3-2-2013
Cuando días atrás, mi amigo y periodista encomiable Herbert Mujica Rojas, me dijo risueño que había tenido un accidente de tránsito, no añadió una letra más. Jamás imaginé lo que relata en la Red Voltaire en “La parca no me quiere” (aún) http://www.voltairenet.org/article177359.html?var_mode=recalcul con pluma cimera, que la cosa iba a mayores. ¡A las escasas personas como Herbert la muerte debe despreciar, para beneplácito de sus amigos!
Lo importante es que salió del trance, que dejó añicos una puerta del Hyundai que conducía, sin rasguño alguno y que el seguro cubrirá los daños del vehículo, aunque con cuota dolarizada de participación suya.
Eso son las empresas de seguros ¡extravasan un poco más de sangre al lastimado y exangüe!, como las comisarias de la PNP de trámites "gratuitos", tipo dosaje etílico y el engañoso peritaje técnico, en lugares distantes, que hay que oblar uno por uno, por adelantado y en contante, sin contar las coimas que descaradamente, a vista de los circunstantes, dan los que están en falta y son dueños de su propio miedo, el tiempo que se pierde y los vejámenes de todo jaez en el trato. ¡Nos encontramos ante lo gratuito que se paga, por lo que la policía estará rogando que la gente se accidente, pues “la plata llega sola” para compras inmobiliarias que cuestan un ojo de la cara para quien sí trabaja!
Yo también he pasado por ese infortunio, cuando chocaron mi Subaru Forester, se fugaron, tomé la placa del causante, la di a la policía donde de inmediato denuncié, ¡para nada! Nunca compareció el obligado al llamado de la policía, ni siquiera contestó mi carta notarial. El paso siguiente sería un horrendo juicio indemnizatorio cuyas desventuras Mujica las conoce por ser multienjuiciado. Habría sido mejor agradecer y premiar al que me chocó por detrás, pero no pude hacerlo porque raudo se dio a la fuga. ¡Al diantre, entonces, el dosaje etílico y el peritaje técnico, equivalentes a la sevillana carabina de Ambrosio, descargada!
Habrá que ensayar una solución que evite el choque vehicular: ¡no manejar, quedarse en casa como anacoreta y pasar por esas malditas esquinas ¡a pie!, y que otros buscando el peligro vayan al volante. ¡El trámite gratuito que se paga victimiza aún más!
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