Los artículos que se sublevan en ¡Yo no hice nada!: Sobre la idiosincrasia peruana han obtenido —en el transcurso de treinta años— consideraciones editoriales por parte de diarios de gran importancia historiográfica como “Nuevo Callao”, “El Faro del Callao”, “Nuevo Reportaje”, “El Maretazo”, “Oriental”, “Prensa Ancashina” y diversos medios limeños. Humberto, historiador, poeta y periodista, recientemente reconocido por la enciclopedia libre Wikipedia ha ganado por medio de su bitácora y publicaciones recientes en revistas como Con Nuestro Perú, Biografia de Brasil, La Ira de Morfeo de Chile y Suicidas Sub 21, la presencia virtual necesaria para ser aprehendido por las generaciones venideras y de manifiesto que mediante su presencia cultural hallamos sosiego ante la hecatombe moral que afrontamos.
En sus textos descubrimos una conducta ética y voz restauradora del holocausto mesiánico actual. Logra diferenciar a su generación y entorno expresado en “Gleba Literaria”, protagonista de los años ´60, de demás catervas que no han logrado trascender con la solidez necesaria. A lo largo de la historia han mantenido una actividad creativa que sostiene su labor, evitando ‘agenciarse’ de otras actividades que permitan disipar sus idearios del circuito literario nacional. “Noble Katerba” persiguió los paradigmas de “Gleba”, así como en Grupo Suicidas revisamos su historia para concebir nuestra conferencia y único documento por el cual pretendemos un aval cultural que propicie una mayor actividad literaria y política. Desde mi generación puedo sentenciar que el uso del ordenador es vital, pero no preponderante para la concepción de ideas de una obra. Por esta razón tanto Humberto como demás escritores trascendentales, suelen ser hackeados o padecer sucesos raros en su computadora.
Si bien, entendemos del discurso de Humberto, las redes nos conceden primacía, el filtro moral se ve desguarnecido ante la incesante y divergente proliferación de psicopatías, tanto psicológicas como sociales, siendo la consecuencia social agazapada por los grandes medios de comunicación. Estos resultados pueden marginarnos del país en auge que procuramos mantener, pues en determinados estratos sociales y realidades domésticas el uso excesivo e inadecuado de la Internet, sumado a la inadecuada educación y falta arraigo familiar dominaría nuestra realidad, haciéndonos vulnerables ante cualquier tipo de dominación. Cabe resaltar que en la Tercera Guerra Mundial la existencia de frecuencias sería de conocimiento público y se generaría una esquizofrenia del lugar, afectándose descomunalmente la salud pública. En la presente obra podemos hallar indicios, hilvanar conjeturas propias del instinto de Humberto Honorato Pinedo Mendoza.
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