La República Islámica de Irán, la Federación de Rusia y la República de Turquía, en calidad de países garantes del proceso de Astaná:
Reafirmaron su compromiso invariable con la soberanía, independencia, unidad e integridad territorial de la República Árabe Siria, al igual que a los objetivos y principios de la Carta de la ONU destacando que estos principios deben gozar de un respeto universal;
Rechazaron, en este contexto, todos los intentos de crear nuevas realidades ’sobre el terreno’, incluidas las iniciativas ilegales de crear autonomías bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo y expresaron su decisión de hacer frente a planes separatistas, que apuntan a socavar la soberanía y la integridad territorial de Siria y que amenazan a la seguridad nacional de países vecinos;
Expresaron su rechazo con motivo de la apropiación y reparto ilegales de
ingresos petroleros que deben pertenecer a la República Árabe Siria;
Condenaron los persistentes ataques armados de Israel que violan el Derecho Internacional y el Derecho Humanitario Internacional, que socavan la soberanía de Siria y los países vecinos y, a la vez, amenazan la estabilidad y la seguridad en la región;
Discutieron la situación en el noreste de Siria y coincidieron en que sólo es posible alcanzar una estabilidad y seguridad a largo plazo en esta zona a condición de que se mantengan la soberanía y la integridad territorial del país. En este sentido celebraron la conclusión del Memorando para la estabilización en el noreste de Siria del 23 de octubre de 2019 y reafirmaron la importancia del Acuerdo de Adana de 1998;
Analizaron detalladamente la situación en la zona de distensión de Idlib y subrayaron la necesidad de establecer la calma en el terreno mediante el cumplimiento de todos los acuerdos sobre Idlib, en primer lugar, de Memorando del 17 de septiembre de 2018. Expresaron su seria preocupación por la intensificación de la presencia y actividad terrorista de Hayat Tahrir al-Sham y las organizaciones terroristas afiliadas y como tales reconocidas por el Consejo de Seguridad de la ONU, que amenazan a los civiles dentro de la zona de distensión y fuera de ella. En este sentido reafirmaron su decisión de continuar cooperando para liquidar definitivamente el EI, Jabhat al-Nusra y demás grupos, empresas, organizaciones y personas vinculadas a Al Qaeda, el EI u otras organizaciones terroristas reconocidas como tales por el Consejo de Seguridad de la ONU. Al expresar su pésame por las víctimas entre la población civil, acordaron adoptar medidas concretas, a base de los acuerdos anteriores, para garantizar la protección de la población civil de conformidad con la normas del Derecho Humanitario Internacional, y de los militares de los países garantes que se encuentran dentro y fuera de la zona de distensión de Idlib;
Expresaron su convicción de que el conflicto sirio no tiene solución militar y reafirmaron su compromiso con el proceso político viable y duradero, liderado y realizado por los propios sirios con el apoyo de la ONU, en conformidad con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU;
Destacaron en este sentido la importancia de la fundación y la reunión el 30 de octubre de 2019 en Ginebra, del Comité Constitucional, gracias al aporte decisivo de los países garantes del proceso de Astaná y conforme las decisiones del Congreso del Diálogo Nacional Sirio (CDNS) en Sochi. Expresaron su disposición a brindar apoyo al trabajo del Comité interactuando constantemente con sus miembros y el enviado especial del secretario general de la ONU para Siria, Geir Pedersen, en aras de garantizar su trabajo, estable y eficaz. Expresaron asimismo la convicción de que el comité en su trabajo debe guiarse por el deseo de encontrar un compromiso y una interacción constructiva sin intervención externa no imposición de los plazos para que sus miembros lleguen a un consenso;
Confirmaron su voluntad de continuar las operaciones para liberar a las persona forzosamente retenidas/rehenes dentro del Grupo de Trabajo del proceso de Astaná. Subrayaron que el Grupo de Trabajo en cuestión es un mecanismo único que ya había demostrada su eficacia para fortalecer la confianza entre las partes sirias, y acordaron tomar medidas para mantenerlo operativo;
Destacaron la necesidad de aumentar la ayuda humanitaria a todos los sirios en todo el territorio de Siria, sin discriminación, politización ni condiciones previas. En aras de promover la mejora de la situación humanitaria en Siria y el progreso en el proceso del arreglo político, llamaron a la comunidad internacional, a la ONU y sus organismos humanitarios a intensificar la ayuda a Siria, implementando proyectos de reconstrucción temprana de las instalaciones de infraestructura, como plantas de suministro de agua y electricidad, escuelas, hospitales, y los proyectos de desminado humanitario, conforme a las normas del Derecho Humanitario Internacional;
Resaltaron la importancia de impulsar el regreso seguro voluntario de los refugiados y desplazados internos a los lugares de su residencia en Siria, de asegurar su derecho al regreso y al apoyo. En este sentido, llamaron a la comunidad internacional a brindar el apoyo respectivo y reafirmaron su voluntad de continuar interactuando con todas las partes interesadas, incluido el Alto Comisariado de las naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y otras organizaciones internacionales especializadas. Acordamos continuar discutiendo la implementación de sus iniciativas de organizar las conferencias internacionales sobre las cuestiones relativas a la ayuda humanitaria para Siria y al regreso de los refugiados sirios;
Constatamos con satisfacción la participación constructiva de las delegaciones de Jordania, Iraq y Líbano en calidad de observadores del proceso de Astaná y destacaron el importante papel de estos países para establecer la paz y la estabilidad en Siria;
Expresaron un sincero reconocimiento a las autoridades kazajas por organizar en Nur-Sultán la 14a Edición de la Reunión Internacional sobre Siria del proceso de Astaná;
Acordaron celebrar la próxima Reunión Internacional sobre Siria del proceso de Astaná en Nur-Sultán, en marzo de 2020.
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