Olga Cossettini (1898-1987) fue una maestra santafesina vinculada a las posiciones más democráticas de la "escuela nueva". Transformó la escuela Gabriel Carrasco de Rosario en un lugar de libertad y formación artística único en su tiempo. Miles de alumnos pasaron por sus aulas, y lo especial es que ninguno se olvida de la señorita Olga.
Era una escuela pública de un barrio obrero. Sin maestros especializados y con escasos recursos consiguieron, en forma paulatina, ir cambiando el rígido sistema educativo de la época. En la escuela Carrasco no había "hora" de Dibujo, Artes Plásticas o Expresión Corporal: la educación estética era parte nodal de la formación de los niños. Las asignaturas perdían sus contornos y tanto la Biología como la Geografía podían invitar a recurrir al pincel o a la poesía.
En la base de esta manera de concebir el currículum estaba la convicción de que la escuela debía ensanchar la capacidad del niño de imaginar, de crear, de expresarse y de elegir en qué lenguaje hacerlo.
El Coro de Niños Pájaros, el Teatro de Niños y el de Títeres, la danza, los conciertos fonoeléctricos, el modelado, el laboratorio de ciencias, las excursiones por el barrio, una revista escolar, la cooperativa de alumnos, las misiones culturales, la biblioteca escolar y pública, el consultorio odontológico, el control oftalmológico, el club de madres y la asociación de padres se integraron con armonía al quehacer cotidiano.
La disciplina no constituía un problema. Cuando los chicos quieren lo que hacen, sostenía Olga, regulan su conducta. Así los tiempos escolares no se marcaban como en fábrica sino que se organizaban a partir de las necesidades del aprendizaje. Además, el trabajo por centros de interés o proyectos, operaba también como una forma de disciplinamiento no coercitivo sino consensuado colectivamente.
En esta escuela, un centro cooperativo y comprometido, se intentaba -más que preparar para la vida- crear las mejores condiciones de aprendizaje desde el presente de los chicos.
Los chicos iban con ganas a la escuela que funcionó entre 1935 y 1950, cuando fue cerrada por considerar las autoridades del ministerio que no respondía a los planes educativos oficiales. Miles de alumnos pasaron por sus aulas. Algunos de ellos fueron artistas, otros maestros, otros no siguieron estudiando, pero ninguno se olvida de la Señorita Olga.
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