En un mundo perfecto, la retirada de Gaza se coordinaría de principio a fin, no tendríamos necesidad de una retirada unilateral ya que tendríamos un proceso de paz y la misma formaría parte de un acuerdo global que crearía un Estado palestino viable, y dejando que Israel prosperara como un Estado judío y democrático. Pero no estamos en un mundo perfecto. Ariel Sharon sólo está interesado en las acciones unilaterales y Mahmud Abbas no logra acabar con la violencia ni establecer su autoridad y sigue atado ante cualquier otra cosa al estatus final. Por último, George W. Bush no se ha comprometido a apoyar el proceso de paz.
En esas condiciones, la retirada es la única carta de la que disponemos. Eso no significa que apreciemos su enfoque pero nos hallamos en un mundo imperfecto y Sharon no está dispuesto a que lo sustituyan en el cargo de Primer Ministro: no cree en la paz pero comprende que Israel debe retirarse de Gaza y desmantelar las colonias y está mejor equipado que cualquier otro dirigente para hacer ese trabajo. Va a destruir las casas de los colonos de Gaza para no tener que negociar con los palestinos pero, al hacerlo, responde a una de sus demandas. Bajo la presión política de los Estados Unidos, solicitó a Simón Peres que trabajara sobre las consecuencias económicas del plan de retirada. En el futuro, la política de Sharon planteará un problema pero hoy día, es nuestra mejor opción.
«In an imperfect world, the only choice is to follow Sharon», por Yossi Alpher, Daily Star, 16 de mayo de 2005.
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