Este artículo fue escrito antes que fuera echado del cargo de presidente el veterano Orlando Franchini. Ahora falta que cancelen al ministro temerario Enrique Mendoza.
Quedé estupefacto al leer estridentes declaraciones de Orlando Franchini Orsi, de doble nacionalidad, nuevo presidente de la Comisión de Gracias Presidenciales, al diario El Comercio, del día ayer.
Nuevo en eso, pero viejísimo en el tiempo por sus 92 años, vendedor de baratijas de ferretería y pinturas de todo color, y que confiesa suelto de huesos su ignorancia de mucho al afirmar: “Ni sé quién, ni cómo, ni cuándo”, de su para él sorpresivo nombramiento, para un cargo del cual afirma: “yo no sé mucho de lo que me han nombrado”, “pero tendré que cumplirlo”. ¡No puede cumplir lo que no sabe!
¡Suficiente para que RENUNCIE este viejito pelele de ideas y que también lo boten o RENUNCIEN al irresponsable ministro de Justicia!
Me horrorizo también del único responsable de esta espúria designación, es decir, del irresponsable ministro de Justicia que tenemos: Enrique Mendoza Ramírez, quien pese a haber sido presidente de la Corte Suprema de Justicia, jefe del Jurado Nacional de Elecciones y jefe de OCMA (ésta escudriña la conducta de los jueces hasta supremos), no es nada confiable. Se dice pestes de él, aquí y acullá.
Cáiganse de espaldas de lo que dice de él, Orlando Franchisi Orsi, quien puede ser ciego instrumento del indulto a Fujimori. Los autores mediatos serían otros: A todos ellos los puede sorprender la muerte sin rendir cuentas de sus actos.
“Para mí todo es una sorpresa. No me lo esperaba. No sé mucho de lo que me han nombrado. Ni sé quién, ni cómo, ni cuándo”, señaló a El Comercio Franchini Orsi, de 92 años.
Prosigue El Comercio: “Franchini Orsi contó que antes de que la resolución saliera publicada, “el miércoles o el jueves”, una persona lo llamó para informarle de su nuevo cargo en el Minjus. “Yo no sé por qué me han nombrado. La persona que me llamó no sé quién ha sido, pero tal vez la conozco. He llegado esta mañana [el lunes] y ahorita estoy descansando. No se han comunicado [del Ministerio de Justicia]”, contó.
Si me ha nombrado el Estado, tendré que cumplirlo”, concluyó”.
Primero, debe renunciar este irreverente personaje, que acepta un delicado cargo, que se presta a la componenda y al contrabando conceptual. Luego, el presidente Kuczynski debe licenciar ipso facto al tremendo ministro de Justicia que tenemos, al nombrarle un ignorante para el cargo, sin perfil alguno para esa función especializada.
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