La prensa mundial anuncia “que la crisis está terminada”. Que hay una “dinámica”. La pregunta es simple:¿Cuál es la energía, el motor, la locomotora que impulsa esta “dinámica”?
Ni las informaciones que miden los niveles de consumo, ni la corriente de exportaciones-importaciones que ha estado en la base del crecimiento de la economía mundial en el último decenio, ni el valor de los activos que está en circulación (de 20.000 a 30.000 billones de dólares, se han “evaporado”) ni los recursos de los Estados que están agotados por los déficit de todo tipo, pueden ser dinamizadores. Estados Unidos registra un déficit público del 13 % del Producto Interior Bruto y las tasas de interés se sitúan en el 0 %, lo que evidentemente desalienta las inversiones internacionales.
El motor no funciona. Sin motor no hay “dinamismo”. Lo que ha habido, si, es desocupación, quiebra de empresas y choques monetarios. Se calcula que en Estados Unidos la desocupación crece a un ritmo de 600 mil personas por mes . Un ejemplo patético es California, gobernada por Arnie Schwarzenegger, que está a punto de convertirse en el primer estado de Norteamérica a declararse en quiebra : a pesar de presentarse como la “octava economía del mundo”, los empleados de Estado cobran sus salarios con pagarés, los maestros están en huelga y la desocupación alcanza su más alto nivel de los últimos 70 años.
Otro ejemplo: la Oficina de Censos de Estados Unidos informó que en el 2008 cayeron por debajo de la línea de pobreza 2,8 millones de habitantes. Un cálculo habla de que el 20 % de los ancianos en ese país vive en la pobreza. En Europa y en Asia se depasan los limites históricos de la cifras de desocupación. Miles de personas sin trabajo no figuran en las listas, son borrados, como fue el caso en Estados Unidos que eliminaron 450 mil desocupados de un golpe en julio de este año. O lo que ocurre con los jóvenes que son enviados a “cursos de espera” , llamados de “formación” o reclutados para trabajos de obras publicas de corta duración o en fabricas mantenidas artificialmente en actividad mediante subvenciones del Estado. Sin contar los trabajos precarios o los de tiempo reducido.
En América Latina -donde los efectos de la crisis fueron parcialmente parapetados porque las economías de la región estaban menos endeudadas, tenían un excedente y se apoyaban en reservas internacionales que pusieron una barrera a las especulaciones cambiarias - la CEPAL y la OIT calculan que hacia fin de año habrá 18,4 millones de desocupados en el sector urbano.
En Estados Unidos hay más quiebras de empresas en los últimos 4 meses de este año que en todo 2008. A lo que hay que unir el cierre de 98 establecimientos bancarios en lo que va del 2009. Lo paradójico es que la misma agencia que realiza la gestión de las quiebras bancarias, también está amenazada de quiebra. Donde la repercusión es directa es en los hogares de los consumidores norteamericanos que han conocido en el 2008 la mas grande baja en sus ingresos, desde que ese dato se registra en las estadísticas , en 1947.
Para tratar de contener la hemorragia se necesitaría una nueva intervención del Tesoro americano, con un aporte de 100 billones de dólares (incluyendo los 30 billones ya desembolsados) de aquí al 2013 . En España en los primeros 6 meses de este año hay tres veces más de quiebras que en todo el 2008 . En Francia se esperan 70 mil quiebras empresarias de aquí a fin de año. Desde el punto de vista monetario: el dólar se debilita aceleradamente y el pedido de la administración Obama de aumentar el techo de la deuda federal no parece calmar la situación . Al contrario: se acentúa la tendencia mundial a alejarse de la zona dólar. Francia, China, Rusia, Japón y los países del Golfo discuten remplazar el dólar en sus transacciones por una “canasta” o ramillete de monedas que incluyan el yen, el yuan chino, el euro y una futura moneda de los países del Golfo.
Otra tendencia seria a imprimir más moneda verde, que no resuelve el problema. Lo agrava al provocar en los próximos meses una onda inflacionaria. Se abren las puertas a un temporal monetario. Hay observadores que aducen que en “estos días la caída de la economía mundial aparece más lenta”. Pero nadie duda de que es una caída. Si es menos rápida es por el enorme esfuerzo de los contribuyentes del mundo entero para solventar los gastos de la crisis mediante, entre otro, el aumento de impuestos y las restricciones y recortes saláriales.
La caída del nivel de vida. Pero nada presagia un fin de la crisis. Lo único que hay son medidas de maquillaje-” no pagar suculentas sumas a los agentes de bolsa” que es una publicidad de moralina intrascendente. Pero siguen los grandes regalos a las bancas europeas y americanas.
Pero medidas estructurales no hay. La reunión de los ministros de finanzas del G20 lo que hizo fue aportar fondos- subvenciones, estímulos, intervención en bancas centrales, impresión de billetes- sin los cuales el derrumbe sería evidente. Pero soslayó totalmente los temas monetarios, donde las controversias son agudas. La prensa mundial se ocupó bien de escribir sobre el “brillante futuro que nos espera”, sin mención ninguna al presente, a lo que realmente está pasando. Típica manipulación de los que saben que no hay ninguna “dinámica”.
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