El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, asumió la presidencia rotaria del Consejo Europeo, cargo que ejercerá durante todo el segundo semestre de este año.

En una tribuna publicada en el Financial Times, el primer ministro húngaro presenta su programa al mundo de los negocios [1]:

“Nuestro objetivo es instaurar un entorno favorable para los negocios, garantizar que las empresas tengan acceso a una energía con precios razonables y garantizada y que puedan enfrentar la competencia con la menor cantidad posible de cargas administrativas.
La transición verde es el principal ejemplo en el que la Unión Europea se ha impuesto sus propios objetivos ideológicamente motivados sin consultar a la industria de manera adecuada. Con precios para la energía 3 y hasta 5 veces más altos que los de Estados Unidos, las empresas europeas están perdiendo su ventaja en el plano de la competitividad y se ven obligadas a asignar más fondos a las facturas de los servicios públicos que a la innovación.
Las empresas enfrentan además cargas fiscales cada vez más pesadas.
La introducción en enero del impuesto mundial de la OCDE sobre las empresas, concebido como la mayor reforma fiscal de la Unión Europea, fue un fracaso catastrófico. Aunque alrededor de 140 países, incluyendo a todos los Estados miembros de la Unión Europea, se han unido al acuerdo, competidores como Estados Unidos, China y la India siguen sin adoptarlo.”

La presidencia húngara del Consejo Europeo publicó el conjunto de su programa de acción de forma detallada [2].

En cuanto a la política exterior, la presidencia húngara del Consejo Europeo tiene intenciones de favorecer el retorno a la paz entre Ucrania y Rusia apoyándose en la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) iniciada por el presidente francés Emmanuel Macron.

En el plano de la vecindad, Hungría va a priorizar la integración de los Balcanes.

En cuanto a África, Hungría se inquieta ante los rumores de guerra regional en el Sahel y se opondrá al estallido de un conflicto en esa región. También abordará los conflictos del Medio Oriente según los principios de los “Acuerdos de Abraham”, o sea sustituyendo las guerras por el comercio, y, teniendo en cuenta su propia historia, velará por el papel de Turquía.

En definitiva, Hungría aborda las relaciones internacionales con la voluntad de mantener las mejores relaciones posibles tanto con su aliado militar –Estados Unidos– como con sus propios amigos –Rusia y China.

En materia de defensa, la presidencia húngara del Consejo Europeo no cuestiona el “paraguas” estadounidense y velará por el desarrollo de industrias capaces de producir el armamento más avanzado.

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