Cerca de 200 artistas nacionales y extranjeros, entre titiriteros, pintores, danzantes, teatreros y cantantes, protestaron con lo que saben hacer: actuar. Fue la respuesta al desalojo de sus espacios de trabajo y creación dispuesto por las autoridades de la CCE a las diversas escuelas, talleres y grupos como: Escuela Exploradores de la danza, Taller Experimental Escénico, proyecto Futuro Sí, Taller experimental escénico, grupo La Espada de Madera, Teatro del Cronopio, Zero no Zero, Contraelviento, Mandrágora y Chiroka.
En un acto ilegal que no respeta los convenios y contratos firmados por las partes involucradas, la actual administración de la CCE intenta invalidar la permanencia de estos reconocidos grupos y compañías de artes escénicas de la capital, en los espacios que, gracias a las gestiones y el esfuerzo de cada uno de ellos, han sido adecuados y equipados para generar una intensa actividad artística que ha beneficiado y beneficia a la sociedad quiteña y ecuatoriana, desde hace siete años.
La primera petición de desalojo se la hizo arguyendo que el Fondo de Salvamento, FONSAL, se encuentra realizando varios trabajos de restauración del Edificio de los Espejos de la CCE (lugar en el que se alojan los espacios en cuestión) y que, “por seguridad”, era necesario salir por un lapso de tres meses. Ante esta situación, los directivos de los grupos de artes escénicas mencionados, tuvieron una reunión con la Junta Directiva de la CCE y el Presidente, doctor Marco Antonio Rodríguez. El Presidente, por su parte, aseguró que no era la intención de su administración el desalojar a los grupos de sus espacios.
Manuel Laboe, con sus gestos hizo notoria su indignación. “La Casa de la Cultura es del pueblo, no de los pipones políticos ni socialcristianos”, enfatizando “De aquí nadie nos saca”.
Ximena Ferrín, directora del Colectivo Chiroka, comentó que son ocho las agrupaciones que durante 8 años vienen trabajado en la Casa de la Cultura, cuentan con 3 salas de teatro, 4 escuelas experimentales, 1470 alumnos que han cursado por estas escuelas y, para lograr esto, han firmado convenios con esta institución hace ya varios años, para poder realizar las adecuaciones a un lugar que era considerado como un nido de ratas, y en el que se ha invertido dinero para su rehabilitación, a fin de conseguir lo que hoy se tiene. Ferrín, sorprendida por las medidas de las autoridades, pero feliz por la solidaridad y unión que han mostrado todos los artistas, que cada vez son más, ve que el trabajo cultural se afirma.
Jaime Guevara comentó que esta situación responde al proceso político nefasto que vive el país. “Concesionar ciertas áreas es nada más que una privatización maquillada, y lo que se pretende es desalojar a los artistas independientes, críticos o mal llamados contestatarios. Detrás de este proyecto estarían grupos del gobierno y de élite que pretenden hacer creer que cultura es del Barbero de Sevilla para arriba, y es plan idéntico al aplicado en Guayaquil y similar a lo que está ocurriendo en el Municipio de Quito. La cultura popular está en peligro, este proyecto es asesino, porque mata la cultura y el pueblo no puede permitir que eso ocurra. Unidos y solidarios los artistas nos mantendremos; no cometeremos el error de los artistas del Municipio, donde las autoridades se aprovecharon para dividirlos y eliminarlos. No se bajará la guardia jamás...”
Inversiones, producción escénica y beneficiarios de los grupos artísticos en la CCE
Zero no Zero: USD 20.000,oo
Espada de Madera: USD 15.000,oo
Contraelviento: USD 10.000,oo
Mandrágora: USD 10.000,oo
Cronopio: USD 5.000,oo
Frente de Danza: USD 80.000,oo
TOTAL: USD 140.000,oo
Todo este dinero ha sido gestionado por los grupos independientemente, a través de donaciones de organismos internacionales de cooperación solidaria y de organismos nacionales.
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