El proceso electoral en Quintana Roo ya está decidido. El ganador, sugieren los analistas, será el mismo proyecto: el de los grupos caciquiles. No hay candidatos ciudadanos, sólo ésos que responden a un sistema antidemocrático. Detenciones, descalificaciones e intereses particulares inhibirán el voto, pronostican. Después del proceso electoral, los problemas que enfrenta Quintana Roo seguirán ahí
Cancún, Quintana Roo. Será hasta el 5 de abril del próximo año cuando el candidato ganador tomará posesión del gobierno de Quintana Roo. El ambiente político en el estado es turbulento.
Hasta hace un mes, la contienda electoral se resumía en dos figuras: Roberto Borge Angulo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y Gregorio Sánchez Martínez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD); no obstante, el segundo fue detenido el 25 de mayo, acusado por los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita. El candidato había perdido el apoyo del Partido Acción Nacional (PAN) para conformar la “megalianza”.
Mientras María Alicia Ricalde, alcaldesa con licencia de Isla Mujeres, se convirtió en la carta fuerte del blanquiazul, para el Revolucionario Institucional es quien fue calificado por la opinión pública como “el delfín” de Félix González Canto: Roberto Borge Angulo.
Los dirigentes defienden tener el proyecto que cambiará el rostro de Quintana Roo: el de la falta de seguridad y la inequidad social. En tanto el PAN dice que ha llegado la hora de la alternancia, el PRI le apuesta a la continuidad. Ambos partidos refutan el dicho del otro. Acción Nacional asevera que se busca descalificar a la oposición; en tanto, el partido en el poder niega las acusaciones arguyendo que sus contrarios se alían por conveniencia.
Los analistas ven un proceso antidemocrático. El voto ciudadano “sólo legitimará la decisión de grupos caciquiles”. Mencionan que el gobernador ya ha sido elegido y la oposición no es una oferta real. Uno y otro partido están cooptados por los intereses de los monopolios. El contexto actual, advierten, aumentará el abstencionismo entre los electores. Nada, lamentan, cambiará en el estado.
PAN: “Descalifican a la oposición para inhibir el voto”
Sergio Bolio Rosado, presidente del Comité Directivo Estatal del PAN en Quintana Roo, asegura que el gobierno estatal intenta inhibir la participación del ciudadano al desprestigiar a los partidos de oposición a través del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social.
“El gobierno estatal ya midió el alcance de la coalición, por eso nos está atacando. El proceso electoral está bajando a su peor expresión. La estrategia del PRI es mantenerse en el poder a través de la descalificación para inhibir el voto. Nuestro reto es hacerle entender al ciudadano que el proyecto beneficia a todos.”
Para buscar la alternancia en el poder y subir las apuestas en el Congreso, Acción Nacional, PRD, Partido del Trabajo y Convergencia buscarán la presidencia en seis municipios y la diputación de ocho distritos.
Sin que Acción Nacional pudiera conformar las comisiones distritales y municipales, decidió designar de manera directa a su candidato al gobierno. Durante su última región, el Comité Ejecutivo Nacional decidió que la definición de su candidato recaería en su presidente César Nava. De esa forma fue elegida Alicia Ricalde Magaña, alcaldesa con licencia de Isla Mujeres.
Bolio Rosado explica que ir coaligados obedece a la mala actuación del gobernador Félix González Canto, quien no ha podido darle solución a los problemas de procuración de justicia, transparencia y rezago social.
En su opinión, el tema de la seguridad pública es el más cuestionado de la gestión priista. Ello por la trayectoria de Salvador Rocha Vargas, exdirector de seguridad pública y persona cercana a González Canto, quien fue investigado por supuestos nexos con el crimen organizado: “Eso habla de en manos de quién estamos”.
Cuestiona también el papel del procurador Francisco Alor Quesada. “El funcionario –sostiene– hizo un pésimo trabajo como alcalde de Benito Juárez; no obstante, lo envían a la Procuraduría para que tome revancha contra el alcalde con licencia, Gregorio Sánchez”.
Suma el que el gobierno de González Canto no haya transparentado sus finanzas y haya aumentado la deuda pública. Bolio Rosado refiere que al inicio de esta gestión, ésta ascendía a 1 mil millones de pesos. En la actualidad, calcula, está cerca de los 4 mil millones. Además, señala, en los últimos dos años el gobierno estatal solicitó empréstitos por 4 mil 500 millones de pesos, de los que se desconoce en qué fueron gastados.
Resalta que mientras se quebrantan las finanzas del estado, hay un rezago social importante. Ello porque el gobierno actual “centraliza la economía estatal en el turismo”, por lo que sectores como la agricultura quedan en el abandono, aun cuando la desnutrición, la pobreza y la falta de servicios son una realidad en el campo.
Por otro lado, apunta que no ve propuestas reales del PRI en la contienda para elegir gobernador: “Su candidato (Borge Angulo) no tiene capital político ni un proyecto de gobierno. Que lo tengan como candidato es un capricho del gobernador”. Y es que Borge Angulo se hizo de una carrera política al cobijo de González Canto: fue desde su secretario particular hasta tesorero y oficial mayor del gobierno estatal.
“Nuestro objetivo va más allá de intereses partidistas. Promovemos la alternancia en el poder para tener autoridades comprometidas que busquen mejores condiciones de vida para todos”, expresa Bolio Rosado.
PRI: “Continuidad al proyecto de Félix González”
El secretario general del PRI en Quintana Roo, José Alberto Martín Azueta, señala que la alianza entre el PAN y el PRD es una unión por conveniencia: “No tienen una plataforma definida, están buscando el poder por el poder”. A su parecer, ambos partidos son totalmente diferentes, por lo que las divisiones son más visibles.
A las acusaciones de la campaña de desprestigio que supuestamente ha emprendido el gobierno actual contra los partidos opositores, responde: “Cuando no hay propuestas reales, buscan excusas”. El priista asevera que se busca tener un proceso limpio y cordial.
Martín Azueta confía en que refrendarán el triunfo del partido, pues la oposición no ha demostrado ser eficiente en los municipios que han gobernado. De los nueve que conforman el estado de Quintana Roo, sólo dos están en manos del PAN y el PRD: Isla Mujeres y Benito Juárez. “La gente le volverá a dar a su voto de confianza al PRI, como sucedió con Cozumel hace algún tiempo. Estamos seguros que vamos a recuperar los dos municipios”.
Que Roberto Borge Angulo sea candidato a la gubernatura, asegura el militante, habla de darle continuidad a lo que hizo González Canto. El candidato, describe, es una persona que inspira confianza: “No es un político de muchos años, pero sí de muchas ganas. Tiene una gran sensibilidad y va a continuar con lo que ha hecho bien el gobernador, porque ésa es la base de crecimiento para el estado”.
Asegura que si la oposición resulta ganadora, el partido en el poder lo reconocerá: “De no ser así, esperamos que nos den la confianza de trabajar en conjunto”.
Monopolizado, el proceso electoral
Mario Vargas Paredes, presidente del Colegio de Académicos de la Universidad de Quintana Roo, señala que de todos los procesos electorales, éste “es uno de los más ajenos a la ciudadanía y a la democracia”.
Expone que los monopolios y caciquismos tienen las riendas del poder en el estado. “Serán ellos quienes elijan al próximo gobernador. El voto ciudadano únicamente legitimará el proyecto económico de diferentes grupos nacionales y extranjeros”, asegura el analista.
El docente del Departamento de Estudios Políticos e Internacionales de la Universidad de Quintana Roo no ve un candidato ciudadano. Respecto de Roberto Borge, opina que es una figura improvisada y un sucesor natural: “No hay nada casual en que sea aspirante. Es un personaje con una carrera programada”. Y es que, enuncia, su candidatura estuvo condicionada desde que Félix González asumió el poder. En su opinión, “se quiere justificar lo injustificable: una trayectoria política con un currículo simple”.
Agrega además que la candidatura de Roberto Borge responde a intereses económicos, más que a los de la ciudadanía, que requiere un gobernante en quién creer.
“¿Hasta dónde una sociedad en pleno crecimiento y con grandes dificultades, específicamente los números rojos en inseguridad, violencia intrafamiliar, salud y educación, requiere una persona improvisada?”, se cuestiona Vargas Paredes.
Arguye que es falsa la tesis de que nuevos cuadros serán capaces de resolver, de manera automática, los problemas que aquejan al estado. Al contrario, Roberto Borge “carece de figura propia y liderazgo y se trata de inflar mediante el marketing”. Sin embargo, observa, las condiciones están dadas para que él sea el vencedor de la contienda electoral, pues no sólo la estructura partidista y la alianza con empresarios lo permitirían, sino la falta de una oposición creíble, realista y estratégica.
El académico juzga que el caso del excandidato perredista Gregorio Sánchez tampoco era diferente, pues el partido impulsó un perfil empresarial y monopólico. Sugiere que es una figura creada al calor de los intereses de un grupo que tienen comprada la franquicia del PRD desde hace 20 años: la familia Ramos. En el pasado, impuso a los empresarios Gastón Alegre López y Juan Ignacio García Zalvidea.
“A nombre de la izquierda y la ciudadanía –opina–, el PRD habla como si fuera un actor principal en la construcción democrática. La oposición que representa la ‘megalianza’ me parece un fraude para la ciudadanía ávida de cambios.”
En relación con las propuestas de los candidatos, tampoco ve una significativa: “No hay propuestas claras y las pocas que hay son ilusorias y llenas de inmediatez. No se habla de educación, seguridad o infraestructura hospitalaria, se habla de becas y de apoyos, pero eso no es el bienestar social”.
El académico de la Universidad de Quintana Roo expresa que, en la medida que no haya democracia ni la sociedad civil se organice, difícilmente habrá un cambio político: “Mientras unos cuantos grupos detenten el poder, el gobierno será más autoritario, cerrado e intolerante”.
El ambiente político, advierte, se traducirá en abstencionismo. El analista desconfía que la votación llegué al 50 por ciento. “La ciudadanía está cansada. Tan poca es la credibilidad en el proceso que, según una encuesta, un 82 por ciento de la población desconfía del Instituto Electoral de Quintana Roo”.
“Ser oposición significa ser perseguido”: Gregorio Sánchez |
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