En la foto, encuentro entre representantes de Turkmenistán y de los talibanes en Mazar-e-Charif, el 18 de agosto de 2021.
Los talibanes han confirmado que son favorables a la construcción del gasoducto TAPI (Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India) que permitiría exportar el gas de Turkmenistán para contribuir al desarrollo de Asia Central.
El gasoducto TAPI es un proyecto que el magnate argentino Carlos Bulgheroni y la compañía argentina Bridas habían elaborado en los años 1990 junto al gobierno de Turkmenistán y que debía contar con financiamiento del Banco Asiático de Desarrollo (ADB). Aquel proyecto encontró la rivalidad de otro, de la petrolera californiana Unocal. Ambas compañías llegaron a un acuerdo y Estados Unidos abrió una negociación con los talibanes en Berlín –Alemania acogió a los negociadores talibanes a pesar de que el Consejo de Seguridad de la ONU les había prohibido viajar.
En realidad, no fueron los atentados del 11 de septiembre sino el fracaso de aquella negociación sobre la construcción de un gasoducto a través del territorio afgano lo que decidió Washington a dar la orden definitiva de invadir Afganistán.
En aquella época, el negociador de la petrolera californiana Unocal, Zalmay Khalilzad, tenía una oficina en Kandahar –en Herat Bazaar Road– justo al lado del consulado de Pakistán en esa ciudad afgana y de la oficina de un tal Osama ben Laden. Después de la invasión estadounidense, Zalmay Khalilzad fue nombrado embajador de Estados Unidos en Afganistán y más tarde fue embajador en la ONU.
Posteriormente, China propuso retomar el concepto del gasoducto TAPI e integrar aquel proyecto a sus proyectos internacionales. Los trabajos se iniciaron en diciembre de 2015 y Pakistán convenció a los talibanes para que apoyaran la construcción del gasoducto después de la retirada de las tropas de Estados Unidos. A finales de julio de 2021, China recibió en Pekín una delegación de los talibanes para confirmar que apoyarían el proyecto.
Los argentinos tenían buenas relaciones con Turkmenistán, Estados Unidos apoyaba a los grupos armados árabes antisoviéticos y China mantenía relaciones con los nacionalistas afganos.
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