Una operación inmobiliaria de “renovación” de la Isla de la Cité con fines turísticos ha comenzado con la adjudicación de una parte del Hôtel-Dieu de París a Novaxia, grupo de «urbanismo transitorio» propiedad del «filántropo» Joachim Azan (ver foto). Fundado en el año 651, el historico Hôtel-Dieu de París, próximo a la catedral de Notre-Dame, es el hospital más antiguo de la capital francesa.
Esta megaoperación inmobiliaria fue concebida en 2016, a pedido del entonces presidente de Francia Francois Hollande y de la alcaldesa de París Anne Hidalgo, por el director del Centro de Monumentos Nacionales, Philippe Belaval, y el arquitecto Dominique Perrault. Su objetivo es aprovechar la renovación de los edificios históricos del Tribunal de París, la Prefectura de Policía y el Hôtel-Dieu para incrementar la explotación del potencial turístico de la catedral de Notre-Dame y de la Sainte-Chapelle (la capilla real de la Isla de la Cité).
El reciente incendio de la catedral de Notre-Dame ha sido una «sorpresa divina» para el gobierno francés ya que le ha permitido dar luz verde al proyecto de “renovación” que debería favorecer la explotación comercial de todo el conjunto histórico de la Isla de la Cité. El ministro del Interior, Christophe Castaner, resumió la cuestión al declarar que Notre-Dame «no es una catedral, es nuestro bien común».
Alquilada por 80 años a un precio de 144 millones de euros, una parte del histórico Hotel-Dieu será transformada en apartamentos, tiendas de lujo y restaurantes. Los sindicatos de trabajadores de la salud han protestado contra esa decisión, que reduce aún más la cantidad de servicios de atención médica de urgencia en París.
El proceso de licitación con vista a ese proyecto inmobiliario se había iniciado antes del incendio de Notre-Dame.
Después del incendio de la catedral, el gobierno francés presentó un proyecto –adoptado por la mayoría gubernamental en la Asamblea Nacional siguiendo un procedimiento acelerado de aprobación– que implanta una ley ad hoc para manejar la recogida de fondos destinados a la restauración de Notre-Dame. De paso, esa ley permite al gobierno conceder dispensas cuyos beneficiarios no tendrán que someterse a
– 1° «Las normas de urbanismo, de medioambiente, de construcción y preservación del patrimonio, en particular en cuanto a la [obligación] de adaptar los documentos de planificación a las normas, al otorgamiento de autorizaciones para trabajos y construcción, a las modalidades de participación del público en la elaboración de las decisiones y la evaluación en materia medioambiental así como en materia de arqueología preventiva;
– 2° Las normas sobre comisiones públicas, bienes públicos, carreteras y transporte.»
Por su parte, el proyecto inmobiliario incluye la construcción de una red de túneles que permitirá a los turistas el acceso a la cripta de Notre-Dame, y sobre todo facilitar la circulación por toda la Isla de la Cité.
El objetivo final es convertir la Isla de la Cité, que hasta ahora fue un espacio eminentemente administrativo, en la zona turística más visitada de Europa.
Sobre este tema, ver «El rejuego oculto tras la restauración de Notre-Dame», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 27 de abril de 2019.
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