Las encuestas dan, guarismos más o menos, un 30% de ciudadanos en Perú que no sabe/no opina. Lejos de significar demérito, constituye un manifiesto repudio sólido a lo que acontece en nuestra república boba, plagada de rateros en la cosa pública, mendaces repetidores de lemas huecos y cuyo único y vulgar apetito es llegar al Congreso, ganar la presidencia e inundar el Estado de muertos de hambre en la burocracia.
La Silent Majority o Tercio Militante, con empaque y unidad de principios y ascos contra el establishmente, decidirá el 2021. Cierto es que en países como el nuestro, nunca puede afirmarse que la continuidad lógica y ordenada sea muy respetada. ¡El Tercio Militante siempre estuvo unido allende la política y religiones porque expresa el límite íntimo de la existencia humana!
La aparente indiferencia de la Silent Majority es en realidad acre censura a lo que hay: desde monreros y estafadores en puestos de muy alta responsabilidad, hasta imbéciles genéticos cuyo ADN fallido está garantizado por cinco generaciones más. Al Tercio Militante le da lo mismo cuanto diga el cunda político o ratero burócrata porque el fin protervo es el mismo: servirse del Estado (dinero de los contribuyentes) y no honrar el encargo ciudadano desde la urna boba que acopia voluntades.
¿Puede tomar las calles o conducir la revuelta, al viejo estilo, la Silent Majority? ¡No está dentro de sus prioridades! El gobierno, el Congreso, la burocracia, el Estado en síntesis, representan variaciones de una aberrante falla política incurable. Perú funciona a pesar del gobierno, Congreso, burocracia y poseemos un Estado insuficiente y huérfano de cualquier inteligencia.
No obstante lo antedicho, con un 30% de voluntades concertadas por la inercia de su protesta, la Silent Majority es un Tercio Militante capaz de desafiar a cualquiera de los destartalados clubes electorales que tienen la desverguenza de llamarse partidos políticos en Perú.
Las ideologías o lo que así se llamaron los conjuntos de ideas y disparates –no pocas veces- hoy parecieran no concitar mayor respaldo, tirios y troyanos desoyen el llamado y piensan a su modo y con libertad insobornable.
En consecuencia y como inferencia indudable la Silent Majority o Tercio Militante, podría –si quisiera- postular a 130 burros genuinos al Congreso y pescar una porción inmensa de curules. Y hasta la primera magistratura que, de repente, deberá definirse en segunda vuelta. ¿Se imaginan un piajeno en Palacio? https://www.facebook.com/hcmujica/videos/2092111534390672/
Bien advirtió el brillante Manuel González Prada: “Tomar a lo serio cosas del Perú. Esto no es república, es mojiganga”.
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