Ver primera parte:
Periodistas buscan justicia en la Corte Interamericana.
Publicado el 20 de septiembre de 2004.
A 18 años del crimen de José Carrasco Tapia, el último periodista asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet, reaparecieron en Chile las amenazas de muerte contra la gente de prensa. Mónica Guerra, reportera de “El Mercurio”, y Francisco Martorell, director del quincenario “El Periodista”, recibieron un mail anónimo que les “notifica” la “pena máxima” por atentar contra la comuna de Quilicura y pretender dañar el trabajo municipal.
Las amenazas contra la vida de periodistas reintrodujeron en el país sudamericano una práctica corriente en otros países de la región, Asia, África y el oriente de Europa. En Irak, Filipinas, Rusia, Bangladesh, Skri Lanka, Bosnia y numerosas otras naciones se amenazan y asesinan periodistas con frecuencia. De 14 asesinatos de comunicadores ocurridos en América Latina y el Caribe en 2004, 13 están asociados a mafias ligadas a poderes políticos y económicos locales.
Quilicura es una comuna de los suburbios de Santiago donde los informadores amenazados investigaban presunta corrupción en el poder municipal y cuya alcaldesa es Carmen Romo Sepúlveda, del partido Demócrata Cristiano (PDC).
El contenido de la amenaza revela que ambos periodistas fueron vigilados
ilegalmente para establecer sus domicilios, placas de automóviles, las rutinas hogareñas y la vida cotidiana de los niños.
Según investigaciones preliminares independientes, el mensaje habría salido de una cuenta denominada “Moriran Periodistas” creada en un computador de Alameda 1460, piso 8, Santiago. La dirección física corresponde a un edificio construido en los años 60 como sede del PDC, vendido parcialmente a terceros.
La empresa que actualmente ocupa la mayor parte del inmueble aseguró que
investigará si uno de sus empleados utilizó algún computador para emitir
la amenaza. La Policía de Investigaciones deberá establecer quien fue el
autor del mensaje y exactamente desde dónde se emitió.
Antecedentes
No es la primera vez que surgen amenazas de muerte vinculadas a Quilicura.
La periodista, Jacmel Cuevas también fue amenazada en 2002 mientras investigaba otros actos de corrupción en el mismo municipio por cuenta del portal de noticias Terra.cl. La “condena a muerte” evoca los fatídicos comunicados que hacía circular la Triple A en la Argentina de los años 70, bajo Estela (Isabel) Martínez de Perón y José López Rega.
El siguiente es el texto de la amenaza contra Guerra y Martorell, reproducida con las faltas de ortografía del original:
Original Message -----
From: moriran periodistas
To: nacional@mercurio.cl ; prensa@orbe.cl ; prensa@upi.com ;
comercial@elperiodista.cl ; info@elmostrador.cl
Sent: Wednesday, September 01, 2004 3:26 PM
Subject: periodistas chilenos condenados a muerte
Por atentar contra la comuna de Quilicura y pretender dañar el trabajo municipal de nuestra comuna han sido condenados a muerte los siguientes periodistas.
1) Francisco Martorell de el Periodista.
2) Mónica Guerra del Mercurio.
cuidense por que nadie se mete en quilicura, pretender intervenir y sale
sin ningun daño. esto que le sirva de advertencia a cualquier otro imbecil que se las quiera dar de periodista investigador y piense que no se puede averiguar la direccion de su casa, la patente del vehiculo o la direccion de hijos, sobre todo si son separados.
Estos huevones sensacionalistas les va a pasar algo muy feo, ojala los demas aprendan.
Gente de Quilicura.
Asesinatos del poder local
Las amenazas y asesinatos de periodistas que denuncian corrupción en el poder local constituyen “el pan de cada día” en los municipios, prefecturas, ayuntamientos, gobernaciones, o como se llamen las instancias del poder local, no sólo de América Latina sino en todo el mundo, incluida Rusia.
Sólo en este mes de septiembre dos periodistas latinoamericanos fueron asesinados por esa lógica de los sindicatos del crimen amalgamados por la corrupción, el tráfico de drogas, la usurpación de tierras y otros ?negocios? del poder local. Un asesinato ocurrió en Venezuela y el otro, en República Dominicana.
Según fuentes de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (CIAP) de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), en los casi nueve meses transcurridos del 2004 se han registrado 14 asesinatos de periodistas en América Latina y el Caribe, la prácticamente todos asociados a denuncias periodísticas sobre corrupción y abuso de poder local en medios locales.
La única excepción es el periodista español Ricardo Ortega, baleado en Haití mientras cubría la ocupación de ese país por las tropas extranjeras que desalojaron del poder al Presidente Bertrand Aristide.
Este año han ocurrido hasta dos crímenes en el mismo día o en la misma semana y en el mismo país, con más de una muerte por mes y sin que exista ninguna guerra en la región. El periodismo radiofónico es uno de los más golpeados, en particular las emisoras locales y radios comunitarias. Por primera vez se asesinó a un periodista en Honduras y también se puso término a la vida de una reportera de 33 años de un país “tranquilo”, como se considera a Costa Rica, una suerte de Suiza latinoamericana sin fuerzas armadas.
Los asesinatos del 2004
– 14-09-2004: Juan Andújar, hombre de radio y corresponsal del “Listín Diario” de República Dominicana, murió asesinado al salir de la emisora donde trabajaba, en Compostela de Azúa, 120 kilómetros al oeste del Santo Domingo. Los sicarios hirieron a su colega Jorge Luis Sención, de Radio Enriquillo, quien perdió una mano que fue destrozada por impactos de escopeta. El informador Juan Sánchez, corresponsal de los diarios El Nacional y Hoy, fue amenazado de muerte por denunciar una ola de robos en la localidad, así como Domingo Corcino, Héctor J. Caamaño, Narciso Maríñez, Chistian Daniel Ramírez y Rafael
Vargas.
– 01-09-2004: Mauro Marcano, 55 años, ultimado en la puerta de su casa de aturín, estado Monagas, Venezuela, conducía un programa de opinión en “Radio 1.080 AM”, donde formulaba denuncias sobre el narcotráfico regional y sus vínculos con empresarios locales. También era dirigente político, concejal del partido Acción Democrática y presidente de la Comisión de Ejidos de la Cámara Municipal de Maturín.
– 31-08-2004: Francisco Arratia Saldierna, 55 años, muerto en Matamoros, estado Tamaulipas, México, escribía la columna "Portavoz" en "El Imparcial", "El Regional", "Mercurio" y "El Cinco", periódicos regionales en que combatía el crimen organizado, la corrupción política y abordaba temas de educación.
– 12-07-2004: Jorge Lourenço dos Santos, periodista radiofónico, fue asesinado en su domicilio del municipio Santana do Ipanema, Halagaos, Brasil, a la vez sede de la radio comunitaria “Criativa FM”, donde formulaba frecuentes críticas a los líderes políticos y empresariales locales y de municipios cercanos.
– 22-06-2004: Francisco J. Ortiz Franco, codirector y periodista del semanario “Zeta”, de Tijuana, México, asesinado en presencia de sus hijos de 8 y 10 años, era reconocido por sus editoriales sobre temas políticos, de gobierno y asuntos cívicos, así como investigaciones y denuncias sobre corrupción y narcotráfico.
– 24-04-2004: José Carlos Araújo, 37 años, periodista radiofónico, asesinado frente a su casa de Timbaúba, estado Pernambuco, Brasil, denunció la existenciam de grupos de exterminio y la participación de influyentes figuras locales en asesinatos en la región en su programa "José Carlos Entrevista" de “Rádio Timbaúba FM”.
– 21-04-2004: Alberto Rivera Fernández, presidente de la Federación de Periodistas de Ucayalí, Perú, y ex diputado, asesinado en Pucallpa, conducía el programa "Transparencia", emitido todas las mañanas por la radioemisora “Frecuencia Oriental”, donde denunciaba frecuentemente a las autoridades locales y regionales implicadas en el tráfico de tierras ocupadas por habitantes pobres. El presidente
regional de Ucayalí, Edwin Vásquez López, y el alcalde provincial de Coronel Portillo, Pucallpa, Luis Valdez Villacorta, fueron sindicados como autores intelectuales del crimen.
– 20-04-2004: Samuel Romã, 36 años, periodista radiofónico brasileño, muerto frente a su casa de Coronel Sapucaia, estado de Mato Grosso do Sul, era presentador y propietario de “Radio Conquista FM” de la localidad de Capitán Bado, situada frente a Coronel Sapucaia, en el lado paraguayo de la frontera. Era conocido en la región por sus frecuentes denuncias de actividades de los narcotraficantes y el crimen organizado en la zona fronteriza, a través de su programa "A Voz do Povo" (La voz del pueblo).
– 19-03-2004: Roberto Javier Vargas Mora, director editorial del diario "La Mañana" y editor de la revista "North México Business", publicaciones de Nueva Laredo, Tamaulipas, México, fue asesinado de 26 puñaladas cuando llegaba a su domicilio de madrugada, tras escribir varios artículos que vincularon a la policía y a empleados gubernamentales con el Cartel del Golfo, una red regional de tráfico de drogas.
– 07-03-2004: Ricardo Ortega, reportero español del canal ?Antena Tres?, herido por disparos, falleció en el hospital de Puerto Príncipe, Haití. Fue el último entre 9 informadores españoles caídos en frentes bélicos o conflictivos, tres en naciones de la región.
– 14-02-2004: Antonio de la Torre Echeandía, 43 años, de Radio "Orbita", ciudad de Yungay, región de Ancash, Perú, fue asesinado a puñaladas, tras acusar al alcalde de la ciudad, Teodoro Vega Chávez, de nepotismo y abuso de autoridad.
– 10-02-2004: Carlos Guadamuz Portillo, de TV CDNN o Canal 23, de Nicaragua, fue asesinado de cinco balazos.
– 07-02-2004: Martín La Rotta Duarte, 51 años, informador de la radioemisora "La Palma Estéreo" de San Alberto, Colombia, fue muerto a apuñaladas.
– 04-01-2004: Oscar Alberto Polanco Herrera, 37 años, director y presentador de noticias de CNC TV, fue asesinado a balazos en Cartago, Colombia, cuando abandonaba el canal.
Otros crímenes del 2003
Otros crímenes recientes, ocurridos a fines de 2003, terminaron con la vida de tres periodistas: Ivania Mora Rodríguez, 33 años, asesinada el 23 de diciembre de 2003 en el tráfico de Curridabat, un suburbio de San José, Costa Rica; William Soto Cheng, asesinado el 18 de diciembre de 2003 en Buenaventura, Colombia; y Germán Antonio Rivas, gerente de la Corporación Maya Visión, Canal 7, de Honduras, asesinado de un tiro en la cabeza la noche del 26 de noviembre 2003, cuando estacionaba su vehículo en el canal.
En 2003 fueron asesinados 20 periodistas en América Latina y el Caribe.
Hay más de 50 asesinatos de periodistas impunes desde 1995.
Aclaración
Fuentes confiables me indicaron hace dos semanas que el mensaje con amenazas de muerte contra los periodistas Mónica Guerra, de El Mercurio, y Francisco Martorell, director de El Periodista, salió de un computador de una oficina del piso 8 de Alameda 1460. Hoy no es difícil establecer de dónde sale un correo electrónico, como el que filtró a The Guardian de Londres el espionaje en las sedes de la embajada de Chile en Naciones Unidas y de otros “países amigos” del Consejo de Seguridad en vísperas de la votación crucial (que nunca se produjo porque EE.UU. retiró la moción) que hubiera aprobado o no la guerra que Koffi Anan dice hoy que fue ilegal. (Caso Katharine Gun, la funcionaria de la británica que filtró las instrucciones de la CIA al diario londinense y que no alcanzó a llegar a juicio porque el gobierno
de Tony Blair retiraró los cargos el 25 de febrero de 2004, 51 semanas después, para no sacar a la luz el espionaje que afectó a Chile, Pakistán y a otras naciones del Consejo de Seguridad).
Esta tarde tuve una conversación (telefónica) con Marcel Ducasse, de la
empresa desde cuyas oficinas habría salido el mail con las amenazas de muerte, según la investigación que hicieron mis fuentes, las que no cité ni identifiqué en mi informe periodístico, sin invocar el artículo 7 de la Ley de Prensa que protege el secreto profesional.
Ducasse me sugirió que el mensaje pudo salir de otras oficinas del edificio, sin desechar la posibilidad de que alguien con acceso a la empresa hubiera utilizado sus instalaciones y hecho el trabajo en uno de sus computadores.
Me pidió no involucrar a su empresa porque la perjudica la sola mención
como escenario. La nota dice que “La Policía de Investigaciones deberá establecer quien fue el autor del mensaje...,” etc.
El mensaje existió, involucra a dos medios de comunicación y salió desde
un computador conectado a la red Internet en ese lugar. La identificación exacta del autor y de la fuente desde donde se emitieron las amenazas deberá establecerla la justicia y/o la policía y no un periodista. No ha sido mi propósito responsabilizar a la empresa en un acto tan pueril como la autoría del mensaje, incluidas sus faltas de ortografía, aunque el mail hubiera salido de sus dependencias. Por consiguiente, he preparado una nueva versión de la nota que omite la mención a la empresa Duccase como escenario de la emisión del mail, para no dañar su imagen pública gratuitamente. Los pormenores deberá dilucidarlos la justicia y la policía.
También me explicó Duccase que su empresa es distinta y explota rubros diferentes a la Duccase metalúrgica que tiene instalaciones en Quilicura y que pertenece a otros Duccase.
Una amenaza de esa índole puede haberla hecho cualquier persona con acceso a las oficinas. Por tal motivo, he preparado esta nueva versión que omite a Duccase. Y voy a charlar con mi abogado y el del Colegio. Como periodista y dirigente del gremio mi mayor preocupación estriba en que aparezca de nuevo en Chile la práctica de amenazar y asesinar a periodistas, esta vez a quienes investigan hechos de corrupción en el poder local, como son los municipios. De 14 asesinatos de periodistas registrados este año en América Latina, 13 afectan a comunicadores que investigaban temas de corrupción local. El 14° fue un reportero español que murió en Haití cubriendo la ocupación.
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