Aunque el viceministro de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas y presidente de la Corporación Venezolana de Petróleo, Luis Vierma, no explicó los detalles de tal proyecto, otras fuentes indicaron que luce bastante ambiciosa la meta oficial tanto desde el punto de vista financiero como operativo.
El viceministro de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas y presidente de la Corporación Venezolana de Petróleo, Luis Vierma, anunció -sin ofrecer muchos detalles- la posibilidad de que sean construidas un par de nuevas refinerías en Venezuela.
Vierma solamente señaló que estas plantas podrían ser levantadas en el eje Norte Llanero y que las mismas procesarían buena parte del incremento de la producción petrolera prevista para el 2009: 1,2 millones de barriles adicionales a los 3,3 millones de barriles de hoy en día.
Fuentes consultadas han manifestado que el costo de concretar estas iniciativas podría alcanzar los 7 millardos de bolívares, pues para edificar una planta de conversión profunda destinada a atender entre 200.000 y 400.000 barriles diarios de crudo pesado se requerirían al menos 3,5 millardos de dólares y entre 4 y 5 años para ver finiquitado el proyecto.
Los cierto es que desde hace meses las autoridades venezolanas, tanto las que dirigen el Ministerio de Energía y Minas, como Petróleos de Venezuela, han hecho públicas sus preocupaciones acerca del creciente cuello de botella que existe en el mercado energético mundial en segmento de la refinación de combustibles.
Incluso, las conversaciones que adelanta el despacho que dirige Rafael Ramírez con representantes de transnacionales como Shell y ChevronTexaco, relacionadas con nuevos proyectos a desarrollar en la Faja del Orinoco, apuntan no sólo a la producción de crudo sintético, como es el caso de las cuatro asociaciones ya existentes (Sincor, Ameriten, Cerro Negro y Petrozuata) sino a la necesidad de ir más allá, es decir, de hacer posible la elaboración en el mismo sitio de derivados tales como gasolina y diesel.
Cuello estrecho
El problema de la baja capacidad de procesamiento petróleo se ha hecho cada vez más evidente. Por ejemplo, sucede cada año en Estados Unidos, principal consumidor del planeta, especialmente cuando llega el verano y aumentan los viajes por carretera y cuando arriba el invierno y crecen los pedidos de productos para calefacción.
Tal fenómeno está directamente relacionado con la casi desaparición de las inversiones destinadas a la construcción de nuevas refinerías, fenómeno que tiene ya varias décadas de existencia.
El propio viceministro de Hidrocarburos ha advertido que no sería viable incrementar la extracción de crudo ni por parte de Petróleos de Venezuela ni por parte los convenios operativos o las asociaciones estratégicas sino se resuelven las fallas presentes en la capacidad mundial de procesamiento.
Venezuela - por intermedio de la corporación estatal- posee una capacidad de refinación que suma un poco más de 3 millones de barriles diarios.
En el país de procesan 1,3 millones de barriles diarios; 948.000 barriles en el Complejo Refinador Paraguaná, el más grande del mundo; 15.000 en Bajo Grande, estado Zulia; 130.000 en el El Palito, estado Carabobo; 200.000 barriles en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui y 5.000 barriles en San Roque, estado Monagas.
Y en el exterior se corren 1,79 millones de barriles en el exterior; 1,20 millones de barriles en las instalaciones de Citgo Petroleum Corporation, en Estados Unidos; 335.000 barriles en Isla, Curazao y 252.000 barriles en Europa.
Mercado sediento
Pero aun cuando ese sea el aporte del país en el negocio de la refinación, y aunque en los últimos años se han realizado inversiones en algunas de las plantas de Pdvsa, incluyendo las de Citgo, con miras a aumentar la capacidad de procesamiento, lo cierto es que la demanda mundial de energéticos se ha hecho cada vez creciente debido a la recuperación de las economías de las naciones industrializadas y al surgimiento de nuevos y grandes centros de consumo.
La economía China crece de manera sostenida a ratas de 10% y era presumible que se iba a registrar algún aumento en su demanda de energía. No obstante, por ser una economía de otro nivel de envergadura y de una alta ineficiencia en el consumo energético, no se podía esperar que iba a alcanzar un nivel de demanda como el que presenta actualmente, comenta una fuente.
"China en este momento ha incrementado fuertemente la importación de petróleo y estamos viendo como parece destinada a ocupar un lugar muy importante en la economía mundial. Por ejemplo, sus compras de crudo y fuel oil crecieron solamente en lo que va de 2004 en aproximadamente 40% con respecto al 2003 y hoy por hoy su consumo supera los 6 millones de barriles. Es decir, que se trata de un país que emerge con toda su fuerza y que tiene como meta convertirse en una gran potencia".
Señala la fuente que por otra parte, la economía estadounidense muestra un crecimiento sostenido que probablemente este año llegue a entre 2% o 3% y que podría ser superior en los próximos lapsos, luego de haber sufrido un proceso recesivo de varios años. Y eso significa que desde allí también va a seguir aumentando el consumo energético.
Porque también están creciendo las economía de India y la de otros países asiáticos.
"A mi manera de ver en el mercado se ha producido un efecto importante, como consecuencia de este aumento sostenido de los precios del petróleo. Hemos visto que en los últimos tres años valores suficientemente altos. Eso ha sucedido porque en el mercado petrolero ha tenido un déficit importante de inversiones en el sector de la refinación. En los últimos 15 años no se han construido refinerías y los proyectos que se han hecho en este negocio siempre han sido atados a tecnologías como la coquificación, es decir, han sido diseñados para extraer el máximo beneficio de los fondos del barril o para sustituir crudo caro (liviano y mediano) por hidrocarburo más barato (pesado y extrapesado)".
La fuente indica además que cuando la burbuja de los precios del petróleo se desinfle un poco "se va presentar una situación muy particular en el mercado pues la disminución de los precios en el segmento aguas arriba del negocio petrolero, no va a repercutir en la misma proporción en el eslabón aguas abajo. Es decir, se abrirá un margen bien importante entre los precios del crudo y el de los productos, lo que podría traducirse en un importante estímulo para futuras inversiones proyectos de refinación y petroquímica".
Publicado en Quantum N.43
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