El primer ministro turco y padrino mafioso Binali Yildirim sostuvo con su gabinete, el 2 de septiembre de 2016, una reunión dedicada a los «primeros 100 días del 65º gobierno».

La reunión terminó sin que Yildirim explicara la sorpresiva dimisión del ministro del Interior, Efkan Ala, el 31 agosto.

En una alocución transmitida por televisión, Yildirim hizo un balance de la represión desatada en Turquía: más de 75 000 pasaportes confiscados, más de 85 000 funcionarios destituidos o suspendidos y más de 4 500 asociaciones o sociedades cerradas. Los presos comunes han sido liberados para poder meter en las cárceles turcas más de 20 000 “traidores”.

Aunque el gobierno turco asegura que sólo está reprimiendo a los autores de la intentona golpista del pasado 15 de julio, el perfil de los detenidos abarca un espectro mucho más amplio así como a todos los grupos de oposición, incluyendo personas como el presidente de los jefes de empresas y el ex jefe de gabinete del ex primer ministro Ahmet Davutoglu. Todas las grandes empresas turcas que no han aportado en los últimos años algún respaldo financiero al AKP, partido en el poder, se han visto afectadas por las detenciones.

El primer ministro confirmó además que su gobierno no negociará con el PKK (partido de los kurdos turcos) y evaluó en 10 000 millones de libras turcas (3 370 millones de dólares) el costo de la lucha contra el «terrorismo» kurdo. Yildirim celebró además la confiscación de 40 toneladas de droga y la destrucción de 77 millones de sembrados de cannabis, todo ello por un valor total de 4 000 millones de libras turcas (unos 1 300 millones de dólares). «No es para consumo personal. Están envenenando a nuestros jóvenes pero también a los europeos», agregó.

El primer ministro anunció, para el 4 de septiembre, el inicio de un gran plan de desarrollo económico de las regiones kurdas de Turquía.

También afirmó que la policía encontró 25 vehículos robados repletos de explosivos que iban a ser utilizados como coches-bomba para cometer atentados.

Al referirse a la reforma de la justicia, aseguró que la disminución de la cantidad de tribunales permitirá mejorar sus resultados.

El primer ministro turco se felicitó además por la normalización de las relaciones diplomáticas y económicas con Israel y Rusia y anunció que Turquía normalizará próximamente sus relaciones con Egipto y Siria. Para Ankara resulta indispensable poner fin a su costosa guerra contra la vecina Siria y lograr reactivar eficazmente su propia economía, hoy extenuada y desorganizada.

Independientemente del intento de golpe de Estado del 15 de julio –que, evidentemente, no explica todos los problemas y acontecimientos en Turquía– todos los elementos enumerados concuerdan con el análisis publicado en nuestro sitio web sobre la nueva doctrina estratégica turca [1], en aplicación desde el 22 de mayo de 2016.

[1«La nueva doctrina estratégica turca», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 16 de agosto de 2016.