El “Libro del Mar” del Estado Plurinacional de Bolivia consta de los siguientes capítulos: Antecedentes Históricos y la Pérdida del Litoral; Los Compromisos de Chile para Negociar un Acceso Soberano; Presidentes, Cancilleres y Embajadores de Chile que se Comprometieron a Negociar un Acceso Soberano al Mar; Los Últimos Gobiernos de Chile y su Enfoque Hacía Bolivia; La Demanda ante la C.I.J. y Las Consecuencias del Enclaustramiento.

La Introducción que está firmada por el Ministro de RREE del Estado Plurinacional de Bolivia, parte del falso por el cual Bolivia al nacer a la vida independiente tuvo acceso al mar, y con ello niega la existencia de las Reales Ordenes de 1803 y 1805 donde el Rey de España determinaba que el Partido de Atacama es agregado al Virreinato del Perú, ocultando que el Virreinato peruano y la Capitanía General de Chile siempre limitaron. El resto la misma perorata de siempre, y ningún atisbo de que gracias a la política internacional del Estado que impulsaron, es que se llegó a una conflagración bélica en 1879.

En lo que corresponde a los “Antecedentes Históricos” repiten que la entonces Audiencia de Charcas, con Atacama incluida, fue agregada al Virreinato del Río de La Plata, lo cual es un despropósito ya que aquel virreinato trasandino jamás tuvo costa en el Pacífico. Si nos ciñéramos al Uti Possidetis de 1810, veremos con claridad que Atacama formaba parte del virreinato peruano.

Los tratados de 1866 y 1874 son una muestra que Chile reconocía la soberanía de la ya fenecida República de Bolivia, pero así mismo estos tratados le daban derecho a Chile sobre frutos y productos sobre una considerable zona del antiguo litoral boliviano.

Lo que causa vergüenza ajena, es que un gobierno que se dice serio, trate de sorprender a la comunidad internacional propagando medias verdades y hasta mentiras como es el caso del origen del impuesto de los 10 centavos. En el “Libro del Mar” se anota que “En 1877 un terremoto seguido de un maremoto, arrasó la costa boliviana… en 1878 una terrible sequía asoló el territorio boliviano. Como consecuencia de estos desastres naturales el gobierno de Bolivia solicitó a la empresa anglo-chilena Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta el pago de 10 centavos por quintal de salitre exportado”. Cuando en realidad el impuesto no nace por una emergencia natural, sino por una transacción realizada en 1873. El Decreto de la entonces República de Bolivia dice: “Se aprueba la transacción celebrada por el Ejecutivo de 27 de noviembre de 1873 con el apoderado de la compañía anónima de salitres y ferrocarriles de Antofagasta a condición de hacer efectivo como mínimo un impuesto de 10 centavos en quintal de salitres exportados”. ¿Dónde está el terremoto o el maremoto o la sequía?

Nuevamente, falseando la historia, se asegura en este llamado “Libro del Mar” que “sin recurrir al mecanismo del arbitraje previamente acordado, Chile invadió militarmente el puerto de Antofagasta” y es preciso preguntar: ¿las dos solicitudes para un arbitraje que propuso Chile a los bolivianos respecto al alza del impuesto a lo que estaban prohibidos? ¿Creerán que eso no se conoce? ¿tanto subestiman a los que leen aquel texto?

Por otro lado conocemos los peruanos, que para defender nuestra soberanía presentamos batalla, allí están Arica, Miraflores, San Juan, Chorrillos y no obstante aniquilados nuestros ejércitos y sin marina empezamos la resistencia. Nuestro aliado, nuestra “hermana” Bolivia, ahora dice que: “El Pacto de Tregua de 1884 fue impuesto por Chile, porque este país los amenazaba con continuar la guerra al interior de su territorio”. Entonces el Perú se desangró, fue arrasado todo su aparato productivo, y saqueados todos sus medios de prosperidad, y capitulamos solo cuando ya no se podía hacer más.

Bolivia, por escritos de sus mismos representantes, reconoce que no quisieron luchar hasta el final, porque si no la guerra continuaba al interior de su país. Pero acá no acaba la “sinceridad” de nuestra hermana, sino que se agrega que al hacer un Pacto de Tregua, Chile le aseguraba un puerto y se lo entregaba cuando “se definiera la situación de Tacna y Arica y Chile pudiera disponer de esos territorios sometidos a su soberanía. El Tratado de Transferencia de 1895 da cuenta de esa intención”. Es decir, Bolivia reconoce que pretendía los territorios peruanos que fueron usurpados en una guerra, guerra a la que el Perú entró por ser aliado de Bolivia, y éste último aceptaba el fruto del despojo. Después de tantos años de cerrada la cuestión sobre Tacna y Arica, el Estado Plurinacional de Bolivia, revive con estupor para el Perú, aquella forma sinuosa de hacer política internacional.

Finalmente en lo que corresponde a este “capítulo”, la interpretación de los plurinacionalistas bolivianos, es que el Tratado de 1904 es un “Tratado cuyo cumplimiento es aun parcial no resolvió las consecuencias del encierro ni puso punto final a las negociaciones entre Bolivia y Chile sobre un acceso soberano al mar”. Semejante despropósito desnaturaliza la intención que tiene la demanda, la misma que es de sentar a Chile a una negociación (de buena fe) para que el altiplano obtenga una salida al océano. En su demanda los plurinacionalistas, no mencionan para nada al Tratado de 1904, y lo consolidan, entonces hacen mal en tratar de desprestigiar dicho acuerdo en este “Libro del Mar” que es una publicación oficial y que se contraviene con el texto de su reclamo que han realizado en contra de Chile.

Nos encargaremos en otras entregas, del resto de los capítulos de este llamado “Libro del Mar” para así determinar las pretensiones del Estado Plurinacional de Bolivia y si éstas son en alguna medida para involucrarnos.

http://www.diremar.gob.bo/sites/default/files/LIBRO%20DEL%20MAR%20BILINGUE.pdf

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