El Partido Popular- la tradicional derecha española- derrotó por todo lo alto al Partido Socialista Obrero Español en las elecciones generales celebradas ayer domingo en España. La victoria del líder del PP Mariano Rajoy fue abrumadora y le concede una mayoría absoluta en el Parlamento de ese país europeo que le permitirá llevar a cabo sus planes de gobierno con toda autoridad sin que sea necesario el apoyo de otras fuerzas políticas en la Cámara de Diputados de España.
¿Por qué ha ocurrido tamaña debacle al Partido Socialista Español cuando precisamente la situación económica del país con millones de desempleados en las calles, mas debiera reflejar en las urnas un rechazo a la derecha, siempre al servicio de los tradicionales intereses creados, que a los socialistas del PESOE supuestamente defensores de los trabajadores y de los que no tienen trabajo?
La respuesta es bien simple. Cuando la izquierda gobierna en un país y desde el poder deja de gobernar para los más, incumpliendo sus promesas electorales, para complacer a los menos que son sus naturales enemigos, lo que reflejan las urnas es el llamado “voto de castigo”. Más que un apoyo al programa de gobierno de la derecha española, los electores han castigado al Partido Socialista por haber traicionado el compromiso que tenían con el pueblo español de gobernar para los más, haciéndolo para los menos.
Lo ocurrido en España ayer domingo sirve para demostrar una vez más que cuando un Partido político no cumple desde el gobierno lo que ha prometido al pueblo en su programa de campaña electoral, es axiomático que el voto de castigo en las urnas, conduzca a la derrota de aquellos que se han olvidado de sus promesas a los suyos para tratar de complacer a sus adversarios.
La lección es aplicable en todas partes. Y Estados Unidos no será la excepción que confirme la regla. El Presidente Demócrata Barack Obama, que llegó a la Casa Blanca gracias al voto del pueblo norteamericano que creyó en sus promesas de cambio, se enfrenta a un proceso comicial en noviembre del próximo año, en el que bien pudiera morder el polvo de la derrota. Y será precisamente por abandonar a los suyos, para complacer a una derecha recalcitrante que si bien no lo dice públicamente, en el fondo no le perdona a Obama ni sus ideas “liberales”- aunque no materializadas desde el poder- ni mucho menos el color de su piel.
Dirán que un “ negro de izquierda” con cuatro años en la Casa Blanca es más que suficiente. Los Republicanos, como el Partido Popular de España pudieran hacerse con el poder en Estados Unidos, más que por el apoyo del pueblo norteamericano a sus ideas de derecha, por el evidente incumplimiento del Presidente Barack Obama de sus promesas de cambios en beneficio de las grandes mayorías de la nación.
La abrumadora debacle del Partido Socialista Obrero Español en las elecciones generales de España a manos de la derecha española, debiera servir de lección a todos los Partidos de izquierda. Que cuando se reniega del compromiso con el pueblo, no hay otro destino para ellos que el de una humillante derrota. Es que en política, como en la vida, la cobardía nunca paga dividendos.
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