El diputado perredista se pregunta si es posible la democracia con una concentración de medios El escándalo y el dinero, prioridades de esas empresas, coinciden en San Lázaro.
En el tercer día de debates en torno a la reforma del Estado, el tema que motivó mayores coincidencias fue el de una profunda reforma a los medios de comunicación, especialmente a la radio y la televisión. Varios participantes sostuvieron que "el duopolio televisivo privilegia el rating, el escándalo y el dinero por encima de la información".
Con esa base, el tema dio para una amplia discusión. El senador Manuel Bartlett Díaz acusó a las televisoras de paralizar la reforma electoral para no perder el dinero de los espots de campaña, y rebatió la propuesta presentada ayer por el secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, de instaurar en México la figura de un jefe de gabinete, con el siguiente argumento: "¿Para qué queremos una especie de primer ministro, si será el que quiera Televisa o los sectores financieros?"
El coordinador parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados, Pablo Gómez Alvarez, convocó a los partidos y los grupos parlamentarios a sacudirse el pavor que tienen al poder de las dos principales televisoras y emprender una reforma a profundidad, que hoy sigue postergada.
A partir de la pregunta que él mismo formuló, respecto de si la democracia en el país puede desarrollarse "bajo un duopolio de televisión", Pablo Gómez sostuvo que la pluralidad ideológico-cultural no puede expresarse en el medio de comunicación más importante. "Sin embargo, el tema no se toca, porque los políticos tienen miedo a las represalias que pueden asumir los canales más importantes de televisión. Y, en efecto, todos los partidos tienen miedo, pero justamente con eso es lo que hay que acabar: con el miedo a esos medios, para que partidos y políticos puedan ser más libres, más auténticos, más sinceros con el pueblo. Y los partidos deberían ponerse de acuerdo", propuso.
Esto es imprescindible, dijo, porque la reforma electoral se encuentra estancada; no hay negociaciones en San Lázaro, y los partidos deben regular el financiamiento privado, las precampañas y el acceso a la radio y la televisión, "!derecho constitucional nulo por la cobardía del IFE, la complicidad del gobierno con los concesionarios y el miedo de los partidos a los medios de comunicación. ¡Hay que romper esto!"
En el recuento de los daños causados por las empresas de televisión, el senador Manuel Bartlett afirmó que si bien el presidente de la Comisión Especial para la Reforma del Estado, Manuel Camacho Solís, "hizo un gran esfuerzo" para avanzar en una reforma al sector, ésta se paralizó.
Y esto fue así, dijo, porque "toca a los medios de comunicación. El dinero es lo que la paralizó, el terror a los medios de comunicación".
Insistió, entonces, en aprobar cuanto antes la reforma electoral -pero no la que, dijo, pretende imponer el Banco Mundial-, porque de lo contrario se corre el riesgo de que avance "por ahí un candidato ciudadano de Miami... ¡Perdón!, de aquí, del Distrito Federal, que ya está gastando millones de dólares todos los días".
La reforma también debería ir acompañada de una nueva ley de radiodifusión, porque "ningún poder puede estar sin controles. Y no lo digo yo, eh, no me vayan a atacar y a calificar de radical. Eso lo dice Naciones Unidas, que no se les olvide".
El senador del PAN, Javier Corral, convino en la necesidad de revisar el marco que regula a los medios electrónicos, para acotar "el modelo de concentración" en la televisión, que en México es "el más alto".
Para el legislador de Acción Nacional, la reforma política debe partir de cambiar los dos ejes de la competencia electoral: "el dinero y la dictadura del espot, bajo la tarifa política, y prohibir espacios comerciales en radio y televisión para las campañas y hacer que el IFE compre los espacios para la difusión de propuestas políticas".
En el amplio abanico de posiciones, el coordinador de los diputados del PRI, Emilio Chuayffet Chemor, planteó que las reformas más próximas, posibles, pueden darse en tres áreas: electoral, Congreso y federalismo. En el caso de la electoral, "se vuelven objeto la regulación de las precampañas, el perfeccionamiento de las normas sobre la equidad en la competencia, el dinero, el mejoramiento de las reglas sobre el papel de los medios de comunicación en procesos electorales y, finalmente, resolver en definitiva el voto de los mexicanos en el extranjero".
En el juicio a los medios participó también la directora de la revista Siempre!, Beatriz Pagés. Cuestionó que sobre todo los electrónicos se han convertido en una especie de símbolo y hasta fetiche de la democracia; utilizan los derechos humanos como recurso para protegerse ante cualquier demanda por mentir, injuriar o magnificar determinada información.
"Tenemos medios que recuerdan a un carro romano sin jinete y con caballos desbocados", dijo.
Por la tarde, el secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, sostuvo que igual de importante que la reforma política es el cambio de modelo económico, e ironizó: "aunque sé que corro el riesgo de que me califiquen de populista consuetudinario, por criticar el modelo".
El ex secretario de Energía y aspirante a la candidatura presidencial del PAN, Felipe Calderón Hinojosa, defendió la modificación al formato del informe que el jefe del Ejecutivo presenta cada año, planteó que éste se presente en febrero y no en septiembre, y aprovechó para abonar a su campaña: "A mí me encantaría, como Presidente, debatir con los diputados".
Al concluir la larga jornada, el politólogo Leo Zuckerman mostró su escepticismo por los resultados del foro, y planteó: "les propongo otra audiencia pública, en la que participen los 500 diputados y los 128 senadores, y que ellos nos contesten cuándo van a aprobar una reforma".
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