Al recibir en su país al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed ben Salman, el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sissi, anunció la incorporación de Egipto al proyecto saudita Neom.
En octubre de 2017, Arabia Saudita anunció su deseo de construir una mega-ciudad de alta tecnología, destinada al turismo de lujo, que se llamaría Neom. Esa ciudad contaría con una legislación propia, conforme al modo de vida occidental, que no tendría nada que ver con el wahabismo que se practica en el reino saudita, ni siquiera con el islam en general.
El nombre del proyecto, Neom, fue concebido a partir del término griego neo, que significa nuevo, y la palabra árabe mostaqbal, que significa futuro.
La zona seleccionada para la realización del proyecto se encuentra a orillas del Mar Rojo, en la región saudita de Tabuk, fronteriza con Jordania y frente a la costa egipcia, y abarcaría unos 26 000 kilómetros cuadrados –casi el tamaño de Bélgica.
El presupuesto previsto es de unos 500 000 millones de dólares y la realización del proyecto está en manos del alemán Klaus Kleinfeld, ex presidente de la transnacional estadounidense Alcoa-Arconic y administrador del Grupo de Bilderberg.
El presidente egipcio al-Sissi ha decidido incorporar al proyecto saudita parte del sur del Sinaí, incluyendo la ciudad egipcia de Charm el-Cheikh, y parte de su territorio continental, incluyendo la ciudad egipcia de Hurgada, lo cual implicaría la implantación de un sistema de extraterritorialidad en todo ese territorio. Con ese objetivo se ha constituido un fondo de inversión común de 10 000 millones de dólares, provenientes sólo de Arabia Saudita.
En abril de 2016, el presidente al-Sissi cedió a Arabia Saudita las islas de Tiran y Sanafir, que cierran el Golfo de Aqaba, entre el Sinaí egipcio y la propia Arabia Saudita. Aunque al-Sissi presentó esa cesión como una «restitución», el único documento válido –la Convención de Londres de 1840– proclamaba ambas islas como territorios egipcios. Gracias a la cesión de Tiran y Sanafir, Arabia Saudita puede incorporar ahora esas islas al proyecto Neom, transformando así el conjunto de la región.
Otro dato interesante es que obtener la soberanía sobre ambas islas implicó para Arabia Saudita un reconocimiento de facto de los acuerdos de Camp David entre Egipto e Israel [1], acuerdos que dan derecho a Israel a circular en el Golfo de Aqaba y el Mar Rojo, y es muy probable que Israel esté vinculado al proyecto Neom.
En todo caso, Neom no será en realidad una mega-ciudad saudita sino un archipiélago Egipto-saudita desde donde Israel podrá controlar las comunicaciones marítimas.
[1] «Complicidad entre Israel, Egipto y Arabia Saudita sobre las islas de Tiran y Sanafir», Red Voltaire, 29 de abril de 2016.
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