• El primer gran tema en la cumbre de la OTAN fue la consolidación de la industria militar de Occidente ya que, en la práctica, los arsenales de la OTAN están en crisis. La diferencia entre los arsenales de la alianza atlántica y los de Rusia es tan grande que Occidente no logra reemplazar el armamento que las tropas rusas destruyen en Ucrania. Tratando de resolver ese problema, los países de la OTAN adoptaron planes nacionales de producción de armas y se comprometieron a renovar rápidamente los medios críticos en Ucrania, sobre todo las municiones y los sistemas de defensa antiaérea y antimisiles.

• El segundo gran tema fue la guerra contra Rusia en Ucrania, precisamente en momentos en que las tropas rusas han cruzado la segunda línea de defensa ucraniana. Ante esa situación, los países de la OTAN han decidido instaurar un «Programa OTAN de Formación y de Asistencia para la Seguridad en favor de Ucrania» (NSATU, siglas en inglés) para coordinar el suministro de equipamiento militar y las actividades de formación militar organizadas por los miembros de la OTAN y sus socios.
Como se esperaba, los países de la OTAN anunciaron que esperan asignar a Ucrania «al menos 40 000 millones de euros» para el próximo año y mantener después la asistencia para la seguridad en un nivel sostenible «para que Ucrania gane» frente a Rusia.

• El tercer objetivo de la cumbre era extender la zona de intervención de la OTAN hasta la región Asia-Pacífico para «contener» a China. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha estado trabajando en ese sentido desde 2019 [1].
Ese objetivo se ha visto confirmado por la National Security Strategy del presidente estadounidense Joe Biden [2].
Para cumplir ese objetivo fueron invitados a esta cumbre de la OTAN el primer ministro de Japón, Fumio Kishida; el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol; el primer ministro de Nueva Zelanda, Christopher Luxon; y el viceprimer ministro y ministro de Defensa de Australia, Richard Marles.

☞ Ese proyecto enfrenta un problema de índole cultural. Los países de la región Asia-Pacífico son a menudo ex colonias de los países miembros de la OTAN, han logrado consolidar su independencia, se han desarrollado más que los occidentales y aspiran a la estabilidad, pero la OTAN no les promete otra cosa que servir de carne de cañón en las guerras que se planean en Washington y en Bruselas.

Inicialmente, Estados Unidos quiso extender la OTAN hacia Asia a través del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (Quadrilateral Security Dialogue o Quad), foro de concertación estratégica en el que llegaron a reunirse Estados Unidos, Australia, Japón y la India, antes de que la India optara por retirarse para mantenerse equidistante de Estados Unidos y China. Ante la salida de la India, Washington introdujo a Filipinas, en mayo pasado, modificó el nombre del foro, bautizándolo como «Squad», y ahora trata de incorporar también a Corea del Sur.

Rusia respondió en junio firmando un tratado de defensa mutua con Corea del Norte.

Esta información es parte de la edición 95 de nuestro boletín semanal Voltaire, Actualidad International.

[1«[La OTAN pretende convertirse en ‎alianza atlántico-pacífica», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 10 de diciembre de 2019.

[2National Security Strategy, The White House, octubre de 2022.