El cambio en la correlación de fuerzas operado en América Latina, el desarrollo de la tendencia de cambio y el avance de las fuerzas de izquierda, la existencia de gobiernos alternativos en varios países, obligan a los EE.UU. a replantearse su estrategia de dominación, no sólo de lo que ellos consideran su “patio trasero” sino asegurar para sí las mayores reservas de agua dulce, hidrocarburos y biodiversidad del planeta.
La contraofensiva político-militar del imperialismo norteamericano contra los pueblos latinoamericanos, intentando frenar el proceso de cambio y mantener su hegemonía en la región está en marcha. El acuerdo entre Uribe y Obama para instalar bases militares norteamericanas en Colombia, devela la política intervencionista de la Casa Blanca y por supuesto el papel de perro guardián que asumen las oligarquías.
Este acuerdo militar, bajo la fachada de cooperación bilateral en la lucha antidroga y antiterrorista, cumple varios propósitos en la estrategia general de los yanquis.
a) Enfrentar y derrotar a la insurgencia colombiana. Es evidente que pese a los últimos golpes y a los cantos de victoria del gobierno colombiano, las fuerzas insurgentes (FARC-EP, ELN, EPL) mantienen su operatividad. Luego de diez años del PLAN COLOMBIA, el mayor ejército de Sudamérica, con el apoyo material y militar yanqui (10 mil millones de dólares en ayuda norteamericana) no ha podido derrotar a la guerrilla. A Uribe le quedó grande la guerra y ahora necesita más refuerzos. En ese objetivo el Pentágono legalizará, reforzará y ampliará sus presencia hasta en 8 bases en Colombia: Malambo, Palanquero, Apiay, Tolemaida, Larandia, Bahía Málaga, Cartagena y San José del Guaviare en la frontera con Brasil, En la guerra contra el pueblo colombiano los militares yanquis gozarán de inmunidad, no podrán ser juzgados, lo que hace prever las masacres y crímenes que preparan.
b) Presionar y amenazar a los gobiernos democráticos y progresistas. El portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, acaba de reconocer que la base de Palmerola en territorio hondureño donde opera la Fuerza de Tarea Conjunto Bravo de los EE.UU, fue utilizada por los militares golpistas para trasladar a Manuel Zelaya. Este hecho confirma el rol que juegan las bases norteamericanas en el plan de conspiración que empuja el imperialismo contra los gobiernos alternativos. El golpe de Honduras es, sin duda, una advertencia para los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador. Cabe anotar que para el 2010 el Departamento de Estado y la USAID destinarán 2 mil 200 millones de dólares para promover “la democracia” en la región, es decir financiará a los sectores de oposición, separatistas y demás conspiradores.
c) Usar a Colombia como cabeza de playa para intervenir en la región. Aunque el subsecretario de Defensa de EEUU nos jure que “no va a haber ninguna invasión” los hechos apuntan a lo contrario. El bombardeo de Angostura del 2008 reafirmó la plena vigencia de la doctrina nazi de “guerra preventiva” y la “extraterritorialidad de la lucha contra el terrorismo” que sustentan los gringos y su lacayo Uribe. Por ello no es exagerado afirmar que soplan vientos de guerra de agresión imperialista contra nuestros pueblos.
Luego de la salida, por presión popular, de la base yanqui de Manta, los norteamericanos se ven obligados a modificar su dispositivo sobre la región. Las bases en Colombia serían adecuadas para ser centro de operación de los aviones AWACS, que pueden sobrevolar varios países del continente sin ser detectados por los radares, y de C-17, destinados al transporte masivo de tropas a cualquier país de sur y Centro América. Este dispositivo se complementa con otras bases en el Caribe, Centro y Sudamérica, además de la presencia de la IV Flota Naval estadounidense en nuestros océanos.
Sin embargo los planes imperialistas tienen tropiezos. En la última reunión de la UNASUR en Quito, Chávez, Evo Morales y el Presidente Correa denunciaron la presencia de las bases como un peligro para la estabilidad de la región, con distintos matices otros presidentes han manifestado su preocupación. Tanto que se convocó una cumbre de emergencia en Bariloche, Argentina el 28 de agosto para tratar expresamente el tema. Pero sobre todo los pueblos latinoamericanos estamos alerta y nos movilizaremos para denunciar los planes de agresión del imperialismo yanqui. En todo el continente, el propio pueblo colombiano y demás pueblos, levantamos la consigna de FUERA YANQUIS de AMERICA LATINA.
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