Con mucha expectativa habíamos esperado el inicio del Foro Social de las Américas, después de su inauguración el domingo 25 de julio. El lunes 26, uno de los primeros eventos que se llevó a cabo en el auditorio de la Facultad de Filosofía, fue el seminario: «Lucha Política y Social en América Latina de entre siglos».
El evento contó con la presencia de expositores internacionales como Francisco Campos, presidente del Frente de los Trabajadores de Brasil; Christian Binnerbig, representante del Foro Permanente Soberanía y Ecología Política; entre otros ponentes nacionales, como Gustavo Terán, director nacional del Movimiento Popular Democrático; Oswaldo Palacios, vocero del Partido Comunista Marxista Leninista Ecuatoriano, (PCMLE), entre otros.
La lucha política y social son las expresiones de los pueblos cansados de la explotación, del abuso y del atropello por las grandes potencias. Su territorio, su soberanía, se han visto afectadas por intereses de las transnacionales; sus poblaciones desplazadas, inmersas en guerras que afectan su economía, medio ambiente y su vida en general.
Después de fracasar el proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). El imperialismo intenta establecer nuevas formas de acuerdos comerciales con cada uno de los países latinoamericanos, pero ¿en qué condiciones?
Debemos entender las diferencias que nos separan del imperialismo. En un año Estados Unidos consume el 25% de producción de petróleo y el 28.77% de producción de gas de todo el mundo. Su producción agrícola, avícola, ganadera, entre otras, se ve protegida por veinte millones de dólares anuales. Mientras la tendencia a subsidiar la producción en el resto de países latinoamericanos es a desaparecer; en El Salvador por ejemplo, ha desaparecido por completo.
Blanca Flor Bonilla, representante del Frente Farabundo Martí, dijo que: «Las alianzas que gobiernos serviles hacen sin contar con la opinión del pueblo, como el TLC que es un proyecto que únicamente muestra una de sus caras». Primero: las inversiones que afectan gravemente a las economías más débiles, sustentadas en acuerdos secretos, negociaciones a puerta cerrada.
Segundo: el proceso de venta y entrega de servicios de educación, salud, agua administrado por grandes transnacionales. Proceso que empieza con la privatización de los mismos. Tercero: el conflicto que genera la propiedad intelectual y el uso de patentes, pues las transnacionales se apropian del conocimiento ancestral de los pueblos. Los patentan y transforman en mercadería.
América Latina se resiste a aceptar y entrar en un proceso de globalización injusto. Rechaza las políticas militaristas adoptadas por Estados Unidos a lo largo del planeta. El FSA es, precisamente, el escenario para proponer nuevas formas de otro mundo posible. No podemos aceptar ser dominados económica, política, militar y culturalmente, tenemos una batalla que librar, una lucha que nos compromete a todos.
Un grupo que se siente comprometido con este cambio, es el grupo de los jóvenes, la vanguardia a favor de la vida, de una América, de un mundo mejor. Paúl Jácome, presidente Nacional de la Federación de Estudiantes del Ecuador, en su exposición destacó la presencia de los jóvenes en la lucha, citó el caso de Bolivia, Cuba, Venezuela y del Ecuador, (con más de doscientos noventa y cuatro miembros de la FEUE y más de un millón y medio de jóvenes en la FESE), cuya participación política ha sido notoria, ningún gobierno puede desconocerlos ahora.
El Foro acaba de iniciar, nos esperan muchos eventos, nuevas formas de resistencia que aprender, experiencias que intercambiar y soluciones que proponer; Opción informará de todos los demás eventos que se lleven a cabo.
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