Las fuerzas armadas de Israel dieron a conocer parte de la operación «Buen Vecino» que Israel viene aplicando en Siria desde hace 6 años.
Según el Jewish News Service, las fuerzas armadas de Israel han prestado ayuda a más de 4 000 sirios heridos, entre los que se hallarían más de 500 niños. Según la misma fuente, también han distribuido más de 450 000 litros fuel, 40 toneladas de harina, 225 toneladas de alimentos, 12 000 kits para bebés, 1 800 paquetes de pañales, 12 toneladas de zapatos y 55 toneladas de ropa para enfrentar el invierno.
Esta información del ejército israelí parece destinada al uso interno para tranquilizar a la población israelí, inquieta ante el respaldo de Tel Aviv a los yihadistas. La información viene acompañada de un video que mezcla imágenes auténticas con escenas montadas por el MI6 –el servicio británico de inteligencia exterior– filmadas en el norte, o sea fuera de la zona donde Israel aplica la operación «Buen Vecino».
Si bien Tel Aviv merece felicitaciones por haber salvado a los hijos de yihadistas heridos en combate, el hecho es que se trata únicamente de una forma de apoyo a los yihadistas que tratan de derrocar la República Árabe Siria.
En agosto de 2014, los servicios secretos militares de Israel (Shin Beith) organizaron el ataque de los yihadistas de al-Qaeda contra los cascos azules de la FNUOS, la fuerza de la ONU que debe supervisar la separación entre las fuerzas militares de la República Árabe Siria y las de Israel en el Golán. Los yihadistas tomaron entonces prisioneros a varios cascos azules de Fidji y el representante de la ONU pagó por ellos a al-Qaeda un rescate mediante una transferencia bancaria electrónica sin que el titular de la cuenta utilizada para recibir dicho rescate tuviese el más mínimo problema. Después de ese incidente, el Shin Beith instaló a al-Qaeda en las posiciones que antes ocupaban los cascos azules de la ONU, lo cual provocó la cólera de Estados Unidos y Rusia.
Por su parte, el primer ministro Benyamin Netanyahu apareció en la televisión israelí felicitando a los combatientes de al-Qaeda heridos que estaban hospitalizados en el Ziv Medical Centre de Israel (ver foto).
Más recientemente, el Mossad (la inteligencia israelí) trató de provocar un levantamiento druso contra la República Árabe Siria, siguiendo el esquema que Estados Unidos y Francia han aplicado con los kurdos en el norte de Siria.
En el marco de esa operación del Mossad, el mayor sirio Khaldun Zeineddin reclamó la creación de un «Drusistán» en la frontera con Israel. Pero, luego de 3 meses de incertidumbre, los dirigentes drusos sirios reafirmaron unánimemente su respaldo a la República Árabe Siria, a pesar de los llamados del líder druso libanés Walid Joumblatt a favor de la secesión.
La ayuda «humanitaria» que el ejército israelí dice aportar no tiene nada que ver con la concepción del derecho humanitario internacional definida en su obra por el fundador de la Cruz Roja, Henri Dunant, ya que sólo beneficia a uno de los bandos, el de los yihadistas de al-Qaeda.
Otro ejemplo de lo anterior es la inutilidad manifiesta de las entregas israelíes de toneladas de harina en un país donde el gobierno la distribuye en todas partes a un precio subvencionado por la República Árabe Siria y donde quienes prohíben su distribución a la población de las zonas que controlan son precisamente los yihadistes. Con sus entregas de harina, el ejército de Israel sólo permite a los yihadistas reforzar su control sobre las poblaciones de las zonas que ocupan.
El ejército de Israel ya aplicó el mismo esquema durante la guerra contra Serbia y los niños enviados a Israel para recibir ayuda médica acabaron convertidos en agentes de los servicios secretos de Tel Aviv.
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