La corporación federal estadunidense encargada de la contención de migrantes registra los niveles de suicidio más altos de los últimos cuatro lustros. En poco más de dos años se han quitado la vida 15 agentes, sin que las autoridades de ese país expliquen la situación que ha llevado a los policías a atentar contra su vida
Después de casi cuatro años sin suicidios en sus filas, ahora los guardianes de la frontera Sur de Estados Unidos se están quitando la vida en elevados números, sin que se sepa a ciencia cierta las causas de esta situación.
Los hechos recientes han provocado alarma dentro de la institución federal, donde se analizan las causas que llevaron al suicidio a 15 agentes desde febrero de 2008 hasta el presente, según el sitio www.delmarva.com.
Ésta constituye la cifra más elevada de estos episodios en esa institución en los últimos 20 años, asegura Associated Press.
Todos los misteriosos incidentes, menos dos, han tenido lugar en los estados de Texas, California y Arizona, que son por donde se registra un mayor flujo de inmigrantes de diversos países que arriesgan diariamente sus vidas para encontrar las falsas bondades que promete el gigante país del Norte.
No están aún claros los motivos por los cuales se han quitado la vida estos empleados, ya que algunos han dejado notas, pero otros cayeron en crisis repentinamente.
En todos los casos, al parecer optaron por esa solución autodestructiva sin dar indicios previos ni a sus amigos ni a sus familiares, en un fenómeno que replica lo que ocurre también en las fuerzas armadas estadunidenses como consecuencia de las guerras.
Los altos directivos de la Patrulla Fronteriza han tomado medidas preventivas urgentes, como impartir conferencias especializadas para los supervisores, videos donde los sicólogos explican algunos síntomas iniciales de la depresión o el estrés, y programas dirigidos a los 22 mil agentes que componen esta fuerza, señala The New York Times.
Christine Gaugler, directora de Recursos Humanos de Inmigración y Protección Fronteriza, señaló que las muertes no tienen explicación concreta, sino que solamente existen algunas especulaciones para este fenómeno.
Los mismos funcionarios federales se negaron a ofrecer detalles y solamente confirmaron las cifras de los muertos sin siquiera intentar ampliar la información o las implicaciones que esto tiene con vistas al futuro.
Lo cierto es que los agentes vienen operando bajo bastante presión a partir del elevado número de indocumentados que cruzan diariamente, destacan distintos medios informativos de los estados fronterizos.
Y además está el hecho de que con su proceder pueden provocar incidentes internacionales como el ocurrido el pasado junio en El Paso, cuando un guardia asesinó a un niño mexicano de 15 años, lo que provocó un enfrentamiento entre federales de un lado y de otro.
Las cifras de suicidios son elevadas en todas las agencias de orden público en Estados Unidos, pero específicamente en la Patrulla Fronteriza se han disparado impresionantemente, coinciden los medios.
Esto crea una gran alarma en los círculos políticos del gobierno y despierta en las masas el temor de que los patrulleros sufran actualmente enfermedades mentales peligrosas sin que sean tratadas por profesionales.
Según documentos desclasificados hechos públicos por el Acta de Libertad de Información, los niveles de suicidios nacionalmente son de 12 por cada 1 mil, asegura el Centro Federal de Control de Enfermedades.
Sin embargo, en las agencias de orden público llegan hasta el 20 por ciento y en la Patrulla Fronteriza rayan en el 30 por ciento, con tendencia al incremento sostenido, resaltó esa fuente oficial.
Muchos agentes se quejan de los prolongados horarios de trabajo, en condiciones extremas de calor, con un salario reducido y con muy limitadas posibilidades de promoción o traslado a otras agencias menos exigentes, indicó.
Una de las viudas declaró que el problema consiste en que el gobierno trata de robotizar con exigencias extremas en el trabajo cotidiano a estos vigilantes, sin tomar en cuenta que son simples seres humanos como el resto de las personas.
El Departamento de Justicia inició, bajo la presión popular, un proceso de impugnación de la ley de Arizona SB 1070, por considerar que ese estado se atribuye poderes de competencia federal.
Lo cierto es que la situación aparenta no tener solución durante el actual gobierno del presidente Barack Obama, donde se trata de evitar en las cortes que otros 22 estados sigan el ejemplo racista de Arizona.
El gobierno de Obama, aunque se opone a la ley, ha realizado irónicamente la mayor cantidad de deportaciones y de persecuciones de los empleadores de indocumentados de toda la historia, apunta la coalición pacifista ANSWER.
En lugar de las deportaciones masivas, el gobierno federal debe trabajar en favor de una reforma migratoria abarcadora y justa que ofrezca a más de 12 millones de ilegales sus derechos constitucionales fundamentales, publica el sitio Drudge Report.
La Agencia Federal de Inmigración y Aduanas espera deportar este año más de 400 mil irregulares, o lo que es un 25 por ciento más que los deportados en 2007 durante el gobierno de George W Bush.
En 2005 se crearon las condiciones para el desarrollo de leyes inconstitucionales racistas. Entonces, el Departamento de Seguridad de la Patria lanzó la Operación Streamline, que criminalizaba la inmigración ilegal y dejaba de asumirla como un delito menor para considerarla una felonía.
Todos los irregulares capturados y deportados quedan con antecedentes penales en Estados Unidos de por vida, lo que impediría que pudieran emigrar legalmente a posteriori.
De acuerdo con Carolina Isaacs, directora de la organización cuáquera American Friends Service Comitee, tanto la Operación Streamline como la Ley SB 1070 provocaron que se apliquen injustamente a empobrecidos irregulares soluciones similares a la que se toman contra connotados delincuentes.
El gobierno del presidente Obama, aunque impugna por el momento la Ley SB1070, sigue equivocadamente comprometido con las deportaciones masivas de indocumentados y con las absurdas políticas de militarización fronteriza masiva.
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