En mi opinión, las consecuencias dudosas de la invasión a Irak, que contraviene los derechos de los pueblos, han hecho reflexionar a los propios ex partidarios de la guerra. Por supuesto, espero que se establezca un inicio de régimen liberal, pero los puntos positivos no son suficientes por el momento. Si ponemos a un lado el derecho de los pueblos, entonces debemos al menos tener escrúpulos morales como intelectuales que somos y preguntarnos si el caso de Irak debe servir de antecedente jurídico. ¿Por qué Irak y no Uzbekistán?, un país que por el contrario forma parte de la Coalición?
No existe ningún país de la Unión Europea en el cual la mayoría de la población haya apoyado esa guerra en ningún momento. Desde 1945, hemos presenciado enormes manifestaciones sin ningún efecto sobre las democracias. Las desavenencias entre los dirigentes, no entre los pueblos de Europa, se han apaciguado, pero han dejado para toda Europa un clima de resaca. Creo que el comportamiento del gobierno berlinés respecto de China y Rusia puede ser calificado de oportunismo económico. Los liberales de izquierda en Alemania así como en Polonia critican esta política. Es bueno que el debate se centre en los mismos temas para todos los miembros de la Unión.
Europa se encuentra en un estado miserable, el hecho de que Rumsfeld pueda hablar de una «vieja» y de una «nueva » Europa nos ha hecho tomar consciencia de que todos captamos el presente político a través de la perspectiva limitada y algunas veces deformada de nuestras experiencias y traumas históricos nacionales. Los mitos son una red de seguridad en caso de temor y de pérdida del juicio.
No se trata de saber si es posible el patriotismo europeo, sino de establecer la confianza entre los miembros de una comunidad. Para algunos, la OTAN es más digna de crédito que la UE. Para otros, el Estado Providencia europeo es más digno de confianza que el liberalismo hegemónico que establece el mercado y las elecciones libres, en caso de necesidad, utilizando la fuerza militar.
A los europeos les cuesta trabajo construirse una visión de la historia común. Cada nación debe enfrentar su propia historia, para que luego de un intercambio de perspectivas, se defina la historia europea. En este contexto, las expulsiones y las migraciones forzosas, el genocidio armenio, los bombardeos de civiles en las ciudades alemanas, todos esos acontecimientos históricos para los cuales el Tribunal Penal de La Haya es competente, deben examinarse.
La Iglesia Católica ha hecho la paz con el «liberalismo» después del Vaticano II. Esa es la razón por la cual en lo tocante al tema de los «fundamentos pre políticos de la democracia» no hay gran diferencia entre Ratzinger y yo. Empero, la Unión tiene el deber de ser neutral respecto del creciente número de ciudadanos seculares o no cristianos. El interés de imparcialidad para con las comunidades religiosas no ha impuesto todavía una política clerical laica, incluso la que es criticada en Francia. Hoy día, según el dogma neoliberal, lo político se retira de sectores vitales como la educación, la energía, la cultura y abandona a los perdedores de la modernización a su suerte. Esa tendencia a eliminar todas las normas de la sensibilidad moral, sometiendo todas las esferas de la vida a los imperativos económicos, también modifica la constelación política entre Las Luces y la religión. Es posible que la cristianización de Europa continúe al mismo ritmo, pero existen explicaciones sociológicas convencionales a ello, con independencia del nuevo Papa. La referencia al San Benedicto de Nurcia asociada a la opción del nombre Benedicto II puede hacer creer que ese Papa considera ya que los cristianos van a ser minoritarios y que quiere preparar a la Iglesia para que resista en esta situación.
«Europa ist heute in einem miserablen Zustand», por Jürgen Habermas, Die Welt, 4 de mayo de 2005.
Texto adaptado a partir de una entrevista.
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