Durante la entrevista que el presidente ruso Vladimir Putin concedió al presidente francés Emmanuel Macron antes de la final de la Copa Mundial de futbol en Moscú, el 15 de julio de 2018, el mandatario francés reconoció que Occidente ha perdido la guerra contra Siria y dijo que Francia desea realizar una operación humanitaria en ese país árabe.
Los detalles sobre una operación humanitaria conjunta se precisaron el 21 de julio, durante una conversación telefónica entre los dos presidentes.
Las acciones humanitarias de Francia estuvieron hasta ahora dirigidas exclusivamente a los «rebeldes», o sea a las personas que se hallaban en las zonas bajo control de los yihadistas.
Numerosos esfuerzos «humanitarios» de Francia y de otras potencias occidentales sirvieron de hecho de cobertura a envíos de material de guerra para esos elementos, razón por la cual la República Árabe Siria exigía poder verificar el cargamento de aquellos convoyes.
Las fuerzas especiales de Francia apoyaron activamente a los yihadistas a lo largo de toda la guerra, exceptuando sólo los 3 últimos meses del mandato presidencial de Nicolas Sarkozy.
Un avión militar ruso de transporte Antonov 124 recogió 44 toneladas de ayuda humanitaria en Chateauroux (centro de Francia) y la llevó a la base aérea rusa de Hmeinim, en el oeste de Siria. Ese cargamento será distribuido principalmente por los militares rusos –en nombre de Francia– en la Ghouta Oriental, la parte este del cinturón verde de Damasco, la capital siria.
Rusia parece auspiciar ahora un posible regreso de Francia a Siria, a pesar de los crímenes cometidos en este país árabe por los 3 últimos gobiernos franceses.
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