Nueve rehenes libaneses en Siria y dos rehenes turcos en Líbano fueron liberados el 19 de octubre de 2013. El regreso de ambos grupos fue festejado respectivamente en los aeropuertos de Beirut y Estambul.
Los 9 rehenes chiitas libaneses habían sido secuestrados hace 17 meses cerca de la ciudad siria de Alepo por la brigada que se hace llamar «Tempestad del Norte», perteneciente al Frente al-Nusra, cuando regresaban al Líbano después de un peregrinaje en Irán. Los yihadistas habían exigido por su liberación el pago de 150 millones de dólares. Los secuestradores acusaban a los peregrinos de ser miembros del Hezbollah, organización a la que habían dirigido su exigencia de pago de un rescate.
Ante la negativa del Hezbollah, hace 2 meses y medio una entidad libanesa que se identificó como «Grupo Zuwar al-Imam Rida» secuestró a dos pilotos turcos en Beirut y exigió la intervención de Turquía para obtener la liberación de los peregrinos libaneses.
Finalmente, los libaneses fueron liberados en Azas –norte de Siria– y trasladados a territorio turco mientras que los pilotos turcos eran liberados en Beirut.
En Turquía, el primer ministro Erdogan, quien se trasladó hasta el aeropuerto para recibir a los pilotos, se felicitó ruidosamente por su propio éxito afirmando que había ordenado al MIT (el servicio secreto turco encabezado por Hakan Fidan, que actualmente dispone de un presupuesto superior al del primer ministro) el envío a territorio sirio de un comando encargado de liberar a los rehenes libaneses, cosa que habría hecho sin disparar un tiro ni pagar un centavo a los secuestradores. También según Erdogan, los rehenes libaneses liberados llegaron a Turquía a bordo de un avión militar turco mientras que los pilotos eran liberados en Beirut.
En Líbano, la prensa prooccidental también habla de una victoria y anuncia la liberación de un gran número de prisioneros sirios por parte del gobierno de Assad. Pero nadie ha asistido a esas liberaciones ni ha sido posible identificar a las personas supuestamente liberadas por el gobierno sirio que, por su parte, ha desmentido tales liberaciones.
Otro detalle que contradice las declaraciones del primer ministro turco es que tanto los peregrinos libaneses como los pilotos turcos fueron enviados a sus respectivos países en aviones de Qatar.
Es interesante señalar además que:
– Turquía no paga rescate a los secuestradores, en todo caso no lo paga a los miembros de al-Qaeda, sino a Qatar y que este emirato se encarga de transferir el pago, en un escenario similar al de la liberación de las enfermeras búlgaras en Libia por parte de Francia;
– Qatar ya no está implicado en Siria en el plano militar, pero sigue financiando «a título humanitario» una de las ramas de al-Qaeda en Siria –el Frente al-Nusra– a cambio de la entrega de los rehenes.
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