Fundada en la universidad de Stanford por el ex presidente Herbert Hoover, la institución que lleva su nombre creó una gigantesca biblioteca sobre las guerras del siglo XX y los regímenes comunistas. Esta institución universitaria, financiada por grandes empresas y en la que se encuentran empleados algunos de los que apuestan por el Partido Republicano, ambiciona poner la investigación científica al servicio de la defensa del «sistema norteamericano». Después de haber organizado la formación de los parlamentarios republicanos, los mejores profesores de la Hoover y la decana universidad de Stanford, Condoleezza Rice por ejemplo, crearon el grupo de los «Vulcanos» y formaron a George W. Bush.
En 1919, Herbert Hoover creó en la universidad de Stanford, en la que enseñaba, una biblioteca dedicada a las causas y consecuencias de la Primera Guerra Mundial en la que se incluía a la Revolución Rusa.
Algunos años más tarde, Hoover era electo presidente de los Estados Unidos de América por el Partido Republicano. Al asumir sus funciones, en 1928, este ideólogo se destacó por sus altisonantes declaraciones acerca del milagro económico y la próxima victoria contra la pobreza. Algunos meses más tarde se producía la Gran Depresión, el hundimiento económico de los Estados Unidos y el final de cierta forma de capitalismo.
Desde su creación, la biblioteca Hoover estuvo marcada por la personalidad de su fundador. Esta institución académica, al servicio del Partido Republicano, se ha dedicado a estudiar el conflicto que llevó a los Estados Unidos a la escena europea y la revolución bolchevique. Profesa un entusiasmo raigal por el capitalismo especulativo a pesar de sus fracasos históricos.
Hoover aportó 50,000 dólares a su biblioteca y la Fundación Rockefeller financió su funcionamiento. Durante dos décadas, los compradores fueron enviados por toda Europa para adquirir más de un millón y medio de documentos que incluían fondos sobre el final del zarismo, los primeros gobiernos soviéticos, las conferencias de paz, la SDN (Sociedad de Naciones), etc.
Se construyó una torre para conservar esta documentación, su tesoro, la cual fue inaugurada en 1941, en ocasión del cincuentenario de la universidad de Stanford. _ En 1946 la biblioteca comenzó a contratar a investigadores para la explotación de sus fondos. Hoover, que se había instalado en Nueva York, donó su casa de Stanford para que se convirtiera en la residencia del rector de la universidad. Había entregado fondos a la biblioteca y a la universidad, de modo que esta última acabó al servicio del Partido Republicano.
En 1957 la biblioteca se transformó en centro de investigación con el nombre de Hoover Institution on War, Revolution and Peace (Institución Hoover para la guerra, la revolución y la paz).
En 1960, Herbert Hoover, con 86 años, sacó a uno de los directores del American Enterprise Institute, W. Glenn Campbell, para que pasara a ser el de su institución. Le pidió que publicara estudios en los que «demostrara el carácter demoníaco de las doctrinas de Carlos Marx, ya fuera el comunismo, el socialismo, el materialismo económico o el ateísmo a fin de proteger el sistema de vida norteamericano de estas ideologías, sus complots y validar el sistema norteamericano» [1].
Durante treinta y cuatro años, bajo la dirección de Campbell, la institución se convirtió en referencia académica para los Republicanos, empleó a decenas de investigadores a tiempo completo y produjo cientos de estudios sobre las ventajas de la libre empresa, los crímenes del comunismo y las necesidades de la seguridad nacional.
Bajo las presidencias republicanas de Richard Nixon y Gerald Ford, Campbell trabajó en la Comisión de Agregados de la Casa Blanca (Commission on White House Fellows), que recluta y forma durante un año a los jóvenes colaboradores de los servicios de la presidencia. También estuvo en la Oficina Nacional de Ciencias (National Science Board), especie de academia consultiva adjunta al Congreso.
Bajo la presidencia siempre republicana de Ronald Reagan, presidió la Comisión de Supervisión de Inteligencia (Intelligence Oversight Board). Fue en esta época que la Hoover Institution estableció nexos con la CIA.
La biblioteca adquirió los archivos de Friedrich von Hayek y de la Sociedad del Monte Peregrino (ver lista: presidentes del Monte Peregrino). Asimismo acogió y ofreció altas remuneraciones a los economistas pseudoliberales.
Al producirse el desplome de la URSS, la Hoover envió a sus compradores en pos de los archivos soviéticos y en algunos meses se apoderaron de decenas de miles de documentos sobre el funcionamiento del Estado y del Partido antes de que las autoridades rusas cobraran conciencia del pillaje y lo interrumpieran.
En 1996, tras el fracaso del candidato republicano Bob Dole frente a Bill Clinton, uno de los investigadores de la Hoover, Martin Anderson, ex asesor especial de Nixon y asesor económico de Reagan, creó el comité Consultivo de Política del Congreso (Congressional Policy Advisory Board). Todos los meses, bajo la responsabilidad del representante de California, Chris Cox, y del presidente de la Cámara, Newt Gingrich, parlamentarios republicanos asistían a una sesión de formación impartida por los mejores profesores universitarios.
Bajo el mismo principio, fue en la residencia del ex secretario de Estado George P. Schultz que se creó, en 1998, un grupo de investigadores de la Hoover Institution para formar a George W. Bush en cuestiones internacionales en su casa de Austin (Texas).
El mismo incluía a Martin Anderson, John Taylor, Abraham Sofaer, John Cogan y a la decana de la universidad de Stanford, Condoleezza Rice. Rápidamente se les unieron dirigentes políticos que habían participado en las sesiones de formación en el Congreso, especialmente Richard Armitage, James Baker, Robert Blackwill, Dick Cheney, Stephen Hadley, Richard Perle, Donald Rumsfeld, Brent Scowcroft, Paul Wolfowitz, Dov Zakheim, Robert Zoellick e incluso Colin Powell.
Fue este grupo, conocido como «Vulcains» (Vulcanos, en referencia al dios griego forjador de las armas del Olimpo en el fondo de los volcanes), que se formuló la política exterior implementada durante el primer mandato de Bush Jr.
Como recompensa, en 2001 Condoleezza Rice es nombrada asesora de Seguridad Nacional y siete asalariados de la Hoover Institution fueron nombrados en el Pentágono entre los 30 miembros del Comité Consultivo de Política de Defensa (Defense Policy Board Advisory Committee):
– Richard V. Allen (ex asesor de Seguridad Nacional).
– Martin Anderson,
– Gary Becker (Premio Nobel de Economía 1992),
– Newt Gingrich (ex presidente de la Cámara de Representantes),
– Henry S. Rowen (ex asistente del secretario de Defensa),
– Kiron S. Skinner (profesor de Ciencias Políticas),
– Pete Wilson (ex gobernador y luego senador por California),
La Hoover Institution tiene un financiamiento de 25 millones de dólares anuales proveniente de grandes empresas cercanas al Partido Republicano (Exxon-Mobil, General Motors, Ford, Boeing, Chrysler, etc.).
Además de libros, publica una revista bimestral de política general, Policy Review, y una trimestral dedicada al último gran Estado comunista: China Leadership Monitor.
A diferencia de los think tanks (centros de investigación, de propaganda y divulgación de ideas, generalmente de carácter político) clásicos, la Hoover Institution no es una asociación política, sino una institución universitaria. En violación de la deontología académica, este privilegio contribuye a dar una apariencia científica a trabajos que en realidad son de carácter político.
Regularmente, desde hace veinticuatro años, estudiantes y profesores de Stanford piden en vano que la universidad limpie la casa y corte sus lazos orgánicos con la Hoover.
[1] Citado por James A. Smith en The Idea Brokers, Editorial The Free Press, 1991, p. 186.
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