En Cuba se concentraron economistas de todas las tendencias para examinar los caminos de la globalización y Fidel Castro aseguró en el discurso de cierre que Cuba ha alcanzado las condiciones fundamentales de sustentabilidad de su desarrollo económico a pesar del bloqueo estadounidense.
Acaba de realizarse en el Palacio de Convenciones de La Habana el VII Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo (9-12 febrero). Estuvieron presentes más de 600 economistas de cerca de 45 países, 15 instituciones internacionales, los colegios de economistas de la mayor parte de los países de la región, el Premio Nóbel de Economía en 1994, Reinhard Selten.
Además de esta participación internacional, se debe destacar la presencia de cerca de 3000 economistas y estudiantes cubanos, la cobertura amplia de prensa y televisión y la realización paralela de varios eventos como conferencias en facultades y órganos de investigación y planificación, encuentros de académicos y estudiantes, etc.
La amplitud de los temas abordados no nos permite abundar aquí en los mismos. Se puede concluir que hubo amplio consenso en definir las dificultades crecientes que sufre el actual proceso de globalización ante su agudización bajo la forma actual caracterizada por el proyecto hegemónico de lo neoconservadores de Estados Unidos. El costo de este proyecto se muestra cada vez más intolerable para el mundo, que tiene que sostener el costo del déficit comercial y del déficit fiscal estadounidense en el cual se basa la prepotencia del país que pretende ser una superpotencia incontrastable. Está claro que tal proyecto solo tiene una viabilidad y los altos padrones de consumo parcial, mientras el resto del mundo esté dispuesto a financiar la aventura militarista de la potencia hegemónica internacional. Todo indica sin embargo que esta disposición se encuentra en baja en la mayor parte del mundo, generando tensiones crecientes entre las potencias dominantes en el planeta.
Cabe destacar la realización de una plenaria especial sobre el movimiento En Defensa de la Humanidad que indica una disposición creciente de organización de intelectuales, artistas y hombres de ciencia en contra de este proyecto de dominación unilateral. Cupo a los ministros de cultura de Cuba y de Venezuela, Abel Prieto y Farruco Sesto Novás, presentar los caminos de este movimiento. Al mismo tiempo se realizaba ese impresionante movimiento de masas típicamente cubano, la Feria del Libro, que se desplaza por todo el país con la participación entusiasta de una población hambrienta de lectura. Esta vez, dedicada a Brasil, contó entre otras personalidades, con la presencia de su ministro de cultura, Gilberto Gil, que seguramente sumará fuerzas a favor de esta lucha mundial.
Esta agenda apretada muestra como Cuba logra atraer personalidades, políticos, funcionarios y hasta empresarios de todo el mundo, contrariando la propaganda que la presenta como un centro de conspiración insurreccional. La lucha por el pensamiento crítico en nuestros días salió de los subterráneos de la clandestinidad para convertirse en partidos políticos y en gobiernos democráticos, sin hablar de las más amplias y diferenciadas expresiones de organización de masas que tienen en el Forum Social Mundial uno de sus momentos más expresivos.
Pero, quizás, lo más impresionante de esta visita, que realizamos con mucha frecuencia, ha sido el discurso final del Presidente del Consejo de Ministros de Cuba, Fidel Castro en el cierre del Encuentro. En sus seis horas de extensión en la madrugada del sábado hacia el domingo, Fidel Castro afirmó entre otras cosas que se ha dedicado en los últimos tiempos en asegurar la revolución cubana frente a la amenaza representada por la comisión presidencial designada por el gobierno Bush hijo, que se propone abiertamente derrumbar el gobierno y eliminar a su dirigente máximo. Evidentemente, esta propuesta, hecha pública hace un año por el presidente de la comisión que es el propio encargado de la seguridad para el hemisferio, no entra en contradicción con la doctrina W. Bush reafirmada en el Discurso sobre el Estado de la Unión de este año.
Lo más importante es constatar como no solamente aumentó de manera impresionante el apoyo político del gobierno revolucionario cubano frente a la población, como se ampliaron sus condiciones de operación particularmente en el plan económico. La instauración de una moneda nacional cubana convertible al dólar solamente por el gobierno cubano, es un éxito increíble por su audacia en un país que vivía cada vez más dependiente de las entradas en dólares de turistas y de familiares cubanos en el exterior. El cobro del 10% de impuesto sobre el dólar, mientras se acepta sin restricciones las otras monedas, provocó una retracción de la búsqueda de dólar. Hasta los exilados en Miami prefieren mandar dinero a sus parientes en euros y los turistas refuerzan esta tendencia naturalmente.
Asimismo, Fidel insistió en los avances provocados por la versión cubana de la sociedad del conocimiento: la batalla de las ideas. En un mundo en que el conocimiento se ubica en el centro de los proyectos de desarrollo, Cuba se propone convertirse en el país más culto del mundo. Promueve un sistema universitario en todos los municipios, que aspiran a alcanzar rápidamente la educación universitaria universal. En una región donde las elites nacionales no logran siquiera alfabetizar a toda su población, esta es un meta simplemente espectacular.
No resulta, por tanto, imposible comprender como Cuba alcanza las más altas tasas de crecimiento económico en la región, atrae masas impresionantes de turistas y de inversionistas internacionales. Pero estas metas se hacen cada vez más realistas cuando Cuba logra firmar con Venezuela un tratado económico que se pone en la primera línea de los objetivos del ALBA, la propuesta venezolana de una verdadera integración de toda la región latinoamericana. Al mismo tiempo, Venezuela firma amplios acuerdos con Brasil y Argentina y logra superar el conflicto con Colombia. Esto demuestra la corrección de la propuesta bolivariana de integración que confluye con el proyecto del gobierno brasileño de lograr una unión sudamericana.
Los contratos realizados con China refuerzan, aún más, estas pretensiones de sortear las amenazas norteamericanas y los efectos crueles del bloqueo económico, que cada vez se hace más violento. En esta oportunidad, decenas de economistas y científicos políticos de Estados Unidos nuevamente fueron prohibidos de ir a Cuba para participar del VII Encuentro de Economistas. Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos se ve obligado a romper el bloqueo para permitir a una firma de California la compra de los derechos de autor de los científicos cubanos que descubrieron la vacuna en contra del cáncer.
Es impresionante ver al pueblo cubano trabajando con toda seriedad para convertirse en la población universitaria mejor preparada del mundo, compuesta de profesores, científicos, investigadores, comunicadores, técnicos y profesionales apoyados en una base material modesta y no en el consumo de masas de los países capitalistas centrales.
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