Brama con furia autosuficiente que le dan sus múltiples dólares, Roque Benavides de Buenaventura-Yanacocha, porque en Santa Cruz, La Zanja, se imponga el orden y el respeto a la propiedad y a las inversiones. Léase: palo contra los campesinos, fierro a fondo la policía contra los agricultores que quieren evitar la contaminación desaforada que suele acompañar a las exploraciones mineras y a la remoción de tierras sin los más mínimos cuidados.

¿No es éste Roque Benavides el mismo que cuando presidía esa vergonzosa organización, la Confiep, pedía públicamente que el delincuente Alberto Fujimori condujera la transición hacia una democracia? ¿No es éste el mismo que con Yanacocha logró, gracias a Kenya, que prevalecieran sus posiciones contra la BRMG francesa? ¿No es este tipejo el mismo dueño de Yanacocha, la empresa que contaminó con mercurio el distrito de Choropampa en Cajamarca en el 2000?

Roque Benavides y toda su organización sí tienen dinero y poder real para comprar a periodistas corruptos para que digan que no hay contaminación, que todo es color de rosa y que ellos traen la inversión y los falansterios del buen vivir porque así se exporta más y la minería trae muchos millones de dólares. En Cajamarca hay repudio contra Minera Yanacocha. Pero las pandillas de funcionarios han logrado comprar hasta las piedras y eso tiene nombre y apellidos propios que habrá que seguir denunciando.

Lo que no puede hacer Roque Benavides, que no duda en alimentar y curar a sus perros pastores, pero deja morir intoxicados a los campesinos de Choropampa, en un desprecio cruel por la vida del resto de peruanos, es comprar a todos. Y menos vender su repertorio insolente y gastado de niño bien, que hace morisquetas y berrinches pidiendo que la policía meta palo para cautelar sus propiedades.

¡No señor! Los campesinos de Pulan, Santa Cruz, tienen derecho a cuestionar cualquier inversión que no los tenga como protagonistas en un contexto de enriquecimiento multánime. Ellos están en el sagrado deber de proteger sus tierras y campos, para evitar más Choropampas. ¡Y más Yanacochas profundamente corrupta y corruptora!

Ha poco, con el aplauso de varios miserables enquistados en diarios y canales, Minera Yanacocha hizo un mea culpa. Ha expresado que nunca trabajó con los cánones más indispensables en pro de la conservación del medio ambiente y, además, con cinismo para las tribunas, “reconoció” una que otra falla. ¡Eso que se lo crean los idiotas! ¡Eso fue una engañifa para ganar tiempo y para reacomodar sus acciones en los tribunales y ante el gobierno, su gobierno, aliado!

Los peruanos que compran su primera clase con dólares, fletan noticias en diarios, canales y radios, alquilan conciencias todos los días, y financian programas y panegíricos, no han entendido ¡nunca entenderán! que mejor es un pueblo educado compartiendo la generación de riqueza que uno, como el que tenemos, obliterado, despreciado, hambreado, obligado a vivir como animales bajo la férula cuartelaria de policías que se olvidan de su cuna apenas usan el revólver y la vara castigadora. ¡Y así piden comprensión cuando lo único que regalan es látigo e insolencia!

¡Haría bien, por su propia salud -no vaya a ser que se envenene- Roque Benavides en hacer un voto de humildad! Reconocer sus flagrantes y envilecidos gestos pro-dictatoriales de un ayer muy reciente y ¡callarse la boca! El Perú no está como para que caporales malcriados pretendan seguir haciendo de las suyas irresponsablemente. ¡Quien siembra vientos, cosecha tempestades!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!