El nuevo gobierno de Italia se compone, en primer lugar, de tecnócratas y después vienen los políticos. Su composición es muestra de que la alta finanza y la industria de guerra siguen ganando terreno, lo que ya puede verse en numerosos países. Eso corresponde a la profunda modificación de las sociedades occidentales, donde las riquezas ya no se reparten sino que quedan en manos de un grupúsculo de archimultimillonarios transnacionales. Esa evolucion, si se mantiene, puede ser el fin de la democracia parlamentaria.
Con la tradicional “Ceremonia de la campanilla” [1] tuvo lugar en el Palazzo Chigi el traspaso de instrucciones entre Giuseppe Conte y Mario Draghi.
En espera de que nos confirmen el programa político del nuevo gobierno multipartidista, respaldado por casi todo el espectro parlamentario, es sin embargo posible prever sus líneas directivas leyendo los curriculum vitae de algunos ministros y, sobre todo, el del jefe de gobierno.
Por ejemplo, la nueva confirmación de Roberto Guerini (Partido Democrático) como ministro de Defensa y de Luigi Di Maio (Movimiento 5 Estrellas) como ministro de Exteriores indica que el gobierno de Mario Draghi seguirá reforzando el «atlantismo», o sea la participación de Italia en la OTAN, bajo las órdenes de Estados Unidos.
Los últimos actos de esos dos ministros son emblemáticos:
– Guerini, el ministro de Defensa, visitó el portaviones Cavour, el buque almirante de la marina de guerra italiana, antes de que zarpara rumbo a Estados Unidos, donde debe obtener la certificación para operar con los aviones de guerra F-35B de Lockheed Martin. Después de haber recordado que «la relación transatlántica con Estados Unidos, una gran nación con la cual nuestro país tiene un lazo profundo, reviste un papel esencial para Italia», el ministro Guerini subrayó que «Italia se convertirá en uno de los pocos países en todo el mundo, con Estados Unidos, Reino Unido y Japón, en disponer de un portaviones con aviones de combate de quinta generación» –sobre todo gracias al grupo italiano Leonardo, la principal italiana industria de guerra, que participa en la fabricación del F-35.
– Di Maio, por su parte, siguiendo la estrategia Estados Unidos-OTAN, viajó a Riad, donde firmó un memorándum de entendimiento sobre el «{}diálogo estratégico» con Arabia Saudita –monarquía absolutista a la que el grupo industrial italiano Leonardo proporciona asistencia técnica para el uso de los aviones de guerra Eurofighter Typhon que bombardean Yemen, a la que vende igualmente los drones que sirven para localizar los objetivos que serán atacados y para la cual está construyendo en Estados Unidos buques de guerra dotados de la tecnología más avanzada [2].
El grupo Leonardo aparece también en el curriculum vitae del físico Roberto Cingolani, ahora al mando del nuevo “superministerio” de la Transición Ecológica, creado a pedido del fundador del Movimiento 5 Estrellas, Beppe Grillo. Especializado en nanotecnología y robótica, Cingolani ya era –desde 2019– responsable del departamento de tecnología e innovación del grupo Leonardo, «protagonista mundial en los sectores aeroespacial, defensa y seguridad» y cada vez más integrado al gigantesco complejo militaro-industrial de Estados Unidos.
Un 30% de las acciones del grupo Leonardo pertenecen al ministerio de Desarrollo Económico italiano, ahora encabezado por Giancarlo Giorgetti, número 2 de la Liga Lombarda y mano derecha de Matteo Salvini. Presentado como un “experto en cuentas”, es Giorgetti quien va a ocuparse de administrar los 30 000 millones de euros que su ministerio ya asignó a fines militares y los otros 25 000 millones solicitados al “Fondo de Recuperación” aprobado por la Unión Europea... para elevar los gastos de Italia con fines militares de 25 000 millones de euros anuales a los 36 000 millones al año que exigen Estados Unidos y la OTAN [3]. Esa misión estará también en manos del nuevo ministro de Economía y Finanzas, Daniele Franco, ex director general del Banco de Italia (el banco central italiano), oficialmente una institución pública en cuyo capital participan 160 bancos y fondos de pensiones.
En el nuevo gobierno italiano, los “técnicos” tienen más poder que los “políticos”. Así lo demuestra, en primer lugar, el currículum de propio jefe de gobierno, Mario Draghi, quien ha sido sucesivamente:
– director ejecutivo de Banco Mundial en Washington,
– director del ministerio italiano del Tesoro –donde fue el artífice de las privatizaciones de las mayores empresas públicas italianas–,
– vicepresidente del banco estadounidense de negocios Goldman Sachs –uno de los más importantes del mundo–,
– gobernador del Banco de Italia (el banco central italiano) y
– presidente del Banco Central Europeo (BCE).
Mario Draghi es además uno de los protagonistas del Grupo de los Treinta, poderosa organización internacional de financieros, con sede en Washington, creada en 1978 por la Fundación Rockefeller.
Con el gobierno de Mario Draghi se fortalece el poder del complejo militaro-industrial y de la gran finanza, en detrimento de los principios de soberanía y de rechazo a la guerra estipulados en la Constitución de Italia.
Si el nuevo gobierno de Draghi quisiese demostrar lo contrario sólo tendría que hacer que su ministerio de la Transición Ecológica iniciara su actividad eliminando la principal amenaza que hoy pesa sobre nuestro entorno vital: las armas nucleares que Estados Unidos tiene desplegadas en Italia.
Traducido al español por Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio
[1] La Cerimonia della campanella o Ceremonia de la campanilla es la ceremonia oficial de instalación de un nuevo gobierno en Italia. Se trata de un rito simbólico tradicional que se realiza en el Palazzo Chigi, la sede del gobierno italiano, en Roma, con la entrega de la campanilla con la que se da inicio a los consejos de ministros. Esta ceremonia de entrega de la campanilla marca formalmente el traspaso del poder entre el jefe del gobierno saliente y el jefe del gobierno entrante.
[2] «“Diálogo estratégico” entre Italia y Arabia Saudita», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire, 12 de febrero de 2021.
[3] «En Italia, 30 mil millones del “Recovery Fund” europeo irán al sector militar», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire, 16 de octubre de 2020.
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