11. enero, 2015 Autor: Álvaro Cepeda Neri * Ex Libris

I. No había tenido tiempo de volver a pasarle lectura a este libro del reportero José Gil Olmos, donde por sus 230 páginas llevó a cabo la crónica de sus investigaciones periodísticas.

Y fue rastreando ese entrecruzamiento del fanatismo religioso, las costumbres de brujos y chamanes y una serie de creencias cuya suma –supuestamente– acarrea protección de los dioses a quien los invoca; y que se viene llevando a cabo desde las danzas más antiguas hasta pasar por los rituales africanos. Y en el caso mexicano, que es el objetivo del texto, hasta las limpias que todavía, y como si fuera una atracción para turistas pero a las que se acogen muchos mexicanos, se realizan a las afueras de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México; misma que fue construida sobre un centro ceremonial de los aztecas. El libro se titula Los brujos del poder. Ocultismo en la política mexicana, y “trata –dice su autor en la advertencia– un tema sensible: la relación que han sostenido algunos políticos mexicanos con brujos, hechiceros, chamanes y personajes que pertenecen al mundo mágico y mitológico”.

II. Le pasa revista al asunto, citando como ejemplos al espiritista Francisco I Madero, a Felipe Ángeles, a Plutarco Elías Calles –el de las lecturas en los residuos del café–, a Carlos Salinas y sus chamanes, a Manuel Cavazos Lerma –llevando pirámides dentro del sombrero–; y, en especial, a la Maestra Elba Esther Gordillo, ya de por sí maestra de las perversidades, con su baño de sangre de león y que, envuelta en la piel leonina, recibe las invocaciones de los brujos para después irse a París a visitar a San Charbel, el santo católico que en una iglesia de la colonia Polanco en el Distrito Federal tiene su santuario y que ella venera. Los citados anteriormente son de la prehistoria del Partido Nacional Revolucionario-Partido de la Revolución Mexicana y otros del Revolucionario Institucional (PRI). Están también los católicos panistas como el exdesgobernador de Chihuahua Francisco Barrio (protector de Manuel Espino, y quien recurre a otra clase de brujería) o la foxista Marta Sahagún, a quien los chismes señalan como la que embrujó a Vicente Fox. Están algunos perredistas, como Lázaro Cárdenas Batel, en misa santera. Y vuelve a mencionar a la Maestra como simpatizante de la Santa Muerte, a quien le pide ayuda para deshacerse de sus enemigos. También menciona a quienes se hacen “limpias”, como el nefasto José Nelson Murat, y muchos más.

III. En el libro, el autor se refiere a las invocaciones sobre las supuestas apariciones de Benito Juárez y Pancho Villa. Y nos cuenta cuando el 2 de agosto de 2007, el “niño vidente” Alberto Salís anunció la aparición de la virgen María; asistiendo al “milagro” fallido María Elena Medina, esposa del dueño de Tv Azteca, que a la brava se apropió del Canal 40.

Cobraban 1 mil dólares por la entrada, casi organizado por los Legionarios de Cristo, asistiendo también Norma Zambrano, esposa del empresario Mauricio Fernández Garza, quien fuera presidente municipal de San Nicolás de los Garza en dos ocasiones, senador por el estado de Nuevo León y candidato a la gubernatura; además, familia del priísta millonario, excolosista y salinista Ricardo Canavati Shafik.

Un libro, pues, para enterarnos de otra cara del poliedro de la corrupción económica, política, religiosa y fundamentalista, de la clase politiquera mexicana.

Ficha bibliográfica:

Autor: José Gil Olmos

Título: Los brujos del poder. Ocultismo en la política mexicana

Editorial: Debolsillo, 2009

*Periodista

Contralínea 419 / del 12 al 18 de Enero de 2015