La analista Marivilia Carrasco nos presenta un cuadro apocalíptico, el anuncio de los especuladores y banqueros de que la etapa del petróleo barato ha llegado a su fin. La alternativa la tienen los países productores siguiendo una política unificada de exportación. Podrían resolverse los problemas mundiales que se agudizan como una verdadera amenaza, tal como se advierte en Arabia Saudita, si no se quita la iniciativa a los intermediarios.
¿Se avecina la desestabilización de Arabia Saudita?
Los recientes ataques terroristas en
Arabia Saudita, atribuidos al grupo
Al-Qaeda, indican que el país está en la
mira de un proceso de desestabilización.
Hizo una advertencia en este
sentido el ex consejero de
contraterrorismo de la Administración
Bush, Richard Clarke, durante una visita
a Madrid, donde asistió al lanzamiento
de su libro, Against all Enemies (Contra
todos los enemigos); cuyas revelaciones
han causado cierto daño al grupo
«neoconservador» que domina la Casa
Blanca.
Según una nota de la agencia
Associated Press del 7 de junio, Clarke
afirmó que la inestabilidad en Arabia
Saudita merece atención especial y
alertó que se puede repetir en el reino
lo que aconteció en Irán después
de la caída del Sha Reza Pahlevi. «La
amenaza de la inestabilidad Saudita para
el mundo político y económico es mucho
mayor que la representada por Irak....
Irán era un buen aliado nuestro (de los
EU ndr), garantizándonos una fuente de
petróleo...y, súbitamente, el régimen
del Sha cayó y fue sustituido por el
primer gobierno islámico radical,
fundamentalista y terrorista. Considero
que [el vicepresidente Dick Cheney] y
otros en los Estados Unidos suponen que
eso podría acontecer en Arabia Saudita»,
afirmó.
En su columna del día 9 de
junio, el bien informado periodista
mexicano Alfredo Jalife-Rahme, lanza un
incisivo cuestionamiento: "Traduzcamos
el código contraterrorista al precio del
barril de petróleo: la caída del Sha, un
aliado de Estados Unidos en aquel
entonces, desembocó en 1979 en la máxima
cotización del petróleo a 39 dólares el
barril (sin contar la inflación, lo
cual, a valor presente equivale a 78.50
dólares).
El entonces ministro saudita
del Petróleo, Sheik Ahmed Zaki Yamani,
reveló luego que Alfred Heinz (alias
«Henry») Kissinger había depuesto al Sha
para elevar el precio del petróleo y así
beneficiar las mega fusiones de las
petroleras anglosajonas. ¿Se repite el
«síndrome petrolero de 1979» en 2004?
En 1979, la petrocracia anglosajona depuso
al Sha para instalar a la teocracia de
los ayatolas chiítas de Irán.
Veinticinco años más tarde, la misma
petrocracia anglosajona, corta de dinero
por sus nuevas mega fusiones, que la han
puesto en serias dificultades
financieras (ocultadas por la
contabilidad invisible en los paraísos
fiscales), ¿derrocará ahora a la
monarquía wahabita saudita, con la ayuda
del indispensable Osama Bin Laden y sus
huestes terroristas de Al Qaeda, para
colocar la cotización del oro negro en
la estratosfera? (início)
¿Petróleo a 180 dólares?
Ciertos sectores de las estructuras
hegemónicas mundiales, como informó
oportunamente esta Reseña, parecen estar
empeñados en la consolidación de los
precios del petróleo por encima de los
40 dólares. Es probable que ese
esfuerzo sea parte de las violentas
discusiones sobre el tema del «precio
máximo del petróleo» (peak oil, en
inglés), que se asemeja a una
preparación de la opinión pública para
aceptar un nuevo «choque del petróleo»
(aún cuando los precios actuales están
lejos de los de 1979, luego de la caída
del Sha de Irán, cuando llegaron a 79
dólares a precios actuales.
Un ejemplo de dicha campaña
propagandística es el reportaje
anunciado en la portada de la revista National Geographic
Magazine de junio pasado, dedicada al «fin del petróleo
barato». De la misma forma, el fin de
semana del 6 de junio la Asociación para
el Estudio del Precio Máximo del
Petróleo (Association for the Study of
Peak Oil, ASPO) reunió en Berlín a un
grupo selecto de especialistas, entre
geólogos, economistas, operadores
financieros y otros, para analizar el
asunto. El mensaje final lo resume la
BBC: la producción mundial de petróleo
está a punto de llegar a su límite y
esto pondrá fin a la era del petróleo
«barato».
En el encuentro, Matthew
Simón, uno de los principales banqueros
de inversiones en energéticos del mundo
y asesor del controvertido plan
energético coordinado por el
vicepresidente estadounidense, Dick
Cheney, dio la nota de los debates
sostenidos por los círculos más
influyentes, al afirmar: «El petróleo
es muy barato por el momento. El número
que yo emplearía está por los 182
dólares por barril. Es necesario dar un
precio realista al petróleo, para
controlar su demanda. Esto porque la
producción mundial está por llegar al
límite. Si establecemos el precio
correctamente nos daría tiempo para
encontrar combustibles que llenen el
vacío entre una economía de petróleo y
una economía renovable (sic)» Pero no
veo que esto esté ocurriendo».
Otro notable en la reunión,
el jefe de planeación estratégica de la
National Oil Company (NOIC) de Irán, Ali
Bajtiari, admitió claramente que los
efectos de la alza podrán ser
catastróficos y alcanzarán
predominantemente a los estratos medios
de la sociedad: «Las personas menos
afectadas serán los súper pobres, que de
por si no consumen energía, y los súper
ricos, a quienes no les importa si el
petróleo llega a 100 dólares el barril.
Los más lastimados serán los que están
en medio. Cuando la crisis llegue,
habrá cambios enormes».
El fundador y presidente de
ASPO, el Dr. Colin Campbell, ex
vicepresidente ejecutivo de la empresa
francesa Total Fina, ha sido uno de los
principales proponentes de la tesis del
«precio máximo del petróleo». Según él,
las reservas mundiales de petróleo están
sobre estimadas, en gran medida a causa
de estimaciones equivocadas o
falsificadas de varios países. En otra
manifestación de las tendencias de la
reunión, afirmó que «la manera de hacer
más firme la seguridad energética es
reducir la demanda» -es decir, disminuir
las expectativas de crecimiento-.
Las estimaciones de la
producción límite de las reservas
petroleras varían mucho. Campbell
estima que llegará a ella por el año
2010; otros estiman que no será sino
hasta la década de 2040, pero el tema es
motivo de grandes controversias. Lo más
probable es que los problemas con el
abastecimiento de petróleo las décadas
venideras no tendrán que ver con una
escasez del oro negro, sino de las
manipulaciones geopolíticas habituales
de las fuerzas hegemónicas globales.(início)
Energía: se estudia la creación de
PetroAmérica
Uno de los temas principales que se
debatirán en la reunión de los
presidentes de Argentina, Brasil y
Bolivia, que se realizará en este último
país el 5 de julio, será la creación de
una empresa petrolífera sudamericana.
Le empresa, para la cual se propuso el
nombre de PetroAmérica, no sería una
fusión sino la asociación de Petrobrás,
de Brasil, la recién creada Empresa
Nacional de Energía (Enarsa), de
Argentina, Yacimientos Petrolíferos
Fiscales Bolivianos (YPFB) y Petróleos
de Venezuela (PDVSA), y se contemplaron
ya la realización de inversiones
conjuntas. En mayo pasado el ministro
de Minas y Energía de Venezuela, Rafael
Ramírez, manifestó el respaldo de su
gobierno a la iniciativa: «Vamos a
respaldar los esfuerzos argentinos,
bolivianos y brasileños para la
construcción de una empresa
supranacional que incluya a todas las
compañías nacionales en la idea de
PetroAmérica».
Además de representar un
gran paso en la integración económica
física de América del Sur, la creación
de la nueva empresa proporcionaría a la
región un valioso triunfo en el marco de
la crisis petrolífera que se vislumbra
en el horizonte. En la actualidad la
producción de petróleo de los cuatro
países es del orden de los 5.200.000
barriles diarios, de los cuales 57 por
ciento los produce PDVSA y 30 por ciento
Petrobrás.
PetroAmérica sería un
elemento que complicaría la estrategia
del gobierno de George W. Bush de crear
un «TLC energético», un mercado libre de
energía que ayudaría a los Estados
Unidos a ampliar considerablemente sus
importaciones de petróleo de la
región -predominantemente de Canadá,
México y Venezuela-, en detrimento de la
inestable Arabia Saudita.
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