“En América Latina, las condiciones económicas retrasan la modernización de las comunicaciones, en todos los frentes y campos: prensa escrita, radio y televisión…”, decía Luís Suárez, en la Conferencia que brindara en la Universidad de Arcis, en Santiago de Chile, al inicio de la década del noventa.
Luís Suárez, quien fuera por muchos años militante y conductor de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), destacaba en ese encuentro, además del estado de situación de la profesión periodística en la región, la necesidad de avanzar hacia una plena democratización de la comunicación, llamando a poner el esfuerzo en “… muchas publicaciones y agencias de las llamadas alternativas…” porque, sostenía, “… así no se perderían muchos de los valores de otra manera encadenados y avasallados hasta su extinción en celdas de aislamiento…”.
Entre otras consideraciones, Luís alertó: “El volumen de la comunicación y de la información, su gran concentración, es un atractivo para las gigantescas inversiones sin fronteras. Significa estar presente en uno de los campos de mayor poder financiero y, por ende, ejercer control e influencia de tipo político nacional e internacional…”.
En dicha Conferencia, Luís aludió a la importancia de las luchas por alcanzar un Nuevo Orden Internacional de la Información y la Comunicación (NOIC) y explicó que dicha cuestión “Se convirtió en piedra de toque de las diferencias dentro de la UNESCO, y finalmente en la retirada de esa organización de países tan importantes en el debate de la información y en la posesión de tecnologías para la reestructuración de los medios, como Estados Unidos e Inglaterra. Se han hecho algunas concesiones con la ilusión de atraerlos nuevamente y la frase de Nuevo Orden Internacional se ha sustituido con los de una información más amplia, equilibrada y libre, que tampoco parece satisfactoria…”
En aquellas, sus palabras de hace ya veinte años, Luís ponía en evidencia el carácter de la ferocidad del capitalismo central y su negativa a negociación alguna para dar con una información y una comunicación más democrática, afín con los intereses de las mayorías, sin imposiciones de los países capitalistas desarrollados en desmedro de los países no desarrollados y pueblos sometidos a injusticias.
Al concluir con su exposición, celebrada el 28 de mayo de 1991, Luís, tras describir hechos que demostraban lo antidemocrático del esquema y el programa de la información y la comunicación en el mundo, y muy particularmente en América Latina, convocó al auditorio –docentes, entre ellos nuestro colega y presidente de la CIAP-FELAP, Hernán Uribe, y, muy especialmente, alumnos- a continuar la labor de crecer en el conocimiento.
Aclaró que a pesar de la descripción que hiciera de dificultades y complejidades, ello debía servir de “...estímulo a proseguir, conscientes de que el profesional que ustedes serán ha crecido en importancia y responsabilidad. Como estímulo del que yo, periodista sin aulas, carecí y aquí he venido a recibirlo de ustedes”.
A ocho años de su muerte -31 de mayo de 2003-, Luís Suárez sigue vivo en la lucha de ideas, las que defendió sin desmayos: por una sociedad justa y un periodismo libre en patrias libres.
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