La Unión Europea ha creado un Fondo de Recuperación (Recovery Fund) para incrementar las inversiones públicas y las reformas después de la crisis del Covid-19. En los diferentes países de la UE, la opinión pública creyó que ese fondo serviría para financiar los sectores económicos y sociales más afectados por el impacto de la pandemia. ¡Nada de eso! En Italia, por ejemplo, una sexta parte de la “ayuda” –o sea, 30 000 millones de euros de un total de 209 000 millones– está destinada a la industria militar y al cumplimiento de compromisos previos con la OTAN.
Mientras la «crisis del coronavirus» sigue acumulando consecuencias socioeconómicas devastadoras en Italia, una parte importante del Fondo de Recuperación (Recovery Fund) no se destina a los sectores económicos y sociales más afectados sino a la industria militar.
Según lo pactado, en los 6 próximos años el Fondo de Recuperación debería aportar a Italia 209 000 millones de euros –81 000 millones en subvenciones y 128 000 millones en préstamos que Italia tendrá que reembolsar con intereses. Durante la espera, los ministerios italianos de Defensa y de Desarrollo Económico presentaron una lista de proyectos de carácter militar por un monto de unos 30 000 millones de euros [1].
Los proyectos del ministerio de Defensa prevén destinar 5 000 millones de euros del Fondo de Recuperación a los sectores de la cibernética, las comunicaciones, el espacio y la inteligencia artificial, todo para uso militar. Por ejemplo, hay importantes proyectos para el uso militar de la tecnología 5G, principalmente en el sector espacial con, entre otras cosas, una constelación de 36 satélites.
Los proyectos del ministerio de Desarrollo Económico tienen que ver principalmente con el sector aeroespacial militar y prevén el uso de 25 000 millones de euros del Fondo de Recuperación. El ministerio italiano de Desarrollo Económico pretende invertir en un caza de sexta generación (después del F-35 de quinta generación) ya designado como Tempest, aparato que define como «el avión del futuro». Otras inversiones del ministerio italiano de Desarrollo Económico tienen que ver con la producción de convertiplanos militares de nueva generación [2]. Ese ministerio invertirá también en tecnologías submarinas avanzadas.
También se prevén grandes inversiones en tecnologías espaciales y satélites. Varias de esas tecnologías –entre ellas los sistemas de comunicación 5G– son de doble uso: militar y civil. Dado el hecho que existe una superposición entre ciertos proyectos de carácter militar presentados por ambos ministerios, el ministerio de Desarrollo Económico ha redactado una nueva lista que permitiría reducir su propio gasto a 12 500 millones de euros.
Pero el hecho es que se está programando utilizar con fines militares entre 17 500 millones de euros y 30 000 millones de euros provenientes del Fondo de Recuperación, miles de millones de euros que en realidad constituyen un préstamo que los italianos tendremos que reembolsar con intereses.
Además de las sumas ya mencionadas también se destinarán a fines militares más de 35 000 millones de euros que los diferentes gobiernos italianos ya habían asignado para el periodo 2017-2034, en gran parte dentro del presupuesto… del ministerio de Desarrollo Económico.
Todos esos miles de millones de hecho se suman al presupuesto del ministerio de Defensa, con lo cual el verdadero monto de los gastos de Italia en el sector militar se elevan a más de 26 000 millones de euros al año, para un promedio superior a 70 millones de euros diarios, en fondos públicos sustraídos a los gastos sociales. Pero Italia se ha comprometido con la OTAN a aumentar esa cifra para alcanzar un promedio de alrededor de 100 millones de euros de gasto militar diarios, conforme a lo que exige Estados Unidos. En definitiva, lo que permitirá que Italia alcance ese incremento del gasto militar será el dinero proveniente del Fondo de Recuperación [creado para enfrentar las consecuencias del Covid-19].
En primera fila entre las empresas militares que presionan al gobierno italiano para que aumente los montos provenientes del Fondo de Recuperación que se desviarán hacia el sector militar encontramos a la empresa Leonardo, en la que el ministerio de Desarrollo Económico posee un 30% de las acciones. Pero la empresa Leonardo está integrada al gigantesco complejo militaro-industrial estadounidense, encabezado por el gigante Lockheed Martin, fabricante del avión de guerra F-35, en cuya producción participa Leonardo con su instalación industrial de Cameri.
Leonardo se autodefine incluso como «protagonista global en materia de actividad aeroespacial, defensa y seguridad», y afirma tener como misión «proteger a la ciudadanía»… cuando en realidad utiliza su influencia y su poder para privar a los italianos de los recursos vitales que el Fondo de Recuperación debería aportarles y los destina a una aceleración de la “recuperación” de la industria de guerra.
Pero al final seremos nosotros, los italianos, quienes tendremos que reembolsar esos recursos, que llegarán al país en calidad de préstamo. Y también tendremos que pagar los intereses.
Así pagaremos el «avión del futuro», destinado a “protegernos” garantizándonos un futuro de guerra.
Traducido al español por Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio
[1] «Fondi anche per la Difesa dal Recovery Fund», Giovanni Martinelli, Analisi Difesa, 25 de septiembre de 2020.
[2] Los convertiplanos son aeronaves con rotores orientables que les permiten despegar y aterrizar verticalmente, como un helicóptero y, después de reorientar sus rotores, volar horizontalmente a gran velocidad como un avión convencional. Nota de la Red Voltaire.
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