Brunei se convirtió en Estado independiente del Reino Unido en 1984. Lo dirige un solo hombre, el sultán Hassanal Bolkiah, en el trono desde 1967 –en aquella época Brunei se hallaba bajo el protectorado de la reina Isabel II de Inglaterra.
Además de ser el jefe de Estado, el sultán es a la vez primer ministro, ministro de Defensa, ministro de Finanzas, rector de la Universidad, jefe de la policía, jefe supremo de las fuerzas armadas y jefe de la religión islámica.
El 15 de octubre de 2013, Brunei se convirtió en el primer país del sudeste asiático que adopta charia. Esta piadosa medida completa la organización del sultanato: ahora no sólo se prohíbe la venta de alcohol sino que además los comercios están obligados a cerrar el viernes a la hora de la plegaria y los musulmanes están obligados a ir rezar.
El sultanato vive bajo el estado de urgencia desde 1962. Las manifestaciones están prohibidas. En 1967, el sultán recibió instrucción militar en la academia militar británica Royal Sandhurst. Brunei es un país independiente donde la responsabilidad de mantener el orden está en manos de las tropas británicas estacionadas en la isla, a las que el sultán paga una renta.
Los 400 000 súbditos del sultán de Brunei están representados por un parlamento cuyos 21 miembros son designados… por el sultán. Están prohibidos los partidos políticos, con excepción del partido que preside el sultán.
La economía de Brunei se basa única y exclusivamente en la exportación de petróleo y el sultán es el segundo jefe de Estado más rico del mundo, después del rey Abdallah de Arabia Saudita.
Brunei es una especie de Qatar del sudeste asiático. La gran diferencia reside en que el emirato se halla bajo control de Exxon-Mobil (la familia Rockefeller) mientras que el sultanato es terreno privado de Shell.
Es en ese paraíso del capitalismo donde Estados Unidos quiere construir la base militar estadounidense más grande del mundo.
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