Andrés Manuel López Obrador se mantuvo ayer firme en su demanda de que se abran los paquetes electorales para limpiar la elección del pasado domingo, transparentar el proceso y no poner en riesgo la estabilidad política del país.
Por la mañana, cuando apenas se iniciaban los conteos en los distritos electorales, el candidato de la coalición Por el Bien de Todos pidió al Instituto Federal Electoral (IFE) "no dar albazos" ni apresurar la revisión de las actas, ya que dado lo reñido de la contienda y las evidencias de las irregularidades se requiere revisar voto por voto y casilla por casilla.
La exigencia, dijo, tiene bases, ya que él y su equipo encontraron irregularidades en unas 50 mil casillas, que representan más de la tercera parte del total que se instaló en el país, y por ello amerita que se abran los paquetes electorales.
Al igual que el pasado domingo 2 de julio, ayer López Obrador vivió una larga jornada, que se prolongó hasta el cierre de esta edición, en la madrugada, cuando el tabasqueño se dirigió a su domicilio, en espera de la decisión final.
A pesar de que durante más de 16 horas se mantuvo al frente de la contienda presidencial, por arriba siempre de Felipe Calderón, ni él ni su equipo de campaña hicieron celebración alguna. Ello contrastó con el ambiente de fiesta que reinó toda la tarde y ya entrada la noche en la casona ubicada en la colonia Roma, donde varios de sus seguidores se mantuvieron expectantes ante la posibilidad de triunfo.
Ricardo Monreal, uno de sus principales operadores políticos, seguro de que el presunto fraude contra López Obrador se había fraguado días antes, con la manipulación del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y ayer mismo se consumaría, advirtió que no iban a caer en la trampa.
A las cuatro de la tarde hizo notar que tampoco fue normal el comportamiento del conteo de los distritos en el IFE, ya que dado lo reñido de la contienda no era lógico que López Obrador se mantuviera siempre arriba, sin que sus datos se cruzaran en algún momento con los de Calderón.
Monreal reveló que por la mañana uno de los consejeros del IFE le comentó que la tendencia final no se iba a revertir y que Felipe Calderón se impondría al final. "Me dijo que, si acaso, la distancia se acortaría, que se iba a cerrar en 40 mil votos, pero que eso sería todo."
Resaltó que ello es prueba de que en el instituto se sabía ya el resultado, aun antes de que concluyeran los cómputos en los comités distritales.
Al mediodía, los dirigentes del PRD y del PT, Leonel Cota y Alberto Anaya, respectivamente, acompañados de Manuel Camacho Solís, calificaron de fraudulento el proceso electoral y plantearon que, de abrirse todos los paquetes y contar voto por voto, se comprometían a aceptar el resultado final, fuera cual fuera, sin acudir al tribunal electoral y sin llamar a la movilización.
Cota Montaño advirtió que de concretarse el fraude cibernético las consecuencias serán peores que las de 1988, y planteó un escenario de movilización popular similar al que se dio durante el fallido desafuero de López Obrador.
A su vez, Manuel Camacho Solís deploró que en lugar de tomarles la palabra y de acceder a contar los votos para evitar un crisis política la decisión haya sido fast track, en un proceso manipulado desde el principio, en el cual el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, adelantó los resultados y hasta aventuró, en reuniones con corresponsales extranjeros, que no va a pasar nada cuando se dé a conocer el triunfo de Calderón, "y que en todo caso habrá dos semanas de movilizaciones y después se acabó el problema".
Luego de trabajar toda la noche en la revisión y el cotejo de cifras y datos del PREP, López Obrador insistió en la necesidad de que se clarificara lo sucedido durante la elección del domingo pasado, lo que requeriría una revisión minuciosa, casilla por casilla, y la posibilidad de abrir los paquetes electorales, dadas las muchas irregularidades e inconsistencias que se dieron en el conteo rápido.
"Que no se precipiten las cosas, que a nadie se le ocurra dar albazos, ocultar las cosas. Hoy, más que nunca, se requiere transparencia", recalcó López Obrador, quien en todo momento se notó mesurado, sin mencionar la palabra fraude.
El político tabasqueño señaló que no hay duda de que se manipuló el PREP, y eso lo pueden demostrar, ya que tienen todas las pruebas. En una elección cerrada, "como aparentemente se está dando, cuando hablamos de 42 millones de votos, como en el conteo rápido, nunca hubo cruces de datos y siempre el candidato del PAN estuvo arriba, lo que estadística y matemáticamente es imposible".
Consideró también que en el asunto de los 3 millones de votos perdidos, de los cuales al otro día aparecieron 2.5 millones, hay una ventaja en su favor, lo que tampoco se reflejó en el PREP.
Por ello, insistió en la demanda de que se revise a fondo la elección, casilla por casilla, voto por voto. "Nosotros vamos a actuar como siempre, de manera responsable, pero pedimos a las autoridades electorales que contribuyan para despejar dudas, para revisar inconsistencias y para no permitir que se vulnere la voluntad de los ciudadanos", recalcó.
Al lado del candidato, Claudia Sheinbaum, explicó los entretelones del "fraude", que consiste en quitar votos a López Obrador de cada una de las casillas, "como una especie de robo hormiga", al mismo tiempo que se incrementan los sufragios para el panista, Calderón.
De entrada, explicó que no todos los votos perdidos en el PREP se encontraron, ya que en realidad sólo se contabilizaron 11 mil 184 actas, que representan 2 millones 581 mil 226 votos. Faltaban aún en la mañana 2 mil 17 actas por contabilizar, es decir, 1.6 millones de votos.
Aunado a ello, añadió, están lo que denominó las "sumas imposibles", ya que en 18 mil 646 casillas el número de votos contabilizados es mayor al total de actas entregadas y, por tanto, la participación fue superior al ciento por ciento, lo cual es imposible, ya que sólo votan los que están en el listado nominal.
Por separado, el presidente nacional del PRD, Leonel Cota, deploró también que el titular del IFE, Luis Carlos Ugalde, se hubiera negado a transparentar un proceso fraudulento, "viciado de origen, manipulado por el grupo en el poder, que bajo ninguna circunstancia quiere dejar la conducción del gobierno porque sus intereses están en riesgo. Lo digo con toda claridad: aquí hay una elección de Estado".
A su vez, Camacho Solís, insistió en que la única forma de garantizar la confiabilidad de la elección es abrir los paquetes y contar todos los votos, tal como se hizo en Florida, Estados Unidos, donde también hubo una elección presidencial muy reñida. "Está en riesgo la estabilidad política del país, y por ello es un asunto de responsabilidad histórica transparentar los comicios", advirtió.
Denunció que ha habido un proceso de manipulación a cargo del secretario de Gobernación, Carlos Abascal, quien se ha dedicado en los "últimos días a una operación política para legitimar el supuesto triunfo de Felipe Calderón y para someter a los medios de comunicación".
Mencionó que hace dos días se llevó a cabo una reunión en Bucareli, en la cual Abascal pidió a los concesionarios de radio y televisión que este miércoles resaltaran en sus noticiarios que "Felipe Calderón es el presidente de México". Todo ello, agregó, acompañado de arreglos políticos con los gobernadores priístas, a los que se han dado garantías de impunidad a cambio de avalar la victoria fraudulenta del panista.
Cuando fue evidente que el Consejo General del IFE no aceptaría la demanda de la coalición Por el Bien de Todos de que se abrieran los paquetes electorales, y consciente también de la tendencia que se había impuesto al conteo en el IFE, López Obrador decidió retirarse a su domicilio en Copilco.
Era ya cerca de la media noche cuando en compañía de sus hijos, José Ramón y Andrés, quienes lo acompañaron desde la ocho de la mañana, salió de su casa de campaña. Hoy, a las ocho y media de la mañana, dará una conferencia de prensa para fijar su postura.
La Jornada 6 de julio 2006.
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