dicha facción del FIU – FAR – PTE que dirige todavía la UNL, con diversas políticas coercitivas, sometido a la “omnipotente” dirección de Félix Benavides, quien percibe y maneja a su antojo 3000 dólares mensuales de aportes de docentes, trabajadores y empleados, desde hace rato viene demostrando lo que en su verdadera naturaleza son: “unos serviles a los gobiernos de turno, traficantes de los ideales de cambio y revolucionarios, y traidores a los intereses, reivindicaciones y conquistas de estudiantes, docentes y trabajadores universitarios”.
No obstante, el movimiento estudiantil universitario lojano, viene resistiendo y luchando para echar abajo ese nefasto instructivo.
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